IIGHI   05432
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES GEOHISTORICAS
Unidad Ejecutora - UE
capítulos de libros
Título:
Castelli: origen y localización de un núcleo urbano de pluralidad cultural en l a frontera agrícola chaqueña
Autor/es:
SALINAS, MARÍA-BECK, HUGO-GUARINO, GRACIELA-GIORDANO, MARIANA
Libro:
Proyecto Patrimonio, Memoria, Identidad en las puertas del Impenetrable: el municipio de J.J. Castelli
Editorial:
Secretaría General de Extensión Universitaria-UNNE
Referencias:
Lugar: Resistencia; Año: 2009; p. 23 - 34
Resumen:
Castelli: origen y localización de un núcleo urbano de pluralidad cultural en la frontera agrícola chaqueña Hugo Humberto Beck   En los primeros años del siglo XX se inició una etapa caracterizada por un notable desenvolvimiento económico de la gobernación del Chaco. Un conjunto de significativos hechos y de importantes medidas gubernamentales posibilitó la apertura de las tierras centrales del territorio. Entre ellos merecen citarse la nueva ley de tierras Nº 4167 de 1903, la ley de Fomento de los Territorios Nacionales Nº 5559 de 1908, la extensión del ferrocarril de Barranqueras a Metán (Salta) y su empalme con el ferrocarril Central Norte Argentino que desde Quimilí avanzó hasta Avia Terai; las últimas campañas militares de 1907 y 1911; el auge algodonero y el arribo de numerosos contingentes de inmigrantes. La conclusión del ferrocarril y el auge algodonero estimularon la llegada de miles de pobladores que sin títulos de ninguna índole ocupaban las tierras fiscales. Era reconocido por todos que la prosperidad del Chaco se basaba en buena medida en la producción agrícola de estos abnegados “intrusos”. El gobierno nacional resolvió parcialmente el problema de la distribución de tierras mediante la creación de colonias agrícolas y pastoriles y de pueblos que cumplían la función de centros cívicos de las mismas. El 28 de septiembre de 1928 el presidente de la Nación creó las colonias agrícolas Juan José Castelli y La Florida en el noroeste chaqueño. El Ministerio de Agricultura de la Nación ordenó al agrimensor Hugo Arraga la mensura de las mismas, correspondiéndole a la primera de ellas la superficie de 60.000 hectáreas, y a la segunda, 61.206 hectáreas. La colonización de Juan José Castelli y La Florida tuvo carácter mixto, ya que las colonias fueron creadas y mensuradas por el Estado, mientras que el traslado y manutención de los colonos alemanes del Volga destinados al poblamiento de las mismas, corrió por cuenta de la Unión Agraria Germano Argentina, empresa cooperativa constituida por productores de Buenos Aires y La Pampa. Centenares de productores del Territorio Nacional de La Pampa debieron emigrar a raíz de una larga e intensa sequía y, guiados por el sacerdote redentorista Reverendo Padre Juan Holzer, fueron conducidos a las noveles colonias del noroeste chaqueño. Cuando en 1928 el agrimensor Arraga practicó la mensura de las colonias Castelli y La Florida dejó constancia de la existencia de 52 “puestos” ganaderos pertenecientes a “norteños”, productores llegados desde Salta. A ellos se sumaban grupos aislados de aborígenes. A esta base demográfica se sumaron entre 1931 y 1932 unas 360 familias de “gringos” arribados desde La Pampa. La confluencia de tres grupos étnicos: agricultores de origen europeo, ganaderos salteños (“norteños”) y aborígenes tobas y wichis, dio lugar a ciertos conflictos por la posesión de las tierras, que felizmente fueron resueltos mediante la firma de convenios y de acuerdos mutuos. Los colonos “gringos” fueron distribuidos de acuerdo con sus orígenes y confesiones religiosas. Así, los alemanes del Volga que profesaban el culto católico se instalaron en la colonia Castelli y en La Florida “Chica” (cercana a la colonia Castelli), los alemanes del Volga de religión luterana (40 familias) en la Sección 44 de la colonia Castelli, y los descendientes de alemanes de Odesa en la Florida “Grande”, más al oeste, donde sólo se asentaron 118 familias gringas. Cabe anotar que las condiciones ecológicas de la Zona “B” donde se insertaron La Florida y Pampa Tolosa (antes Pampa Independencia) eran de inferior calidad que las de la colonia Castelli. Los criollos ocuparon las tierras aledañas a ambas colonias, y los aborígenes aceptaron asentarse en el paraje Miraflores, sector norte de La Florida, donde en 1939 se creó con ellos una Villa Rural (etapa intermedia entre la planta urbana y la colonia agrícola). Otro grupo, al mando del cacique Juan Alegre radicó en Pozo del Toro, al norte de Castelli.   