INVESTIGADORES
MARTIN Maria Eugenia
capítulos de libros
Título:
Juventud, educación y Trabajo: La dinámica entre estructuras y agentes burocráticos en las políticas de Mendoza
Autor/es:
MARÍA EUGENIA MARTÍN
Libro:
Premio a la Innovación de las políticas públicas tesis doctorales
Editorial:
Dirección de Investigaciones - Instituto Nacional de la Administración Pública - Subsecretaria de Gestión y Empleo Público - Secretaría de la Gestión Pública
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2008; p. 171 - 345
Resumen:
Juventud, educación y trabajo. La dinámica entre estructuras y agentes burocráticos en las políticas de Mendoza. (Tesis doctoral) En esta tesis se ubica el foco de la indagación en las respuestas públicas al problema de la inserción social de los jóvenes vulnerables (que no estudian ni trabajan), en la Provincia de Mendoza durante la década de los ´90. Nuestra preocupación se construyó frente al hecho, ampliamente investigado y documentado, de que las políticas públicas destinadas a los jóvenes no logran mejorar la histórica distribución inequitativa de oportunidades de acceso a la educación, a la formación y al empleo; de que tampoco resuelven el problema de la efectiva inserción en los ámbitos de la educación y el trabajo de los jóvenes vulnerables (que no estudian ni trabajan), y que, por el contrario, en muchos casos, refuerzan los mecanismos de reproducción de las desigualdades. Trazamos el interrogante general de esta investigación en los siguientes términos: ¿Cuál fue la red de factores que condicionó las políticas implementadas frente al problema de la inequidad en la distribución de oportunidades de acceso a la educación, la formación y al empleo de los jóvenes vulnerables en el Gran Mendoza durante los ?90 y que papel jugaron en ellas los agentes burocráticos? Tema que no registra antecedentes de haber sido abordado con anterioridad. En nuestro planteo es clave reconocer que los resultados de una política o un programa son producto de las prácticas de diversos agentes sociales, individuales y colectivos, que con sus orientaciones políticas, sus intereses y los valores que defienden influyen y modifican la dinámica del proceso. Muchos autores mencionan que las evaluaciones más tradicionales consideran la ejecución de las políticas como una ?caja negra?, pero es evidente que también se ha indagado poco sobre el análisis de las contradicciones, luchas y mediaciones que articulan Sistema Educativo, Sistema Productivo y Sistema Político en la formulación de las políticas que aquí nos interesan. Así a la falta de indagación sobre el papel que en la planificación y ejecución juegan los agentes burocráticos se suma este déficit que se nutre en una exigua conceptualización de las dimensiones políticas y económicas de la relación entre educación y trabajo en las últimas dos décadas. Creemos que la producción de conocimientos que busque sumar factibilidad y gobernabilidad a los proyectos y procesos de la gestión estatal debe superar la costumbre tan arraigada en muchos analistas de etiquetar rápida y superficialmente el complejo, y muchas veces contradictorio, abanico de concepciones políticas e ideológicas que sustentan la administración, gestión y desarrollo de las políticas públicas. Pero además debe también superar los estudios fragmentarios articulando distintos elementos y niveles de análisis. LOS APORTES AL ESTUDIO DE LAS POLÍTICAS En este sentido, esta tesis es, por varias razones, un aporte a los estudios sobre papel que las políticas públicas han tenido en el vínculo educación y trabajo en Argentina. Ella brinda información tanto cualitativa como cuantitativa, cimentada, rigurosamente, en un contexto local específico, proporcionándole un nuevo enfoque a la producción académica nacional. Inicialmente, su contribución consiste en construir un campo no abordado con anterioridad en nuestro país: el de los mecanismos de funcionamiento y los papeles de los agentes burocráticos en las políticas de juventud, educación y trabajo. La producción Argentina sobre este vínculo se ha focalizado en tres aspectos: el uso de datos cuantitativos, provenientes de fuentes de índole estadística como los censos y la Encuesta Permanente de Hogares, para caracterizar niveles de cobertura y calidad educativa y de inserción laboral juvenil; o el empleo de estudios de casos, buscando captar la dimensión subjetiva de