IIGHI   05432
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES GEOHISTORICAS
Unidad Ejecutora - UE
libros
Título:
¿Dónde estás Señor? El acceso al fenómeno religioso en la filosofía fenomenológico, hermenéutica y existencial
Autor/es:
GARRIDO MATURANO, ÁNGEL
Editorial:
Biblos
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2012 p. 209
ISSN:
978-950-786-982-2
Resumen:
El libro aborda el problema del acceso filosófico al fenómeno religioso y la determinación de la esencia originaria de la religión en la filosofía contemporánea. En otras palabras, replantea desde las nuevas y distintas perspectivas abiertas por el pensamiento contemporáneo, y en particular por la fenomenología, aquellas antiguas e inagotables preguntas, que todo hombre en algún momento de su existencia no pudo, expresa u ocultamente, evitar formularse, a saber: ?¿Dónde está Dios?? ?¿Hay alguna razón para creer?? La unidad de la pregunta y no la de la respuesta fue la idea que vinculó a los autores. Ello precisamente es lo que explica la pluralidad de perspectivas propia del libro respecto de un tema tan polémico como lo es la religión, que ha suscitado y suscita tantos enfrentamientos y desencuentros, y que constituye, sin dudas, uno de los capítulos más extensos ?de la irremediable historia de la intolerancia humana? (la frase es de Saramago. Precisamente la pluralidad que se refleja en el texto fue, a mi modesto modo de ver, la mejor manera de introducir conceptualmente al propio lector en el debate, alejarlo de todo fundamentalismo ciego ?de la naturaleza que fuese? y suscitar su toma de posición crítica. En lo que al contenido respecta, no podemos aquí resumir el conjunto de argumentaciones y análisis, que son la verdadera sustancia del libro, pero sí podemos poner de manifiesto sus características más generales y los rasgos fundamentales de la estructura de cada capítulo. Ante todo debe quedar claro que el trabajo en su conjunto se concibió y realizó como un libro de filosofía, incluso podría decirse de filosofía de la religión, si el genitivo es considerado como genitivus subjectivus, esto es, como la reflexión sobre la religiosidad humana que, de un modo u otro, debe afrontar la filosofía llegada a las fronteras mismas de sus dominios, y no si se trata de un genitivus objectivus, esto es, como una análisis filosófico de las religiones positivas. Pero en ningún caso se trató de un libro de ?filosofía religiosa? y, menos aún, de ?espiritualidad?. Como todo libro de filosofía, exige a los autores un rigor expositivo y un léxico específico, que procura ser esencial; sin embargo en todos los casos se intentó que el estilo sea fluido, sin innecesarias oscuridades y accesible a lectores interesados provenientes de disciplinas afines, particularmente de la teología, la psicología y de todos aquellos interesados por la visión filosófica de la relación religiosa. Los primeros cuatro artículos son de la autoría del director de la investigación. El primer capítulo comienza con lo que puede considerarse un encuadre metodológico y una introducción general a la problemática del libro, realizada a partir del análisis crítico de los principales paradigmas hoy vigentes a través de los cuales la filosofía, particularmente la fenomenológico-hermenéutica, analiza el fenómeno religioso. De entre esos paradigmas el análisis destaca el pático-testimonial, en cuanto permite conjugar la revelación religiosa y la filosofía fenomenológica, legitima la multiplicidad de manifestaciones confesionales y no confesionales de la religión y ofrece un punto de partida para formular criterios que permitan distinguir las formas degradadas de las auténticas de religiosidad. Los tres artículos siguientes interpretan en el marco de ese paradigma tres modos diferentes, pero no contrapuestos entre sí ni excluyentes de otros posibles, de ver la esencia originaria de la relación religiosa precisamente en la experiencia de un pathos, esto es, de un no poder no sentir-se a sí mismo afectado por una apelación incondicional, que se testimonia en la respuesta, y que requiere la referencia a una instancia extra-subjetiva y ab-soluta para poder dar cuenta precisamente de ese pathos apelativo