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La propuesta de esta ponencia es entender los modos en que los jóvenes producen y consumen música rock en el medio cristiano argentino. Con este horizonte, me ha resultado pertinente apelar a la propuesta teórico-metodológica desarrollada por Howard Becker (2008) en Los mundos del arte. Allí, el autor parte de una premisa sencilla pero potente considerando al arte como una actividad colectiva y propone desplazar la mirada desde el artista o la obra de arte hacia las redes de cooperación que se urden en torno a la actividad artística y la hacen posible. De este modo, la pregunta a responder sería ¿quiénes actúan juntos para producir qué eventos? Así, alejándose de la sociología del arte, formula el desarrollo de una sociología de las ocupaciones aplicadas al trabajo artístico. Desde esta perspectiva lo que interesa es analizar los modos de organización de las tramas culturales, esto es, poner de relieve al arte como fenómeno social. Por lo tanto, un mundo del arte supone una red articulada de productores, personal de apoyo, distribuidores, críticos y público. La organización de las redes de cooperación se torna posible mediante el conocimiento conjunto de una serie de convenciones que establecen cómo y porqué hacer las cosas. Las convenciones, fruto de patrones recurrentes de interacción que a lo largo del tiempo sedimentan consensos estéticos, circuitos y jerarquías, darán con la producción de un tipo de trabajo artístico que será característico de ese mundo social particular. Establecidas estas coordenadas generales, en esta ponencia me propongo reconstruir la organización social del mundo rock cristiano, para ello la exposición se dividirá en dos apartados donde abordaré: a) las convenciones estético-religiosas que informan la actividad musical y b) las redes de producción, distribución y consumo.