esta relación social, para indagar sobre las diversas maneras en las que la educación ?juega? en las trayectorias laborales juveniles; o, por último, la exploración del impacto de las políticas implementadas en estas mismas trayectorias, a través de diversas estrategias. Sin embargo, poco puede entenderse en nuestro país, en relación a la construcción de estas políticas, sin un análisis que ponga en juego los esquemas de percepción y los condicionantes estructurales, como el emprendido en esta investigación y, es por esto, que su aporte puede considerarse apreciable más allá del contexto provincial en el que fue construido. Al mismo tiempo, propone un examen en conjunto de las políticas de educación y juventud, campos que tradicionalmente se han explorado por separado, no por simple casualidad sino, precisamente, porque transitan caminos que no tienen demasiados puntos de encuentro. El estudio desagregado desvanece esas desconexiones y oculta los efectos conjuntos que ellas mismas producen en las trayectorias de algunos grupos poblacionales juveniles. Este análisis también incluye políticas implementadas en otros espacios gubernamentales no destinados específicamente a educación o juventud en los que, a pesar de ello, se implementaron políticas de educación y trabajo, tales como Medio Ambiente o Economía, potenciando la comparación y el examen integral de las políticas, paso indispensable para superar la fragmentación tantas veces señalada en múltiples investigaciones. En síntesis, ofrece a través de la articulación de distintos niveles de análisis, de enfoques históricos y sociológicos y de datos cuantitativos y cualitativos, una visión integrada de las condiciones estructurales y subjetivas que le dan forma a las políticas públicas de formación y empleo, en la Mendoza de los noventa, lo que constituye un paso indispensable para su transformación hacia modelos con una mayor justicia social.[1][1] LA PERSPECTIVA TEÓRICA Y LAS DIMENSIONES DE ANÁLISIS La referencia en el planteo de nuestro problema a una red de factores, nos sitúa en una perspectiva relacional e histórica o también denominada estructuralismo genético, basada en la propuesta de Pierre Bourdieu. Esta perspectiva teórica sostiene que el análisis de las prácticas sociales remite a la consideración tanto de las estructuras sociales externas como de las estructuras sociales internalizadas, en sus dimensiones sincrónica y diacrónica, es decir, tanto en su génesis como en su momento actual. Por esto para dar cuenta de las prácticas se utilizan los conceptos de campo, capital, habitus y estrategias, entre otros, con los que se busca captar tanto las condiciones objetivas pasadas y presentes y los esquemas de percepción y acción de los agentes en los fenómenos concretos En base a esta perspectiva teórica el esquema general se refina y precisa a través de una serie de preguntas de investigación y de objetivos específicos[2][2] que construyen las tres dimensiones de nuestra indagación: 1. Describir las condiciones objetivas pasadas y presentes que contextualizan el vínculo entre sistema educativo y sistema productivo 2. Describir la situación educativa y laboral de los jóvenes en los 90 con énfasis en los jóvenes pertenecientes a los hogares pobres 3. Relevar las políticas publicas en los 90 en Mendoza y comprender la participación de los agentes burocráticos Tres aspectos debemos mencionar referentes a los recortes en nuestro objeto. A los fines del trabajo con los datos secundarios consideramos jóvenes a los individuos entre 15 y 24 años y vulnerables a aquellos que habitan en hogares pobres, que tienen bajos niveles educativos y problemas de empleo. Por políticas entendimos tanto las acciones al interior del sistema educativo formal (Nivel Medio, Educación de Adultos y Formación Profesional) como los proyectos y programas explícitamente destinados a la capacitación para el empleo, como aquellos dirigidos a la participación social implementados en Mendoza, pero solamente desde la jurisdicción provincial o Nacional. Además, no abordaremos a todos los agentes sociales que participaron, sólo nos dedicamos a los agentes burocráticos debido a restricciones de tiempo y recursos, pero en la actualidad se está trabajando otros sectores implicados en este proceso y se pretende continuar esta línea de investigación en el futuro profundizando el análisis en otras dimensiones