Masculinidades y violencias

HERNÁN M. PALERMO

Neuquén

Conferencia; Masculinidades y violencias; 2020

Casa Patria de Neuquén.

Durante más de 10 años realizamos trabajo de campo con trabajadores petroleros en el sur de la patagona argentina. En particular, nos interesó analizar las formas de organización del trabajo y como se estructuran las relaciones de género en este espacio, específicamente las construcciones acerca de las masculinidades. Tal como planteo Joan Scott (2008), las tramas de sentido en las que se entrelazan la masculinidad y la feminidad como categorías opuestas, binarias y jerarquizadas constituyen las formas simbólicas de poder más resistentes, recurrentes y arraigadas en nuestras sociedades occidentales. Y como argumenta Raewyn Connell (1995), la masculinidad es un ordenamiento social e histórico en el que un hombre se compromete en una posición de género. Nuestro trabajo de investigación junto a trabajadores petroleros nos permitió confirmar varias cuestiones a las que ya habían arribado los Men's Studies, a decir que, no hay una forma de comportarse como hombres, sino que hay múltiples maneras de ejercer las masculinidad. Por otra parte, es imprescindible pensar en plural a las masculinidades (Gilmore, 1994; Laqueur, 1994; Kimmel, 1997; Connell, 1997), comprendiendo que existen diversas formas de ejercer los comportamientos masculinos. Más aún, nuestra investigación nos permitió dar una vuelta de tuerca respecto de esta formulación, planteando que un mismo hombre es hombre de varias maneras, según los contextos situados y según cómo estos se relacionan con las estructuras de significación de lo masculino y lo femenino u otras identidades. Como plantea Archetti, la masculinidad es también un proceso de negociación constante en función de las modalidades legitimadas de ser hombres (1999: 157). Estas premisas sobre las diversas formas de ser hombre y la imposibilidad de hablar de masculinidad en singular, han impulsado importantes aportes en Latinoamérica. Varios estudios afirmaron que no solo es necesario abordar las masculinidades desde una perspectiva de clase, sino también que es necesario tener en cuenta la cuestión generacional, el clivaje étnico y los procesos regionales, para acceder a una comprensión particular tanto histórica como social (Bastos, 1998; Fonseca, 2003; Viveros Vigoya, 2001; Norma Fuller, 1997). El hallazgo ?en cierta forma novedosa- que hemos realizado a partir de nuestra investigación con trabajadores petroleros es comprender que las masculinidades en el mundo del trabajo se constituyen como parte imprescindible de los imperativos empresariales acorde a los requerimientos de la producción (Palermo, 2017). El capital requiere que los poseedores y reproductores de la fuerza de trabajo provean y entreguen una mercancía con las cualidades y en las cantidades requeridas por las necesidades de la acumulación.