que surge en la finitud del hombre, pero que no puede ser explicado suficientemente desde ella. Estas tres filosofías, que ven en la respuesta a ese pathos el origen de todo acto religioso, son recorridas en los tres artículos que siguen a la introducción. Se trata respectivamente de la fenomenología de la vida de M. Henry, que halla el testimonio de lo ab-soluto en la experiencia de la vida como auto-afección inmanente; de la fenomenología de la historia de J. Patocka, que lo encuentra en el impulso existencial, testimoniado por el sacrificio, que lleva al hombre a hacer de su historia la historia de la infinita riqueza del ser; y, finalmente, la filosofía de la religión de B. Welte, que cree atisbar ese pathos absoluto en la necesidad de postular sentido que atraviesa la existencia humana en su conjunto. Si era posible pensar la relación religiosa a partir de distintas experiencias originarias o pathos de la subjetividad, no es menos cierto que el camino inverso ?que, en tanto inverso, queda sujeto al mismo paradigma metodológico de los capítulos precedentes? también era posible, a saber: repensar las estructuras esenciales de la vida fáctica del existente a partir de ciertas experiencias religiosas fundamentales. Este es el camino que en el siguiente artículo transita Dante Klocker. Para ello el autor se concentra en el tomo 60 de la Gesamtausgabe de Martin Heidegger, titulado precisamente Fenomenología de la vida religiosa, y, sobre todo, en las lecciones de 1921 sobre Agustín y el Neoplatonismo. Klocker se esfuerza por mostrar en qué medida los fenómenos religiosos allí analizados permiten sacar a luz la ?inquies? (inquietud) o ?cura? (preocupación, cuidado) y la tendencia a la pérdida de sí en la ?defluxio? (dispersión), que le es inherente, como rasgos fundamentales de la ?vita? del ?ego?. Asimismo, se muestra cómo desde la experiencia religiosa es posible comprender la recuperación de sí en una ?existencia auténtica?, posibilidad inversa a la dispersión, pero igualmente constitutiva de la existencia humana. A continuación Mariana Leconte, siguiendo los análisis de J. L. Marion acerca de la donación y la irreductibilidad de sus modos, retoma la cuestión del método y nos ofrece una legitimación fenomenológica del acontecimiento religioso. Gracias a la ampliación de sus principios, que Marion sugiere para que la fenomenología permanezca fiel a su premisa de ?a las cosas mismas?, sería posible no sólo reconocer la revelación de Dios en el reino de lo efectivamente dado, sino reconocerla como el fenómeno por excelencia, a saber, aquel en que, a diferencia de los fenómenos objetivos, lo dado, en vez de mostrarse deficientemente, se muestra hasta tal punto que excede la capacidad subjetiva de intuir. El contenido intuitivo, en el fenómeno religioso, satura, así, las formas de la intuición. ¿Cómo recibir, entonces, este fenómeno por antonomasia tal cual él mismo se da? Ésta es la pregunta que estructura la íntegra reflexión de Leconte y cuyo tratamiento la lleva a distanciarse críticamente de la respuesta del propio Marion en su fenomenología icónica y a replantear el problema en el contexto de la fenomenología husserliana y heideggeriana. El libro continúa con el capítulo a cargo de Federico Viola. El estudioso, a través de su análisis del significado de la religión en el pensamiento del notable filósofo judío Emmanuel Lévinas, intenta esclarecer el sentido de lo religioso a partir de la ética, abriendo la posibilidad de entender el término ?Dios? como un apelativo que ya siempre significa éticamente bajo las especies de la pasividad pre-original de la responsabilidad por el otro ?como conciencia moral? y que lo hace con independencia del problema de la fundamentación o no de cualquier discurso que intente ya sea determinar la esencia, ya sea probar o negar la existencia de Dios ?más allá del ámbito onto-teológico? En cierto sentido, el trabajo de Viola representa una continuidad y a la vez un quiebre respecto de los primeros capítulos. Una continuidad, pues también encuentra la significación de lo ab-soluto extra-subjetivo a partir un pathos originario que se da en el sujeto y que se testimonia en la respuesta