constitutivas de la problemática. Sobre el diseño metodológico de esta investigación, aquí sólo diremos que, dado que consideramos que los enfoques teórico-metodológicos tradicionales (tanto cuantitativos como cualitativos) de manera separada presentan serias limitaciones. Y, dado que el problema en estudio exige el desarrollo de un planteo metodológico, en el que se combinen diversas técnicas hemos optado por una estrategia de triangulación sustentada en la convergencia y apoyo mutuo de los avances obtenidos en cada fase de la investigación. Para el trabajo con los datos cuantitativos recurrimos a información estadística proveniente de los Censo de Población y Vivienda y de la Encuesta Permanente de Hogares Para la recolección de datos cualitativos decidimos utilizar una técnica conversacional: la entrevista en profundidad y una técnica documental: el análisis de contenido. Los informantes se seleccionaron utilizando como criterio su participación en la definición de las políticas e implementación de las políticas y también se consideró la edad y el tipo de función ejercido: política, técnica o territorial. Trabajamos con ministros, subsecretarios/as, directores, coordinadores/as de programa y técnicos/as. HIPÓTESIS GENERAL Entonces, desde un punto de vista teórico relacional e histórico, pero también desde las vivencias personales en la gestión pública, que transforman este trabajo en algún sentido en un intento de autosocioanálisis, planteamos la siguiente hipótesis general: Las prácticas de los actores burocráticos -resultado de la dinámica entre factores objetivos pasados, presentes y habitus- que guiaron las políticas de juventud, educación y trabajo contribuyeron a conformar el desfasaje entre un alcance limitado de las políticas, en términos de complementariedad e integralidad, y la heterogeneidad y complejidad de los problemas de inserción social de los jóvenes, en especial de aquellos pertenecientes a los hogares pobres, en el Gran Mendoza durante los ´90. LA ORGANIZACIÓN DEL TEXTO Para transmitir como fuimos tejiendo el modo de abordar este problema quiero distinguir dos niveles de diálogo con los autores. Uno de orden epistemológico-teórico y otro de orden teórico-metodológico. El de orden epistemológico-teórico, se refleja, fundamentalmente, en el capítulo 1 donde prevengo al lector sobre la posición teórica finalmente adoptada, que se fue consolidando en ese diálogo, y en el que discuto aspectos que tienen que ver con los problemas de la producción sociológica en términos disciplinares, por lo que abordo temas como la división del trabajo de producción del conocimiento entre historia y sociología y la escisión entre los aspectos políticos, económicos y culturales o simbólicos de los fenómenos sociales. El lugar que le otorgamos a la noción de clases en la explicación de las prácticas sociales y la relevancia de las producciones conceptuales y teóricas, desde un punto de vista socio-histórico, sobre la problemática juvenil, entre otros. En los capítulos 2 y 3 exponemos los significados atribuidos al vínculo entre educación y trabajo desde las tres teorías más relevantes LA TEORÍA DEL CAPITAL HUMANO, EL CREDENCIALISMO Y LAS TEORÍAS DE LA REPRODUCCION y , por último, en los debates en los `90. Un eje importante para organizar la lectura comparativa fue reconocer que en el análisis de este vínculo, además de una concepción sobre las funciones de la educación en relación al todo social, también se encuentran implícitas concepciones diversas sobre el mercado de trabajo y el Estado. Sobre las funciones del sistema educativo, desde nuestra perspectiva, la educación no sólo cumple funciones de producción de la fuerza de trabajo calificada es decir, funciones de reproducción técnica, sino que también ejerce una influencia decisiva en la reproducción de las posiciones de los agentes y de los grupos en la estructura social. O sea que cumple una función de reproducción social. Es por eso que no se puede rendir cuentas de lo que el Sistema Educativo hace y produce únicamente a partir de un análisis de las exigencias del mercado de trabajo. De hecho la escuela hace algo más que distribuir saberes, la escuela instituye diferencias porque al otorgar un titulo consagra una diferencia social preexistente. Las credenciales educativas no se distribuyen por igual, ni al azar, ni en virtud de disposiciones innatas. A partir de