IIGHI   05432
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES GEOHISTORICAS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Monitoreo ambiental para la estimación del riesgo de la vivienda para la salud. Un enfoque desde la vulnerabilidad social y la salud colectiva como fuente para el ejercicio de los derechos humanos de tercera generación
Autor/es:
ROJAS, M DEL C
Lugar:
Ciudad de Córdoba
Reunión:
Congreso; Congreso Internacional sobre la vivienda social. Gestión del territorio Urbano y Ciudadania; 2008
Institución organizadora:
FAUDI-UNC
Resumen:
En un escenario con las características del actual con racismo, desigualdades de género, hambre, miseria, uso de drogas, situaciones de abandono infantil y de los ancianos, es urgente e inevitable activar un pensamiento crítico acerca de los problemas de la salud y el ambiente, y para eso es indispensable recuperar una ideología emancipadora que se ocupe de  derechos humanos, ciudadanía, libertad, participación, autonomía, igualdad y complejidad, equidad, calidad y excelencia, radicalidad y tolerancia. Por esto, la perspectiva desde la cual trabajamos es la del neohumanismo popular y es con base de ese pensamiento que empujamos un paradigma distinto de las ciencias de la salud, el hábitat y la población y de las técnicas como el monitoreo. No tiene sentido seguir con esa inocua y reduccionista vigilancia ambiental[1] que se brinda ingenuamente para vigilar, sin cuestionar.  Tenemos que poner en marcha todo el bagaje de conocimiento científico y tecnológico forjado por muchas generaciones de científicos y profesionales de la salud colectiva, activar todos los núcleos del saber, todas las bases de datos, para desentrañar, junto con las comunidades, interculturalmente, la manera de lograr la humanización con el ambiente para potenciar los valores culturales que resalten la dignidad, valoricen la cultura propia y permitan el empoderamiento de la gente, con su plena participación en un sistema de salud conducido por las colectividades. Sostenemos que la salud ambiental de la colectividad[2] depende del movimiento contradictorio entre los procesos protectores y destructivos que operan en su modo de vida característico, y que a la vez, ponen límites a los estilos de vida individuales de las personas que la integran. En la medida en que un sistema social como el presente instituye la proliferación y profundización de formas de inequidad y el consiguiente deterioro de los derechos humanos en esos modos de vida de las colectividades, entonces, se instituyen mecanismos de deterioro de su salud, que afectan sistemáticamente los patrones fisiológicos y las normas de reacción genética de los organismos y funciones fisiológicas de sus integrantes, apareciendo entonces patrones de morbilidad y un sobre-envejecimiento en esa población. Por el contrario, cuando se abren posibilidades de disfrute de una equidad que permite la satisfacción de los derechos, con lo cual se potencian los soportes personales y familiares, así como las defensas y posibilidades fisiológicas, entonces se eleva la calidad de vida fisiológica y genética, y aparecen patrones de salud mental y física, así como mejores índices de sobrevivencia. La vida y la salud de las poblaciones dependen de ese movimiento entre los procesos que nos protegen y los que nos deterioran, y el desarrollo de todos ellos depende de la capacidad de disfrute de los derechos humanos. En esta concepción que estamos defendiendo no hay cabida para una noción ingenua o puramente natural de los procesos biológicos, pues éstos no son puramente biológicos sino socio-biológicos y, en última instancia, expresan en nuestros cuerpos lo que sucede en el orden social. No hay cabida, tampoco, para la noción de la salud como algo esencialmente personal y que depende primordialmente de medidas curativas y de todo este conjunto de procesos se desprenden las dimensiones y contenido que debe abarcar el monitoreo de la salud de las poblaciones. Por lo dicho, no podemos encerrarnos en el simple perfeccionamiento técnico de la llamada vigilancia, sino ir hacia una construcción distinta de un verdadero sistema de inteligencia social, construido participativamente sobre la salud y sus determinantes. En definitiva, la necesidad de dar un salto desde la vigilancia convencional  de factores de enfermedad al monitoreo de determinantes de salud implica  incorporar las innovaciones teóricas y metodológicas que hoy se plasman en las nociones de estructuras de oportunidades y activos sociales. Las mismas deberán aplicarse en el panorama de las poblaciones, la vivienda urbana y la salud en Argentina y América Latina  de manera de combinar y ampliar con dichos avances en el campo de indicadores y de conceptos para abordar los problemas críticos de la salud ambiental. Para esto es necesario examinar la forma en que las familias enfrentan su cotidianeidad y defienden el nivel de bienestar alcanzado haciendo uso de recursos materiales (capital físico), educativos, trabajo y cobertura de salud  (capital humano) y de redes, protección y apoyos comunitarios y familiares (capital social). Asimismo, la distribución de esos recursos, y la utilidad que deparen, dependen de la forma en que las estructuras de oportunidades del mercado, del Estado y de la comunidad definen las condiciones de acceso y el tipo de retornos que ofrece cada uno de estos órdenes institucionales básicos a distintos portafolios de activos familiares. A lo largo de esta breve exposición desarrollaremos dicha idea y refrescaremos argumentos a favor del  monitoreo sobre determinantes sociales que fuera propuesto desde hace varios años por algunos núcleos en América Latina. En los momentos actuales, esas ideas vuelven a cobrar especial urgencia porque enfrentamos unos de los períodos históricos de mayor necesidad de recuperación de la voluntad colectiva para defender una salud seriamente afectada en todo el globo, y aportar a la construcción solidaria de ese otro mundo posible, que sólo podrá serlo, activando en todo lo largo y lo ancho de las Américas una gestión democrática y contrahegemónica, como alternativa a la gerencia funcionalista que el modelo socioeconómico actual ha impuesto. [1] La noción de vigilancia ambiental se plantea desde la consideración del ambiente como integrador del medio físico y social donde cada una de estas partes se determinan y condicionan mutuamente de manera que resultan indisociable una de otra, es decir, son interdefinibles. [2] En este escrito los términos colectividad y comunidad se emplean como sinónimos.