La escuela, la discriminación y sus connotaciones

BORGOBELLO, A. Y CERVIGNI, M.

IRICE, Rosario

Congreso; I Congreso Internacional “¿Cómo construir el diálogo intercultural?”; 2003

Asociación de Estudios Interculturales. Centro de Producción Hipermedial - Instituto de Investigación en Ciencias de la Educación

Vivimos clasificando, discriminando en categorías. Es inevitable, parte de las funciones cognitivas más elevadas que rigen, o al menos intentan regir, nuestra vida cotidiana. Estas categorías son las que nos permiten analizar las situaciones habitualmente. Es conocido que en los centros educativos se producen estigmatizaciones de los niños que son diferentes al “normal”, tanto si superan como si no cumplen con las expectativas que el sistema educativo “espera” de ellos. Esta estigmatización no es pensada habitualmente desde el ángulo de las potencialidades de los sujetos, sino desde lugares fijos produciendo efectos importantes en las subjetividades de quienes la padecen. Abordar la problemática de la diversidad desde una perspectiva institucional, de gestión, impediría la negación del conflicto, intentando la superación del mismo, ya que negarlo implica la producción de aquello que no es deseado. En un plano social en el que las diferencias socioeconómicas son el punto de partida, las trayectorias de los sujetos en el campo de la educación serán distintas. No reconocer las diferencias, no “discriminarlas”, lleva a un casi seguro fracaso escolar. El sistema educativo como tal no fue preparado para incluir las diferencias, sino para homogeneizarlas, sin embargo, intentar velarlas produce efectos sintomáticos que parten de la raíz misma del sistema. Algunos alumnos ni siquiera revisten problemas y  no son tenidos en cuenta en la discriminación, no molestan, ni son “tan inteligentes” como para “merecer” la atención de sus maestros. Cuestionar las situaciones, plantear que las cosas no son así desde siempre y para siempre, es decir, cuestionar la “naturalidad” con la que se dan ciertos procesos desde lugares de saber sobre lo que acontece, es, en sí, preventivo.  Abre la posibilidad de re-pensar la actividad cotidiana y los efectos que la misma produce en la subjetividad, como efectos en alguien de los demás.