esta idea y de considerar a los fenómenos educativos en las sociedades modernas, fundamentalmente, fenómenos de Estado, decidimos que, si el foco de nuestro trabajo estaba puesto en las políticas, debíamos construir nuestra perspectiva sobre el Estado. Para ello revisamos las diversas formas de concebir al Estado con especial preocupación por aquellas que nos brindaran herramientas conceptuales para el trabajo de campo. Nos encontramos con que, para nuestros intereses, la posición Gramsciana era la más elaborada y con importantes puntos en común con nuestro esquema teórico. Porque además de abordar tanto la dimensión política, como la económica, como la ideológica del fenómeno estatal, nos ayuda a incluir en nuestro esquema categorial la perspectiva de los actores burocráticos. Desde nuestra perspectiva, la visión construida e internalizada sobre el Estado y sus agentes como garantes del interés general, cumple una función explicativa en las prácticas y productos del campo burocrático. Sintéticamente, diremos que concebimos al Estado como un espacio de luchas entre las clases y fracciones que no pueden ser deducidas de manera determinista - planteando relaciones lineales con el modo de producción, al estilo instrumentalista, ni examinando sólo ligazones individuales entre los hombres, ni siquiera reemplazando estos análisis por uno centrado en el concepto de clase de manera reduccionista- en el que la relación entre burocracia-intelectual y clases nunca puede ser presupuesta. En lo referente a las concepciones sobre el mercado de trabajo, tratamos la visión neoclásica de LA TEORÍA DEL CAPITAL HUMANO, LA TEORÍA DEL CONTROL PATRONAL Y LA PERSPECTIVA INSTITUCIONALISTA, abordarlas fue un ejercicio que, fundamentalmente, nos sirvió para identificar las lógicas presentes en los diagnósticos y explicaciones sobre el desempleo juvenil. Acerca del tratamiento que le damos al debate sobre estos temas en los ?90, me interesa rescatar la idea que sostienen diversas perspectivas críticas acerca de que las nuevas formas de organización del trabajo que genera el modelo de la producción flexible requiere un modelo ideológico que permita justificar el avance del individualismo, no sólo en el lugar de trabajo sino también en los distintos ámbitos sociales, entre ellos el educativo. Esto es un modelo ideológico que se manifiesta de diversas maneras y que permite sostener nuevas relaciones sociales y, fundamentalmente, nuevas relaciones laborales y formas cada vez más difusas de control patronal. El diálogo con los autores de orden teórico-metodológico se refleja en el capítulo 4. Este capítulo funciona como bisagra con los capítulos restantes en los que presentamos los resultados. LOS RESULTADOS Expondremos sintéticamente los principales resultados en relación a cada una de las tres dimensiones de análisis. En la primera, referida a LAS CONDICIONES OBJETIVAS PASADAS Y PRESENTES QUE CONTEXTUALIZAN EL VÍNCULO ENTRE SISTEMA EDUCATIVO Y SISTEMA PRODUCTIVO, consideramos tres períodos diferenciados por las formas de acumulación y distinguimos en su interior diversos subperíodos, según las alianzas de clase que conformaron el bloque en el poder. En términos generales, pudimos detectar la existencia de un estrecho vínculo a pesar de la autonomía relativa de dichas esferas, puesta de manifiesto en que los ritmos propios del Sistema Educativo y de la Estructura Productiva, producen constantes ?desencuentros? entre oferta y demanda en el mercado laboral. Esto es, inexistencias de ofertas formativas para procesos productivos emergentes y existencia de ofertas para otros extinguidos. Se condensa la información más relevante en cada período histórico sobre los avatares de la oferta de formación para el trabajo. Sumariamente, podemos decir que señalamos los distintos elementos que conformaron un campo que no se encargaba sustancialmente de procesar o incidir en el pasaje de los jóvenes de todos los sectores sociales hacia el mundo del trabajo. Para mostrar el tipo de análisis que emprendimos quisiera al menos señalar para Mendoza, algunos elementos que le imprimen una característica importante a los vaivenes de la educación para el trabajo: un incipiente proceso de sustitución de importaciones a principios de siglo con el desarrollo de la vitivinicultura y el hecho de que buena parte de los medios de producción no estaban en manos de las principales