¿La Pregunta como derecho?

MARTÍN, SEBASTIÁN

General Pico

Workshop; Workshop: Problemas y perspectivas en torno a la enseñanza de la Filosofía en la escuela secundaria; 2017

Facultad de Ciencias Humanas - Universidad Nacional de La Pampa

Resulta habitual, para aquellos que trabajamos con y de la filosofía escuchar la pregunta: "¿para qué filosofía?". Esta pregunta que, de continuo aparece, no pocas veces nos deja atónitos e incapaces de dar una respuesta satisfactoria y convincente.Ahora bien, quizás podríamos plantear que la mencionada pregunta, aquella que interroga por el "para qué" de la filosofía resulta una pregunta carente de sentido. Existe un prejuicio bastante extendido dentro de la enseñanza de la filosofía que consiste en sostener que la filosofía, como práctica y ejercicio se pregunta por todo, nada queda fuera del ámbito y la esfera de su posible preguntar.Este tópico, que se ha extendido como reguero de pólvora, no solo no es correcto, sino que además atenta directamente contra aquello que, utilizando una denominación un tanto ampulosa, podríamos llamar el "espíritu de la filosofía". El espíritu de la filosofía remite a su ethos, esto es, parafraseando a Foucault, a una actitud, una manera de pensar y de sentir, también una manera de actuar y conducirse que indica una pertenencia y una tarea. En tanto modo de actuar y conducirse desde una pertenencia común y hacia una tarea, el espíritu de la filosofía se presenta como aquella disposición que anida en lo más profundo de su práctica y de su hacer. Resguardar esta disposición, salvaguardarla, sostenerla en un cuidado permanente es una herencia, que como señala Jaques Derrida conlleva siempre y necesariamente un trabajo.