BECAS
DIAZ Lucia Andrea
capítulos de libros
Título:
El avance de la ciudad informal y el problema de la segregación socio-residencial. El caso de Bahía Blanca
Autor/es:
DIAZ LUCÍA
Libro:
Investigaciones para el Desarrollo Territorial del Sudoeste Bonaerense (Provincia de Buenos Aires- Argentina).
Editorial:
Ediuns
Referencias:
Lugar: Bahia Blanca; Año: 2020; p. 9 - 340
Resumen:
A lo largo de la historia, se ha podido observar que la urbanización y el desarrollo económico han estado fuertemente interrelacionados, provocando una sinergia bastante virtuosa. Incluso, varios investigadores sociales distinguen a la urbanización como sello característico del progreso económico. Más aún, hoy en día, fruto de los nuevos procesos de producción, distribución y consumo de bienes y servicios inherentes de la globalización, la ciudad, y sobre todo la gran ciudad, la metrópolis, se consolida como un verdadero instrumento del desarrollo económico. ?La ciudad se nos presenta hoy como la dimensión operativa, totalizante e integradora para gestación de procesos de mejoramiento de la calidad de vida? (Jordan & Simioni, 2003:44).Tal como lo afirman datos del Banco Mundial, en la actualidad más de la mitad de la población mundial (54%) vive en áreas urbanas y se estima que el porcentaje irá en aumento en los próximos años. Este proceso de urbanización ha sido acompañado por un crecimiento demográfico, junto con un aumento de la esperanza de vida, una mejora en la igualdad de género; un crecimiento y diversificación económica; y una extensión del acceso a los servicios sociales básicos.Asimismo, desde la reunión de Naciones Unidas en Vancouver de 1976 (Hábitat I) y en Estambul de 1996 (Hábitat II) se fue difundiendo una nueva forma de comprender el hábitat: entendiéndose como algo más que un territorio conformado por viviendas, para comenzar a considerarlo como un espacio donde se localiza el ser humano de manera integral, en el cual se desarrolla política, económica y socialmente. Paralelamente, se fue afianzando el derecho a la vivienda adecuada en el marco de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC) y la consolidación del derecho a la ciudad, el cual tiene en cuenta el desarrollo de las personas en un territorio especifico, considerando tanto a la vivienda como a su entorno más próximo, valorando la cantidad y calidad de los equipamientos sociales, del espacio público físico y la movilidad al interior de la ciudad.No obstante, se observa una importante contradicción, ya que, si bien por un lado, la urbanización favorece el avance de la economía al concentrar geográficamente la producción y los mercados, proveer infraestructura y servicios básicos, etc.; por el otro, el crecimiento de las ciudades refleja en sí mismo las desigualdades con que tiene lugar tal desarrollo, con sectores sociales prósperos que ocupan ciertos sitios de cada localidad y otros grupos menos favorecidos que tienden a estar marginados de los beneficios de la vida urbana.Así, las formas de habitar las ciudades contribuyen a producir y reproducir la desigualdad tanto social como territorialmente, reflejando un espacio heterogéneo, segregado y con fuertes contrastes que afectan, en definitiva, a la integración, conexión y dinámica urbana.Particularmente, en América Latina y el Caribe el 80% de la población vive en ciudades , lo que la convierte en la segunda región más urbanizada del mundo. Sin embargo, su expansión urbana ha sido de carácter desigual, manifestándose con mayor profundidad en las últimas décadas a través del gran crecimiento de los denominados asentamientos urbanos informales, donde se concentra casi un tercio de los habitantes de las urbes. En tales asentamientos se superponen una diversidad de privaciones relativas al hábitat urbano que, a su vez, pueden ser pensadas como dimensiones específicas de la pobreza urbana. Según Clichevsky (2000), en Latinoamérica se pueden encontrar dos principales formas principales de informalidad urbana: por un lado, aquella relacionada con la inseguridad dominial, la falta de títulos de propiedad (o contratos de alquiler), ocupaciones de tierras, loteos irregulares y/o clandestinos. Por otro lado, la informalidad que tiene que ver con el proceso de urbanización que se relaciona con el incumplimiento de las normas de construcción de la ciudad, es decir, ocupaciones que carecen de condiciones urbano-ambientales aptas o situaciones de extremas densidadesEn dicho marco, y luego del fracaso de otros esquemas de política habitacional por parte de los Estados nacionales basados, en su mayoría, en la erradicación de asentamientos irregulares que luego eran reemplazados por nuevas construcciones de conjuntos habitacionales, en los últimos años se ha consolidado un nuevo modo de abordar el problema habitacional (Zapata, 2017)Para este nuevo abordaje el problema no se restringe únicamente a la falta de viviendas materiales, sino que también se debería contemplar privaciones adicionales sufridas por una parte de las poblaciones urbanas, y que hacen al modo en que las mismas se integran a la ciudad. Más aun, tal abordaje integral del problema habitacional reconoce que existe una fuerte interconexión entre las situaciones de carencia habitacional y otras carencias económicas y sociales. Por tal motivo, la preocupación por el déficit de vivienda y el hábitat debería conducir a soluciones más integrales que aborden dimensiones tales como la tenencia segura, la infraestructura barrial y los servicios urbanos básicos, la provisión de espacios públicos, soluciones de