INVESTIGADORES
COIRA beatriz lidia luisa
capítulos de libros
Título:
Magmatismo neógeno tardío de Puna norte.
Autor/es:
COIRA, B., KAY, S.M. Y CAFFE, P.J.
Libro:
Geología y Recursos Naturales de la Provincia de Jujuy
Editorial:
Asociación Geológica Argentina
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2008; p. 313 - 321
Resumen:
Durante el Mioceno superior el volcanismo alcanzó su climax en el ámbito de la Puna. Grandes volúmenes ignimbríticos, asociados a calderas de dimensiones gigantescas, fueron emitidos en los últimos 10 Ma como parte de la Provincia ignimbrítica neógena de los Andes Centrales, la que constituye una de las mayores de la Tierra. Su evolución tuvo lugar en segmento de corteza continental engrosada, bajo un activo régimen de subducción de ángulo creciente en un margen compresional (Coira et al.; 1993, Kay et al., 1999) y refleja particulares condiciones termo-mecánicas de la corteza en este sector de los Andes para esos tiempos. Dicho volcanismo tuvo lugar al final de la principal etapa compresiva que produjo el alzamiento de la Puna (Allmendinger et al., 1997), lo que se evidencia a través de la disposición subhorizontal de las ignimbritas cubriendo la superficie de San Juan Oro, registro de la significativa discordancia erosiva que marcó la principal etapa de alzamiento del plateau (Gubbels et al., 1993; Allmendinger et al., 1997). En la Puna jujeña los episodios ignimbríticos tuvieron una etapa temprana a los 10 Ma, la que marcó el inicio del volcanismo ignimbrítico de grandes volúmenes. En su transcurso se registraron erupciones de volúmenes reducidos respecto a la etapa subsiguiente, representante del climax ignimbrítico. Sus centros de emisión permanecen ocultos por debajo de edificios volcánicos más jóvenes. En el lapso 8-4 Ma se instauró un volcanismo ignimbrítico de grandes dimensiones (climax ignimbrítico), al que se vinculó el desarrollo de gigantescas calderas entre las que se destacan en el lapso 8-6 Ma, Vilama, Panizos, Coranzulí y en territorio contiguo de Bolivia, Guacha (Fig. 1). Durante el Plioceno dicho volcanismo ignimbrítico migró al oeste en respuesta al incremento del ángulo de subducción, encontrándose representado por la caldera La Pacana y sus voluminosas unidades ignimbríticas (5-3.4 Ma), así como por nuevos flujos piroclásticos que marcaron la reactivación para esos tiempos de la actividad en la caldera Guacha. El volcanismo ignimbrítico prosiguió con menor volumen en dicha región durante el Pleistoceno, representado por el Complejo ignimbrítico Purico (1.3 Ma) y erupciones menores asociadas a centros anidados dentro de la caldera La Pacana.