INVESTIGADORES
PACHILLA Pablo Nicolas
congresos y reuniones científicas
Título:
La carne y el pliegue: la lectura deleuziana de Merleau-Ponty
Autor/es:
PACHILLA, PABLO
Lugar:
San Martín
Reunión:
Simposio; III Simposio Merleau-Ponty; 2011
Institución organizadora:
Universidad Nacional de San Martín
Resumen:
El presente trabajo intentará avanzar en una dilucidación de la lectura deleuziana de Merleau-Ponty, y comprender los motivos de su posicionamiento frente a las propuestas merleau-pontianas. Asimismo, intentaremos iluminar algunos puntos en común y algunas distancias, aún más allá de las menciones explícitas. Estas, por otra parte, no son numerosas y, sin embargo, se puede rastrear una lectura clara con una tesis interpretativa fuerte por parte de Deleuze. En primer lugar, y antes de llegar a sus puntos de contacto, no podemos dejar de mencionar el rechazo deleuziano hacia la concepción de la sensibilidad presente en la Fenomenología de la percepción, que, al constituir una suerte de Urdoxa u opinión originaria, es descrita por Deleuze como la cuarta forma del sentido común en la filosofía trascendental –sentido común cuya desarticulación será uno de los objetivos centrales de Diferencia y repetición. Pero habrá acercamientos mayores. La noción de pliegue, que Deleuze retoma de la fenomenología pos-husserliana para aplicar a la obra de Leibniz, juega un rol fundamental en su lectura de Merleau-Ponty. Si bien el concepto y su remisión a Merleau-Ponty aparecían ya en Diferencia y repetición, es recién en Foucault que Deleuze traza una suerte de recorrido caracterizando diferentes versiones del concepto de pliegue, lo cual arroja luz sobre su concepción de y su discusión con el concepto de pliegue específicamente merleau-pontiano. Según la tesis de este libro, existen tres figuras del pliegue, que se presuponen la una a la otra. En primer lugar, una que remite a Heidegger y Merleau-Ponty: pliegue de las dos formas del saber, el ver y el hablar, lo visible y lo invisible. En segundo lugar, una que remite a Nietzsche: pliegue de los contrincantes que la figura anterior presupone, batallantes que se revelan, en tanto relaciones de poder o de fuerza, como condiciones de la distribución de las dos partes del saber. Y por último, la creada por el Foucault tardío: pliegue del adentro y el afuera como constitución de la subjetividad. La figura anterior suponía una exterioridad pura, un Afuera absoluto que aparece ahora como constitutivo de un adentro o Sí mismo. La noción de pliegue sería, en sí misma, una noción pos-fenomenológica, ya que aparecería en Heidegger –Zwiefalt– y Merleau-Ponty –pli– como una manera de superar la intencionalidad, pero sería recién con la noción de carne –chair– tal como aparece en Lo visible y lo invisible que esta –primera– forma de pliegue alcanzaría, según Deleuze, su manifestación más lograda. En este sentido, los conceptos de quiasmo y de reversibilidad resultan fundamentales para pensar una torsión más allá del cuerpo y los objetos. Pero si bien Deleuze reconoce el mérito de la empresa de pensar la chair, sostiene que Merleau-Ponty se precipitaría identificando el quiasmo con el pliegue ontológico, que residiría según Deleuze recién en su tercera versión.