familias de la oligarquía, sino que estaban en manos de la burguesía bodeguera de origen principalmente extranjero que había accedido también a la tierra en un modelo minifundista junto a que los inmigrantes que llegan a la provincia están capacitados para la actividad vitivinícola. Todo esto se conjuga para que, aunque la oligarquía criticaba fuertemente los intentos de democratización de la educación, tempranamente, entre en 1872 y 1884 se organizaran dos establecimientos educativos vinculados estrechamente a la industria local: la Quinta Normal y la Escuela práctica de agricultura. Luego, en el marco de una nueva adaptación a través de una nueva sustitución de importaciones y de la diversificación industrial de la estructura económica provincial con la industria de aceites comestibles, la del tomate y la del cemento y productos químicos, de manera tal que fuera complementaria con el sistema económico nacional, los gobiernos locales no fueron más allá de las políticas nacionales que tenían a su cargo tanto el nivel medio como la formación profesional y que no mostraron un vinculo relevante con las industrias mendocinas. Pasemos ahora a la segunda dimensión de nuestro estudio, esto es, la SITUACIÓN EDUCATIVA Y LABORAL DE LOS JÓVENES EN LOS 90 CON ÉNFASIS EN LOS JÓVENES PERTENECIENTES A LOS HOGARES POBRES. Para dar cuenta de las características que asume en nuestra provincia el vínculo entre educación, trabajo y pobreza hemos analizado, esencialmente, a través de la EPH, los siguientes aspectos: a) el funcionamiento del mercado de trabajo local en lo referente a la relación entre niveles educativos e inserción laboral, b) la situación educativa y laboral de los jóvenes y c) las brechas que entre ellos encontramos según la situación de pobreza. Algunas de las conclusiones a las que arribamos fueron las siguientes. En Mendoza no es posible establecer una conexión tan clara, entre los diversos niveles educativos y la inserción laboral (sin detenernos en la calidad de dicha inserción), como en otros mercados de trabajo, considerando la tasa de desempleo sólo el máximo nivel educativo serviría claramente como paracaídas. También puede decirse que, entre los jóvenes mendocinos, durante la década no se registra un deterioro importante en términos de niveles educativos, al contrario, se insinúa una importante mejora en términos de cobertura y una leve mejoría en cuanto a terminalidad del nivel medio. Además, los jóvenes que no estudian ni trabajan registraron guarismos que autorizan a pensar que resultaron particularmente afectados por el fenómeno del desempleo, especialmente, en los momentos de crisis económica. Sobre la evolución de la situación entre los jóvenes pobres y los no pobres, a través de la tasa de desocupación y de la cantidad de jóvenes sin inserción educativa ni laboral pudimos mostrar como la brecha se ha ensanchado y que la situación de vulnerabilidad de los jóvenes pobres es clara: con bajos niveles educativos tuvieron una mayor probabilidad de estar desocupados y de ser inactivos y cuando consiguieron trabajo éste tendió a ser precario, de baja calidad y en el sector informal. Pasemos ahora a la tercera y última dimensión de análisis: EL CAMPO DE LAS POLÍTICAS Y LA PARTICIPACIÓN DE LOS AGENTES BUROCRÁTICOS. Para analizar las políticas implementadas construimos tres agrupaciones analíticas en las cuales las principales políticas sistematizadas y analizadas fueron: El SUBMCAPO DE LAS POLÍTICAS EDUCATIVAS: Reforma de Educación Media, Consejos de Escuela y de Administración y Producción, Plan EMETA (Expansión y Mejoramiento de la Educación Técnico-Agropecuaria), Centros Regionales de Educación Tecnológica, El impulso a las Pasantías y Difusión del Programa de Crédito Fiscal, ITU (Instituto Tecnológico Universitario), Reforma de Educación de Adultos. El SUBMCAPO DE LAS POLÍTICAS DE JUVENTUD: Programa de Asesoría de Centros de Estudiantes, Concurso VIVILA BIEN, Programa Desarrollo Juvenil, Juventud Solidaria y Animadores Comunitarios, Línea de Financiamiento del FIDES Desarrollo Juvenil, Programa Federal de Militancia Social (PROFEMISO). LAS POLÍTICAS DE FORMACIÓN Y TRABAJO: Empresa Joven, Proyecto Joven, Programa Provincial de Empleo y Capacitación Laboral. Se consideraron variables relativas a las políticas implementadas: dependencia institucional , objetivos, población objetivo, modalidad de prestación, mecanismos