Entre Maurras y Mitre. El "historiador ortodoxo" Alfonso de Laferrère

BORIS MATÍAS GRINCHPUN

Rosario

Jornada; V Jornada de Avances de Investigación de Historia Argentina: "Fuentes métodos y problemas"; 2014

IDEHESI - UCA

Corría 1967 cuando la Academia Argentina de Letras incorporó como miembro a Alfonso de Laferrère. Periodista de larga trayectoria, desempeñada en páginas tan disímiles como La Fronda, La Nación y La Prensa, había pasado también por la administración pública en varias ocasiones y era hijo del célebre "comediógrafo" Gregorio de Laferrère. Su alocución, no obstante, soslayó estos tópicos y versó sobre "Letras, Historia y Política": el veterano columnista había dedicado numerosos sueltos a estos tópicos, además de trabajos de más largo aliento. Tal vez por ocupar la silla que había pertenecido a Bartolomé Mitre, Laferrère destacó sus incursiones en el estudio del pasado argentino. Exaltó a su antecesor como "patrono" de los historiadores argentinos, reivindicó el valor cívico de la disciplina histórica y lamentó que "mancillar las efigies de los próceres" fuera "un deporte predilecto en ciertos suburbios de la política". En este sentido, podría aventurarse que Laferrère era un defensor de la "historia oficial" frente a los embates del revisionismo histórico. Un tanto irónicamente, Alfonso había presenciado los albores de esta corriente crítica: hacia 1927 había frecuentado al grupo que publicó La Nueva República, con el que compartía la oposición al yrigoyenismo y el entusiasmo por las ideas de Charles Maurras. Casi cuarenta años después, las marcas de este entusiasmo juvenil parecían haberse borrado completamente. ¿Qué había separado a Alfonso de los "jóvenes maurrasianos", muchos de ellos futuros revisionistas? ¿Qué relaciones se establecieron entre política y escritura de la historia en este proceso?