INVESTIGADORES
OROS Laura Beatriz
congresos y reuniones científicas
Título:
INDICADORES FÍSICOS Y PSICOEMOCIONALES DE ESTRÉS
Autor/es:
OROS, LAURA
Lugar:
Chile
Reunión:
Congreso; XXVIII Congreso Interamericano de Psicología; 2001
Institución organizadora:
SIP
Resumen:
Hace más de medio siglo que el estrés es tema de interés para muchos investigadores, pero a pesar de esto no se ha logrado aún un significado preciso y consensuado del término. Aun más, se considera al estrés como uno de los conceptos de la psicología de la salud más ambiguo e impreciso. Fue el filósofo norteamericano Walter Cannon quien se interesó por primera vez en el estrés en la década del ´20. Más adelante, el médico austrocanadiense, Hans Selye introdujo este concepto en el ámbito de la salud.                 Pese al uso frecuente que se da al término, siempre es necesario aclarar que no todo nivel de estrés resulta negativo para la salud. Cada persona requiere cierto nivel de tensión para enfrentar con éxito las tareas de todos los días. Este incremento de estrés es saludable, positivo y facilita la búsqueda de bienestar y realización personal. A este nivel se lo denomina eustrés y fue definido por Selye (citado en Neidhardt, Weinstein y Conry, 1989) como: una situación en la que la buena forma física y el bienestar mental facilitan que el cuerpo en su conjunto adquiera y desarrolle su máximo potencial.  El estado de eustrés viene asociado con una gran claridad mental y unas facultades físicas máximas. (p. 16)                 Para Milsum (1985, citado en Gutierrez García, 1998) el eustrés es la condición ideal para que se efectúe el trabajo del complejo sistema homeostático de cada individuo. En palabras de Gutierrez García (1998) “es la activación necesaria para culminar con éxito una determinada prueba o situación complicada” (p. 2).                 Existe otro tipo de estrés muy habitual, que lejos de ser saludable, resulta nocivo para la salud y provoca una sensación incómoda de malestar. En estos casos se habla de distrés. El distrés se refiere a las consecuencias perjudiciales de una excesiva activación psicofisiológica del organismo. Este es el tipo de estrés que preocupa y del cual trata esta investigación. Neidhardt et al. (1989) apuntan que el distrés puede provocar angustia, disminuyendo la armonía entre el cuerpo y la mente y haciendo que los mismos ya no reaccionen de la misma manera, afectando directamente las habilidades que necesita la persona para hacerle frente. Los síntomas físicos, emocionales y psíquicos del distrés son muy variados y su aparición depende de la vulnerabilidad particular de cada persona. En general estos síntomas incluyen ansiedad, depresión, hostilidad, miedo, tensión, problemas gastrointestinales, trastornos intestinales como diarrea o estreñimiento, falta de apetito o glotonería, fatiga intensa, insomnio, vértigo, taquicardia, sensación de nudo en la garganta, boca seca, excesiva sudoración en la palma de las manos, perjuicio del funcionamiento intelectual y detrimento del aprendizaje (Garbee et al., 1980, Martínez, 1977, Wexler, 1978, citados en Tobal, Martín Díaz y Fernández Frías, 1998). Si bien las definiciones de estrés son muy variadas, y algunas hasta contradictorias, podrían distinguirse tres modelos explicativos que serán ampliados a continuación. 1. Modelo de estrés como estímulo: el estrés es, para este modelo, la fuerza o el estimulo externo que incide sobre el individuo y que tiene características afectivamente negativas que dan lugar a una respuesta de tensión (Meichenbaum, 1987; Meichenbaum y Jaremko, 1987; Pelechano, citado en Fierro, 1997). 2. Modelo de estrés como respuesta: el estrés se identifica con la respuesta fisiológica o psicológica que presenta un individuo frente a estresores ambientales. Es decir, la aparición de una serie de respuestas se toma como evidencia de que el organismo está o ha estado recientemente, bajo tensión (Slipack, 1991a; Selye, 1964; Belloch, Sandin y Ramos, 1995; Papalia y Wendkos Olds, 1987) 3. Modelo de estrés como interacción: el estrés surge como resultado de la relación que mantiene el individuo con el entrono. El estrés aparece cuando el individuo evalúa una situación como amenazante, que pone en peligro su bienestar y/o desborda sus recursos de afrontamiento (Lazarus y Folkman, 1986). Esta investigación adhiere al modelo de estrés como interacción por ser el más amplio y explicativo ya que no se limita a los estímulos externos ni a las respuestas internas del individuo, sino que abarca además los procesos cognitivos que median la relación del sujeto con el entorno. De acuerdo a  esta teoría, las personas se diferencian en la forma de valorar la realidad  por lo que un mismo fenómeno puede ser evaluado de múltiples maneras dependiendo de la percepción particular de cada individuo. Es decir, los factores elicitadores de estrés serán iguales para todos los individuos, pero la  forma de reaccionar ante los mismos dependerá de su grado de vulnerabilidad y de su perfil psicológico. Esto explica por qué un mismo suceso resulta amenazante (estresor) para algunas personas y no para otras. Gonzalez-Forteza, Andrade Palos y Jimenez Tapia (1997); Lazarus y Folkman (1986); Neufeld (1984) y Ramos y Galera (1997) señalan que los individuos no son igualmente sensibles y vulnerables ante determinados estímulos y por lo tanto las interpretaciones (evaluaciones) y consiguientes reacciones diferirán. La vulnerabilidad al estrés está determinada en gran medida por factores tales como, la herencia, antecedentes de enfermedades anteriores, salud física y mental, alimentación, contexto profesional y social, como así también el perfil personalidad (Gutierrez García, 1998; Oros, 2000; Slipack, 1991b, 1992). Estos factores determinarán en gran medida la sintomatología asociada al estrés y su momento de aparición. Porque si bien el estrés no es un conjunto de respuestas, es innegable la aparición de síntomas negativos pero éstos aparecen como efecto o consecuencia del estrés. OBJETIVO:                 La Escala de Síntomas de estrés fue diseñada con el objetivo de brindar una medición válida y confiable que permitiera estimar el nivel de estrés de los alumnos universitarios residentes en la Universidad Adventista del Plata, en la provincia de Entre Ríos. El índice de estrés se estimaría a partir del número de síntomas referidos por los alumnos.