de focalización, estrategias de intervención, duración, forma institucional, grado de articulación , grado de complementariedad y grado de integralidad. Variables relativas a los agentes burocráticos: edad, nivel de instrucción, nivel de instrucción de los padres, cargos ocupados, funciones desempeñadas, participación en organizaciones. Variables relativas a los mecanismos de funcionamiento del campo: conflictos, intereses, estrategias, lógicas que guían los estilos de gestión, grado de institucionalidad, funciones equipos de trabajo, relación nación-provincia. Por último, se trabajo con los esquemas de percepción de los agentes burocráticos sobre cuatro aspectos: los jóvenes, educación y trabajo, educación y pobreza y autopercepciones. Los aspectos más relevantes detectados respecto a las características de las políticas son: La existencia de programas de formación y trabajo yuxtapuestos y desparramados por el entramado de ministerios del Estado provincial y no focalizados sustancialmente en los jóvenes pobres. Lo que nos parece un indicio de la falta de políticas de estado con continuidad y a salvo de los vaivenes políticos. Otro elemento importante fue la articulación entre diversos actores, fundamentalmente públicos, y la ejecución de diversas estrategias de intervención. Sin embargo, estos dos aspectos no se conjugaron para trabajar de manera simultánea un problema o varias problemáticas juveniles. Es decir, en términos generales carecieron de complementariedad e integralidad. Los mayores grados de complementariedad se detectaron en las políticas educativas, pero dados los históricos condicionantes que hemos señalado, las políticas educativas estaban obviamente dirigidas a los jóvenes incluidos en los establecimientos educativos. Considerando las características objetivas de los agentes burocráticos podemos decir que pertenecen a la pequeña burguesía y considerando sus dotaciones de capital podemos decir que en ningún caso el capital económico es el más importante ni en su estructura ni en su volumen. Dos características relevantes de este grupo de funcionarios son: todos tienen nivel universitario completo. Los funcionarios políticos provenían de grupos de diversos orígenes, como la izquierda, grupos católicos progresistas, grupos más combativos dentro del peronismo y el gremialismo, que en los sesenta y setenta tuvieron un proyecto de transformación y que confluyeron en el partido justicialista. La militancia universitaria fue en muchos casos el ámbito donde compartieron actividades y proyectos. A partir del golpe de 1976, muchos fueron expulsados de la docencia, de la universidad, fueron presos políticos, exiliados internos o dejaron el país. En el caso de los funcionarios políticos jóvenes esta pertenencia forma parte de la historia familiar, sus padres eran parte de estos grupos y en otro contexto histórico, ellos también se comprometieron con la militancia política, en diferentes ámbitos. Por su parte, los equipos técnicos incluyeron gente de diversas extracciones políticas: del radicalismo, del partido demócrata e independientes. Pasando ahora a los principales hallazgos sobre los mecanismos de funcionamiento de este campo, empecemos por decir que a los cargos políticos se accedía por compartir espacios político-ideológicos y a los cargos técnicos a través de vínculos tejidos en el ámbito universitario. Para dar cuenta de las dinámicas hemos construido una tipología de las lógicas que guían los estilos de gestión a través de identificar el objeto de las luchas en cada una de los tres subcampos y de analizar los intereses, los conflictos y las estrategias desplegadas que configuran la dinámica propia del cada sub-campo. La lógica democratizadora, la lógica tecnocrática y la lógica política. La primera caracterizada por la constante preocupación de promover modelos sociales y de gestión de las políticas públicas que instalen relaciones de participación y espacios de concertación y decisión que involucren a los diversos grupos sociales envueltos en la problemática a fin. La segunda, se distingue por avanzar en nuevas formas de gestión en pro de la eficiencia otorgándole un lugar central al saber técnico. Por último, la tercera, tiene como rasgo central la subordinación de sus prácticas a la dinámica político-partidaria-burocrática. Se describen para cada subcampo las particulares combinaciones de estas lógicas