La Ley de Tierras de 1903 estipulaba que en el trazado de toda colonia debía reservarse una superficie para pueblo. Así lo hizo el agrimensor Hugo Arraga quien recomendó la reserva de 25 lotes en la Sección 44, Fracción B de la colonia Castelli y 25 lotes de la Sección 35, Fracción D de la colonia La Florida, para el trazado de ambos pueblos. El 3 de agosto de 1931 el padre Holzer y el señor José Gabano elevaron a la Dirección de Tierras un pedido de reserva para pueblo de los lotes 106 y 145 de colonia Castelli y 575 y 576 de colonia La Florida, de modo que se trazase un solo centro cívico en el límite de ambas colonias. Simultáneamente fueron surgiendo otras propuestas que buscaban establecer el núcleo urbano sobre poblaciones preexistentes, tales como Zaparinqui, La Libertad, el lote 392 de colonia Castelli, propiedad de José Talín, y el lote 137 conocido como Villa Fortuny, a dos leguas al norte de Talín. La localidad de Zaparinqui (conocida luego del trazado de la línea férrea como Km. 85, contados desde Sáenz Peña), ubicada en el lote 557 sobre el límite sur de colonia Castelli, contaba con destacamento de Policía, mientras La Libertad, unos kilómetros al norte de la misma colonia, era un fortín donde desde 1931 funcionaba el Registro Civil. El señor Joaquín Fortuny instaló una usina desmotadora en el lote 137 de colonia Castelli, y a partir de ese momento se conformó una aglomeración  conocida como Villa Fortuny, porque la desmotadora se convirtió en el centro de la actividad económica del área. Asimismo, en 1933 el comerciante italiano José Talín cedió una casa para destacamento de Policía y otra para oficina de Juzgado de Paz dentro del lote 392 que le fuera adjudicado por la Dirección de Tierras. No llegó a tomarse ninguna decisión definitiva hasta que no se logró establecer con precisión donde habría de instalarse la estación terminal de la línea férrea del Ferrocarril Central Norte Argentino que se tendía desde Sáenz Peña al norte hasta alcanzar las nuevas colonias. En 1934 el agrimensor Ernesto Arié proyectó un pueblo que se trazaría en este punto. El lugar exacto en que fue emplazada la estación correspondió al lote 258 de la colonia Castelli, chacra de Nicolás Heinrich. En mayo de 1935 el Administrador General de los Ferrocarriles del Estado, Pablo Nogués, informó al Ministerio de Agricultura sobre la ubicación definitiva de la estación Kilómetro 100 del Ramal Sáenz Peña al Norte, y acompañó la misma con un plano de todo el recorrido de esa línea. El criterio de crear un centro urbano en el punto terminal del ferrocarril fue compartido también por el inspector Guillermo Ceppi, quien aconsejó a la superioridad la reserva de 2.500 hectáreas en torno al lote 258. La Dirección de Tierras, dependiente del Ministerio de Agricultura, dispuso entonces el trazado del pueblo alrededor de la estación sobre la superficie recomendada. En síntesis, las colonias La Florida y Castelli y su centro cívico homónimo constituyen un ejemplo de la convergencia en un espacio geográfico de tres grupos étnicos; aborígenes, criollos y “gringos”. Este estudio de casos posibilitó obtener explicaciones válidas para otros pueblos y colonias del territorio nacional del Chaco en el período del auge algodonero y de la gran inmigración. Pueden verse a través de él los conflictos suscitados por la distribución de las tierras y por la localización del pueblo, y la importancia que en tal contexto adquirían las obras públicas –ferrocarriles y caminos- en la ocupación de un espacio alejado y poco apto para la agricultura.