que ese pathos pro-voca, concebida aquí como responsabilidad. Pero también un quiebre en cuanto el autor, a diferencia de las perspectivas anteriores, y desde una lectura de la cuestión mucho más cercana a la de la tradición judeo-cristiana, encuentra en la ética el ámbito sino exclusivo al menos preponderante de significación del término Dios. Una ruptura definitiva con el marco metodológico y la perspectiva teórica de los capítulos precedentes se da empero recién en el penúltimo artículo, donde la autora, María José Binetti, recogiendo la aguda crítica de Feuerbach a la esencia del cristianismo ?que, según el filósofo, hace a Dios a imagen y semejanza de los deseos del hombre? y de Kierkegaard a la institucionalización dogmática de la religión ?que, según el pensador danés, somete a Dios a los intereses del pastor? niega explícitamente la necesidad de introducir la revelación de una instancia ab-soluta y extra-subjetiva para entender el sentimiento religioso. Desde una perspectiva histórica y especulativa la autora analiza la emergencia de la así llamada ?religión sin religión?, en tanto que determinante de una nueva comprensión de la subjetividad singular en la filosofía y la cultura contemporáneas. La ?religión sin religión? es rastreada en su proceso de concreción como el devenir de una subjetividad absoluta que constituye la realidad misma de lo divino. A partir de aquí, es posible, para la autora, proyectar una nueva era religiosa, apenas insinuada a la conciencia occidental, en los términos de un humanismo divinizado, que renuncia a la trascendencia y a la institucionalización de la trascendencia. Finalmente el artículo de cierre, a cargo de Aníbal Fornari, representa un quiebre de signo inverso al de Binetti respecto de la comprensión del sentido y de los presupuestos metodológicos del paradigma pático-testimonial propuesto en la introducción, en cuanto concibe la posibilidad de la prueba testimonial del acontecimiento de la revelación de Dios y, más específicamente, de Cristo. El autor parte de una fe confesional existencialmente asumida y, reinterpretando libremente el abordaje fenomenológico-hermenéutico de Paul Ricoeur, analiza esta conciencia de la propia experiencia de la fe. El análisis lo conduce, en primer lugar, a recuperar el carácter de signo propio de la realidad histórica. Luego Fornari explicita ese potencial signitivo de la historia como la reiteración de una llamada liberadora, a través de la cual se produce el acontecimiento de la autorrevelación del Tu divino a un sí mismo responsivo. En un tercer paso el autor explicita cómo en tal acontecimiento-signo, imprevisible pero una y otra vez repetido, nos está saliendo al encuentro en la historia el testimonio vivo de la Presencia de Dios. Es en ella que se funda la legitimidad y la razonabilidad peculiar de la experiencia religiosa. Finalmente, desde esa experiencia y su fundamento testimonial, el investigador cierra el libro sugiriendo un nuevo modo de abordaje tanto de la relación entre filosofía y teología cuanto de la crítica de las variadas ideologías e idolatrías hoy día imperantes. Las distintas perspectivas que conviven en este libro y que aquí hemos esbozado son sin duda un intento de re-considerar los presupuestos esenciales del debate filosófico contemporáneo acerca de la legitimidad de la religión. Ciertamente un debate de este tipo cobra una especial relevancia coyuntural en el actual contexto socio-histórico, cultural y religioso, en cuanto representa un intento de respuesta pensante al fundamentalismo de todo orden, teísta y ateo, que extiende cada vez más su ceguera por el mundo y que vuelve a arrojar sobre los hombres la sombra de la intolerancia, del desprecio del diferente e incluso la amenaza del terror y de la guerra. Ante el crecimiento de estos fundamentalismos, por inofensivos que a primera vista pudieran parecer, y ante el afán de poder que a ellos es inherente, el hecho mismo de plantear la religión como una cuestión, del que ha surgido el proyecto y el libro, representa una negativa del pensamiento a escribir un nuevo capítulo de la ?para volver a la frase de Saramago- ?irremediable historia de la intolerancia humana?.