que guiaron los estilos de gestión, el o los principios de división entre sus agentes eficientes, las estrategias y los conflictos desarrollados. Por último, y sintéticamente, podemos señalar en qué medida se asemejan o diferencian los esquemas de percepción predominantes sobre los tres temas seleccionados en cada sub-campo. Comenzaremos con los aspectos comunes. Fueron exiguos los términos positivos al referirse a los jóvenes y también fueron escasas las asociaciones entre las generaciones jóvenes y el futuro. Tienen primeras expresiones homogéneas sobre los jóvenes, pero en un esfuerzo reflexivo logran una clara percepción de la existencia de segmentaciones sociales, aunque elaborada en base a esquemas de clasificación casi siempre dicotómicos y en la mayoría de los casos en referencia al nivel educativo, por ejemplo: secundario completo /universitario, básica incompleta/básica completa, adentro/ afuera del Sistema Educativo, adolescentes de clase media y alta con tiempo para estudiar/ adultos jóvenes con obligaciones laborales, adolescentes/jóvenes adultizados, Este es un elemento importante porque estas representaciones pueden estar en la base de la escasa complementariedad e integralidad de las políticas destinadas a los jóvenes, dado que si existe una notoria dificultad en identificar la compleja variedad de ?formas de ser joven? difícilmente se imaginaran soluciones diversificadas. Por otra parte, sobre la relación entre educación y trabajo, encontramos que las ideas al respecto, en su mayoría, se refieren al papel de la educación en las trayectorias individuales. Incluso cuando existen referencias a la adecuación entre la formación y los requerimientos empresariales ellas se vinculan a las posibilidades individuales de encontrar un empleo, es decir, a las condiciones de empleabilidad de los jóvenes. Estas referencias no incorporan la consideración desde el mundo de la producción hacia el Sistema Educativo, lo que no debe sorprendernos si consideramos las características objetivas de nuestros informantes. No hay referencias concretas al aporte a la capacidad de desarrollo de la economía provincial o nacional. Es decir, las nociones sobre el vínculo entre la educación y el trabajo, de una manera abrumadora, se circunscriben al papel que juegan en la vida de los individuos. Este es otro elemento importante que pudo influir seriamente en la percepción de la pertinencia y relevancia que la oferta educativa y formativa tiene en relación a la estructura productiva local porque evidencia una visión parcial de este vínculo. En cuanto a la educación en relación con la pobreza, la mayoría de nuestros entrevistados apelaron al papel que históricamente se le ha atribuido en los procesos de movilidad social, asignándole un lugar importante en la contribución que puede hacer a su superación, en términos de trayectorias individuales. Sin embargo, a pesar de estas coincidencias en términos generales, es posible en un análisis minucioso identificar discrepancias entre los distintos espacios analíticos que contribuyen a comprender sus productos. En las Políticas de Educación predominan los arquetipos basados en una imagen burguesa de la juventud, esto es, se considera a los jóvenes en tránsito hacia el mundo adulto o como jóvenes problematizados. Al mismo tiempo existe una escasa percepción de los problemas en el vínculo entre el sistema educativo y el sistema productivo y, consecuentemente, se le otorga un lugar secundario en la agenda frente a la preocupación por la compensación de las desigualdades. Se sostenía que el mejor aporte que puede hacer la educación en este sentido es asegurar una formación básica de calidad. Además, predomina una concepción individualista de la función de la educación y se le atribuye un lugar central en relación a la pobreza. Este conjunto de nociones se suma a otros factores explicativos para dar cuenta de la preponderancia de acciones compensatorias de las desigualdades en las políticas educativas. En las Políticas de Juventud predomina una clara percepción de la diversidad de situaciones juveniles y su asociación con la diversidad de condiciones objetivas. En ningún momento existieron referencias totalizantes acerca de los jóvenes. Por otra parte, el vínculo entre educación y trabajo se concibe como relevante para la inserción social y se le da un importante lugar en la agenda aunque no se haya