Toleratio malorum, pecadores ocultos y herejías

ALEJANDRO MORIN

Casuistica y ficciones: homenaje a Yan Thomas

Bergerac

Lugar: Buenos Aires; Año: 2011;

Frente a una tradición que ubicaba el nacimiento de la tolerancia solo en tiempos posmedievales, por un lado, y frente al peso de la historiografía en torno de la formación de la sociedad represora en la Europa bajomedieval, por el otro, ha quedado planteada desde hace unos años la existencia de un discurso medieval de la tolerancia, que consiste en la restricción que se autoimponen las autoridades de una colectividad poderosa en cuanto a ejercer un poder correccional o de destrucción respecto de un colectivo sin poder al que se desprecia pero que no se busca eliminar. Definida en estos términos, la toleratio tendrá ciertos alcances ligados al nivel de apertura que se concedan esas autoridades o a la evaluación que hagan de la utilidad (en el sentido de tolerar para evitar males mayores) que signifique en situación la limitación autoimpuesta. Ahora bien, el rastreo de los escenarios textuales en los que se discute el poder correccional de la Iglesia y la necesidad (práctica o preceptiva) de la tolerancia puede incorporar también a la herejía en su horizonte si se hace operar allí la variable de lo oculto (por ejemplo, en el tratamiento de la parábola de la cizaña), hecho que en general no es contemplado por parte de los autores que han tratado el discurso medieval de la tolerantia. El objetivo de este trabajo es, precisamente, presentar algunas reflexiones en torno de la relación entre tolerancia, pecado oculto y herejía en el derecho medieval.