IIGHI   05432
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES GEOHISTORICAS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Guerra, sometimiento, paternalismo y ¿valoración?. Etapas en la relación jurídica entre blancos y aborígenes
Autor/es:
HUGO HUMBERTO BECK
Lugar:
Resistencia
Reunión:
Taller; Primer Taller sobre Poblaciones Aborígenes; 2007
Institución organizadora:
Instituto de Investigaciones Geohistóricas - Conicet
Resumen:
Este trabajo describe las relaciones entre blancos e indios desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad, tomando como referencia la política del Estado respecto de los aborígenes. Así ha sido posible establecer cuatro diferentes etapas: ofensiva-defensiva; de sometimiento-colonización; de integración; y de respeto y valorización de la cultura aborigen. La investigación se ha centrado, principalmente, en los dos últimos períodos –hasta ahora menos estudiados- para evaluar en qué medida las nuevas concepciones basadas en el respeto por las culturas diferentes han modificado el trato con las poblaciones autóctonas de la provincia del Chaco.   El inicio de un nuevo período democrático a fines de 1983 significó también una nueva etapa en las relaciones entre blancos e indios en Argentina y en cada una de sus jurisdicciones provinciales. Es una fase plena de realizaciones en el aspecto legislativo, aunque aún escasa en la aplicación práctica de sus disposiciones. Todas las provincias argentinas donde habitan poblaciones autóctonas han sancionado una ley del aborigen, siendo Formosa la provincia pionera (1984). Un año más tarde el Congreso sancionó la ley nacional del aborigen; y el 13 de mayo hacía lo propio la legislatura chaqueña. Estas normas fueron promovidas por las comunidades aborígenes y por diversas ONGs, y se enmarcaron en una corriente de pensamiento universal iniciada en la década de 1950. El cambio de mentalidad del blanco se concretó de modo lento y gradual. Para ello debió abandonar el concepto de superioridad de la cultura occidental y aprender a valorar a otras civilizaciones según cánones de éstas y no sólo desde su propia óptica. En la medida que ello acontecía, fue modificándose la política hacia los aborígenes. Sin embargo, esta positiva evolución se manifestó más en la legislación que en el trato cotidiano, donde aún perviven prejuicios e injustas discriminaciones. Así lo demuestran las injustificadas demoras por parte de las autoridades en cumplir efectivamente con los derechos aborígenes amparados en las leyes que el propio Estado ha sancionado. Para transitar el último tramo de esta historia inconclusa es necesario entonces que la nueva concepción filosófica que subyace en las leyes del aborigen y en los nuevos preceptos constitucionales, alcance también a la mentalidad y a la conducta de todos los actores sociales.