traducido en políticas por otras razones, además, predomina la asignación de una función político- social a la educación y, por lo tanto, se le otorga un lugar relativo en relación al combate de la pobreza. Esta particular combinación de ideas contribuye a explicar el predominio de acciones que pretenden la promoción social en las áreas de juventud. En las Políticas de Formación y Trabajo predomina lo que hemos denominado una concepción "optimista" sobre los jóvenes, ya que se enfatiza sus atributos positivos y se los asocia al futuro de nuestra sociedad. A ello se suma una percepción altamente crítica del vínculo entre educación y trabajo y la asignación de un lugar central en la agenda a esta problemática. También encontramos una noción individualista acerca de la función de la educación y que se le otorga un lugar central en relación a la pobreza. Unión de ideas que junto a otros factores permiten explicar la tendencia a ejecutar acciones compensatorias que apuntan a la empleabilidad en los programas de formación y empleo. Sobre las autopercepciones de nuestros entrevistados podemos decir que en prácticamente todos ellos la imagen del Estado como representante del interés general tiene una gran fuerza. Además, en lo que respecta a, la visión de los funcionarios sobre el papel que le cabe al Estado, en la relación entre educación y trabajo aparece en todos los casos la idea de que éste debe ser el principal responsable de fijar las políticas de educación y trabajo. Sin embargo, no encontramos el mismo grado de acuerdo sobre cómo debe hacerlo. Algunos entrevistados consideran que el sistema educativo debe hacerse cargo directamente del servicio, otros sostienen que no necesariamente debe ejecutar todas las acciones. Tampoco son tan homogéneas las opiniones sobre quién debe asumir el financiamiento de la formación para el trabajo. Por último, todos ponen distancia entre sus ideas y las que consideran las ideas neoliberales y también reconocen que la implementación de políticas que efectivamente vinculen educación y trabajo, especialmente para los jóvenes más vulnerables es una tarea pendiente, una deuda. Para sintetizar las conclusiones a las que hemos arribado en esta tesis, podemos decir que este apartado estuvo focalizado en sistematizar como los distintos factores explicativos que fuimos detectando y analizando se  vincularon dándole forma a la dinámica del campo y a sus productos. Así decimos que los factores apuntados en relación a los vínculos históricos entre modelos productivos y sistema educativo  compusieron límites de posibilidad para las prácticas que los agentes burocráticos desarrollaron frente a los crecientes problemas de inserción social juvenil, junto con su posición de clase desde la cual construyen sus esquemas de percepción y acción. A ello hay que sumarle que el análisis de las dinámicas internas, de los intereses y las estrategias nos muestra un campo complejo, en el que se entrecruzan diversas lógicas en la gestión en función de los heterogéneos objetos de lucha, muy alejado de una organización unificada en la que sus diversos sectores colaboran en pos de un objetivo en común, lo que ayuda a comprender las debilidades en cuanto a complementariedad e integralidad de las políticas implementadas.  También se agregan las concepciones, contradictorias sobre los jóvenes, más el papel atribuido a la educación en la lucha contra la pobreza - que se tradujeron en importantes políticas compensatorias al interior del sistema educativo, pero no en políticas fuertes de inclusión en la educación y el trabajo destinadas a los jóvenes que estaban fuera del sistema educativo- y las percepciones sobre el vínculo entre educación y trabajo nos ayudan a comprender la ?lentitud? con la que se respondió a los ?nuevos problemas?  de inserción social de los jóvenes desde el Estado Provincial. Y, por último, la fuerza contundente que tiene la imagen del Estado como representante del interés general, a punto tal que lleva a que nuestros entrevistados, a que sólo en un gran esfuerzo de reflexión puedan pensar en el lugar marginal que tuvieron las políticas de inserción laboral y educativa destinadas a los jóvenes de sectores pobres en las que ellos participaron y puedan repensar como diría uno de nuestros informantes: ?cuanto tiene uno debajo de la piel de penetración de un modelo y una lógica de razonamiento neoliberal?.