financiamiento, empleo e ingresos, entre otras. Todo ello con miras a alcanzar un desarrollo social de la población afectada y su integración con el resto de la ciudad.Por su parte, la ciudad de Bahía Blanca no se encuentra ajena a la realidad latinoamericana. Por el contrario, muestra fuertes déficit habitacionales como así también ciertas debilidades cualitativas en cuanto a integración urbana, tales como ciertos inconvenientes en la disponibilidad de servicios públicos, precario estado material de las construcciones o problemas de hacinamiento, entre otras. El objetivo general de este trabajo, entonces, consiste en analizar el espacio urbano de la ciudad de Bahía Blanca en términos de informalidad, de segregación socio-económica y desigualdad que desembocan en una incorrecta integración urbana. Para ello, en primer lugar se realizará una estado de arte de la situación de precariedad urbana a nivel latinoamericano, observando la gran incidencia que actualmente tiene los asentamientos informales en las ciudades de la región y las consecuencias que tal situación acarrea en la sociedad misma, en base a los distintos informes de diversos autores especializados y de los datos extraídos de los organismos como Naciones Unidas, Banco Mundial, CEPAL, entre otros.Bajo este panorama, se procederá a exponer el nuevo paradigma de abordaje para el problema habitacional por parte de los estados nacionales, impulsado por la ONU y El Banco Interamericano de Desarrollo, que empezó a consolidarse en las últimas dos décadas y que busca complementar los procesos informales y espontáneos de creación de barrios, aportando elementos y servicios necesarios en cada caso con un costo menor que el que conlleva el desplazamiento de los barrios en sí mismos (MacDonald, 2005)Dicho enfoque propone un conjunto de medidas de políticas estructurado en tres grandes niveles o componentes. Por un lado, se desatacan aquellas políticas enfocadas en el mercado del suelo urbano y la dinámica de formación de su precio, como los programas de producción de suelos y la recuperación de plusvalías. Luego, se destacan aquellas medidas orientadas a la producción estatal de nueva oferta habitacional, tales como la creación de lotes con servicios en terrenos vacíos, las construcciones de nuevas viviendas, etc. Por último, se encuentran los programas que buscan la integración socio-urbana de los asentamientos y barrios precarios, como los programas de regularización dominial, provisión de acceso a espacios y lugares públicos, programas de autoconstrucción y empleo, etc., que permiten poner en valor lo ya construido por los propios vecinos.Posteriormente, se procederá a describir el estado de la cuestión del hábitat precario en la Argentina revisando las medidas de política implementadas en los últimos años a la luz del nuevo paradigma planteado anteriormente.Seguidamente, el trabajo se analizará la situación de la ciudad de Bahía Blanca en la materia, describiendo los distintos aspectos en lo que refiere al carácter desigual de su expansión urbana, marcada, principalmente, por la capacidad económica de la población para acceder a la tierra, por la dinámica inmobiliaria, los precios del suelo y por la normativa urbana. Asimismo, se analizará el rol del Estado municipal en su intervención con medidas de política tanto en el mercado de tierras, como la normativa de su uso y las distintas inversiones en busca de revertir dichas situaciones, en base al aporte del gobierno electrónico (especialmente útil, por ejemplo, para la agilización de los tramites relacionados con los títulos de propiedad) y al trabajo de grado realizado para la licenciatura en economía.Por último, se discutirá si los instrumentos disponibles para abordar el problema del hábitat precario permiten realizar un abordaje integral como el que se expone al principio del trabajo, detectando los resultados, las debilidades de los mismos, y las estrategias a seguir en la construcción de medidas de acción que reviertan tal problemática.Para dicho trabajo se desarrollará, en primer lugar, un abordaje teórico basado en el nuevo paradigma en materia del hábitat y desarrollo urbano. También se analizará las disposiciones legales, ordenanzas y resoluciones del ejecutivo local, que conforman la política habitacional de la ciudad. Asimismo, se utilizarán datos cuantitativos referidos al déficit habitacional, asentamientos informales y hogares precarios que surgen del Censo Nacional 2010, de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) y relevamientos de ONGs, como TECHO.En definitiva, se buscará evaluar las consecuencias que acarrea la precariedad en el hábitat, en términos de inseguridad e inestabilidad que potencian los riesgos a los que están expuestos los grupos que habitan en los asentamientos.Resultados preliminares caracterizan a la ciudad de Bahía Blanca por una heterogeneidad, segregación y fuertes contrastes derivados del crecimiento propio, en el cual se observa la generación de grandes desigualdades, acumulación de distintas privaciones, violaciones de derechos, que reproducen verdaderas limitaciones en el desarrollo humano y social de la población. Por un lado se perciben diversos asentamientos precarios que arrastran numerosos problemas y restricciones, y por el otro lado, un crecimiento urbano impulsado por los grandes inversores de manera discontinua, extendiéndose más allá de los límites de circunvalación, provocando grandes conjuntos de tierra ociosa que generan interrupciones en el tejido urbano, limitando una correcta integración de la ciudad.