INVESTIGADORES
JELIN Elizabeth
capítulos de libros
Título:
La narrativa personal de lo "invivible"
Autor/es:
VERA CARNOVALE, MARIETA DE MORAES FERREIRA, ELIZABETH JELIN, SELMA LEYDESDORFF, FEDERICO LORENZ, ALEJANDRA OBERTI, ROBERTO PITTALUGA, ALESSANDRO PORTELLI, MERCEDES VILANOVA
Libro:
Historia, memoria y fuentes orales
Editorial:
Memoria Abierta / CEDINCI
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2006; p. 63 - 79
Resumen:
Las reflexiones y el debate sobre la posibilidad y la imposibilidad de testimoniar, sobre la ?verdad?, los silencios y los huecos, así como sobre la posibilidad de escuchar, deben su origen contemporáneo y su potente impulso a la experiencia nazi y al desarrollo de los debates a partir de ella. En la abundante literatura sobre las víctimas del nazismo y los avatares de sus testimonios y narrativas personales, hay varias líneas de argumentación y varios ejes de debate que ayudan a entender y al mismo tiempo cuestionar el lugar del testimonio personal (Wieviorka, 1998, 1999). En verdad, se trata de varios temas diferentes aunque relacionados en la elaboración de las experiencias de situaciones límite. En primer lugar, están los obstáculos y trabas para que el testimonio se produzca, para que quienes vivieron y sobrevivieron la situación límite puedan relatar lo vivido. En este punto se ubica la imposibilidad de narrar y los huecos simbólicos de lo traumático.[1] Pero también el silencio deliberado, ?indicador sobresaliente del doble carácter límite de la experiencia concentracionaria: el límite de lo posible y, por esto mismo, límite de lo decible? (Pollak, 1990, p. 12).[2] En segundo lugar, el tema se refiere al testimonio en sí, a los huecos y vacíos, a lo que se puede y lo que no se puede decir, lo que tiene y no tiene sentido, tanto para quien lo narra como para quien escucha. Finalmente, está la cuestión de los usos, efectos e impactos del testimonio sobre la sociedad y el entorno en que se manifiesta en el momento en que se narra, así como las apropiaciones y sentidos que distintos públicos podrán darle a lo largo del tiempo. [1] Los hechos del pasado y la ligazón del sujeto con ese pasado, especialmente en casos traumáticos, pueden implicar una fijación, un permanente retorno: la compulsión a la repetición, la actuación (acting-out), la imposibilidad de separarse del objeto perdido. La repetición implica un pasaje al acto. No se vive la distancia con el pasado, que reaparece y se mete, como un intruso, en el presente. Para salir de esta situación se requiere ?trabajar?, elaborar, incorporar memorias y recuerdos en lugar de re-vivir y actuar. En el plano psicoanalítico, el tema refiere al trabajo de duelo, que implica un ?proceso intrapsíquico, consecutivo a  la pérdida de un objeto de fijación, y por medio del cual el sujeto logra desprenderse progresivamente de dicho objeto? (Laplanche y Pontalis, 1981, p. 435). En ese proceso, la energía psíquica del sujeto pasa de estar ?acaparada por su dolor y sus recuerdos? y recobra su libertad y su desinhibición. Este trabajo lleva tiempo, ?se ejecuta pieza por pieza con un gasto de tiempo y de energía?? (Freud, 1976, p. 243). Implica poder olvidar y transformar los afectos y sentimientos, quebrando la fijación en el otro y en el dolor, aceptando ?la satisfacción que comporta el permanecer con vida?. Hay un tiempo de duelo, y ?el trabajo de duelo se revela costosamente como un ejercicio liberador en la medida en que consiste en un trabajo de recuerdo? (Ricoeur, 1999, p. 36). La actuación y la repetición pueden ser confrontadas con el ?trabajo elaborativo? (working-through). La noción freudiana de trabajo elaborativo, concebida en un contexto terapéutico, consiste en el ?proceso en virtud del cual el analizado integra una interpretación y supera las resistencias que ésta suscita. [...] especie de trabajo psíquico que permite al sujeto aceptar ciertos elementos reprimidos y librarse del dominio de los mecanismos repetitivos? (Laplanche y Pontalis, 1981, p. 436). El trabajo elaborativo es ciertamente una repetición, pero modificada por la interpretación y, por ello, susceptible de favorecer el trabajo del sujeto frente a sus mecanismos repetitivos (p. 437). Esta noción puede ser aplicada y extendida fuera del contexto terapéutico. En el trabajo elaborativo, dice LaCapra, ?la persona trata de ganar una distancia crítica sobre un problema y distinguir entre pasado, presente y futuro [?] Puede haber otras posibilidades, pero es a través de la elaboración que se adquiere la posibilidad de ser un agente ético y político? (LaCapra, 2001, p. 144). [2] El silencio, a diferencia del olvido, puede funcionar como modo de gestión de la identidad que resulta del trabajo de reinsertarse en el mundo de la vida ?normal?. Puede también expresar la dificultad de hacer coincidir el testimonio con las normas de la moral imperante, o la ausencia de condiciones sociales favorables que autorizan, solicitan o abren la posibilidad de escucha (Pollak, 1990; Pollak y Heinich, 1986).