Articulaciones entre tiempo y necesidad en el modo de producción capitalista

MARTÍN, SEBASTIÁN

Mendoza

Congreso; VII Congreso Interoceánico de Estudios Latinoamericanos. ?El lugar de la crítica en la cultura contemporánea?; 2022

Facultad de Filosofía y Letras - Universidad Nacional de Cuyo

Existeen Karl Marx una inquietud en torno a los modos en que el tiempo, en unasociedad atravesada por la lucha de clases, se nos presenta, a lasconstelaciones de experiencia que se abren o cierran desde su posibilidadsocial de manifestación. En este sentido, no puede hacerse foco en el tiempo sino lo pensamos en relación con el concepto de necesidad. La articulación yamalgama de estas ideas-fuerza tensionan y atraviesan la producción teórica delpensador y despejan la senda de su proyecto emancipatorio. Dilucidar laco-pertenencia de estas nociones y atender a sus consecuencias prácticas, serála tarea que nos proponemos en el siguiente trabajo.  Marxes testigo y profeta de la tiranía de una forma de concebir el tiempo que, ensu abstracción, progresivamente se absolutiza y universaliza, que a su pasobarre con todo y con todos/as. El modo de producción capitalista consuma unaracionalización técnica del tiempo como patrón de medida uniforme, homogéneo ylineal. Hombres y mujeres son convertidos en meros armazones de tiempo, enrecursos cuya utilidad puede ser cuantificada a partir de su simplificación eigualación cronométrica. Este proceso trae aparejado el que la vida, en susmanifestaciones, se formalice cuantitativamente, hecho que obtura la posibilidadde emergencia de las “necesidades libres” (Heller, 1998) que son esencialmentecualitativas, de expresión, de contenido, de una potencia de ser.  Veremosentonces que las necesidades, al cuantificarse, pueden estipularsenuméricamente en cifras factibles de ser calculadas. Esto genera la ilusión,incluso en el seno del socialismo vulgar, de que la justicia responde en últimainstancia a una cuestión de proporción y métrica. La justicia, concebida comosatisfacción aritmética de una carencia, es presa aún de la imposición de laforma al contenido. En ella persiste el sustrato ideológico de laforma-mercancía y la forma-salario como cuestión factible de ser zanjadamediante la fijación de un patrón de medida adecuado que solo puede operar porigualación.Aldevenir la fuerza de trabajo una mercancía, queda la misma apresada justamenteen la lógica del fetichismo formalizante. El capitalismo es una enorme empresacreadora de formas (forma mercancía, forma dinero, forma valor, forma fetiche)que aplana lo singular para otorgarnos como moneda de cambio homogeneidad. Deeste modo, la igualación uniformante permite establecer métricas, cuya formaespectral o fantasmagórica, mistifica lo real social trastocando el binomioser/apariencia.