INVESTIGADORES
AMADORI Arrigo
congresos y reuniones científicas
Título:
La Independencia del Perú a través de los ministros del segundo liberalismo, 1820-1823
Autor/es:
AMADORI, ARRIGO
Lugar:
Madrid
Reunión:
Workshop; I Workshop internacional: El último virreinato. España y la Independencia del Perú, 1820-1824.; 2013
Resumen:
Esta ponencia se enmarca en una investigación que he venido desarrollando en el último tiempo que analiza el modo en el que los Secretarios del Despacho del segundo liberalismo abordaron la gestión del Perú, incluyendo naturalmente la guerra de independencia, y busca definir los lineamientos propuestos, tanto para el gobierno ?específicamente para la superación de la crisis- como para el desarrollo de este territorio. Como se sabe, estos ministros, sobre todo aquellos de los gobiernos designados a partir de 1821, fueron quienes llevaron la voz y la posición del gobierno ante las cortes, que en su caso era la del Rey, permitiendo obtener una visión bastante precisa y muy rica de las percepciones acerca estos territorios transatlánticos. Es importante tener presente que el análisis de las memorias que contienen referencias a cuestiones americanistas, más allá de la coyuntura política que imprime su sesgo en lo que se dice y en lo que se calla, ilustran claramente la forma de pensar el futuro de la nación transatlántica española por parte de los políticos implicados en el proceso de toma de decisiones de la monarquía. De esta manera, por este camino estaríamos recuperando opciones que en su momento fueron consideradas válidas y que el conocimiento que tenemos actualmente del resultado de las revoluciones independentistas nos induce a restarles relevancia histórica. A partir de las memorias presentadas a las cortes entre 1820 y 1823 por los sucesivos ministros de cada uno de los ramos referidos, mi trabajo busca mostrar la interacción y los distintos puntos de vista respecto de la cuestión americana, lo que daba lugar a la conformación de un espacio común en el que se operaba algunas veces de forma coordinada y muchas otras, las más de ellas, de manera concurrente. Asimismo, se busca establecer un punto de partida para analizar el conocimiento que poseían los miembros del gobierno sobre el Perú. Este resulta un tema sumamente importante, como veremos a continuación. Se trata de un repertorio documental de 21 memorias, algunas de ellas de gran entidad, tanto en términos teóricos como también por su volumen, que responden a una obligación. En concreto, la obligación de presentar memorias a las cortes por parte de los siete Secretarios del Despacho estaba recogida en el artículo 77 del Reglamento Interior de Cortes, donde se disponía la lectura de un informe sobre la situación específica de cada ramo en el tercer día de la Legislatura ordinaria. Pese a que la disposición resultaba muy sencilla, lo cierto es que no dejó de presentar dificultades; de hecho, ya en la Legislatura del año 1821 se puso de manifiesto una limitación muy concreta en este mecanismo de información a las cortes. Puesto que la mayor parte de los ministros que habían ocupado las secretarías durante el año anterior habían sido exonerados, a raíz de la famosa adenda que realizó Fernando VII al discurso preparado por sus ministros en su alocución a la legislatura del 1 de marzo de 1821 , se constató que por el corto tiempo que los nuevos secretarios llevaban encargados de los negocios públicos ?no podían en manera alguna dar ninguna noticia con la premura y exactitud que han menester las cortes?. Presentado, a grandes rasgos, el tema en el que estoy trabajando, en esta ocasión, sin embargo, consideraré solamente los textos presentados a las cortes por los Secretarios de Ultramar. En total son tres memorias elaboradas por Antonio Porcel, Ramón Gil de la Cuadra y José María Moscoso de Altamira en 1820, 1821 y 1822 respectivamente. Estas memorias pueden ser contempladas desde múltiples perspectivas o registros. En primer lugar, poseen un plano que podríamos catalogar como ideológico, en segundo lugar, un marcado interés por la gestión o el gobierno de los territorios ultramarinos, y en tercer lugar, una preocupación por la guerra de Independencia que, al menos para el caso del Perú, tiene una importancia claramente secundaria, aún durante el año 1822. De modo que cabe identificar al menos dos tiempos desde los que se abordó la cuestión americana en estas memorias que, como veremos, no necesariamente eran incompatibles entre sí y que por lo tanto podían ser asumidas de forma simultánea. En suma, podría hablarse de unas preocupaciones coyunturales e inmediatas y de unos proyectos estructurales o de larga duración. Así, por un lado, debemos señalar el abordaje de la crisis política iniciada en América con los procesos revolucionarios, cuya superación hasta cierto punto se daba por supuesta, al menos en los primeros tiempos para la Nueva España, las Antillas y el Perú. Esta circunstancia constituía una plataforma para el abordaje del segundo aspecto. Por otro, nos encontramos con un amplio repertorio de propuestas y medidas referidas a aspectos concretos para el gobierno y el fomento de cuestiones de Ultramar, como puede ser la instrucción, la industria, las comunicaciones, el comercio, la salud pública o el incremento de la población.