PERSONAL DE APOYO
CARBONELLA Julieta Cecilia
congresos y reuniones científicas
Título:
FLUCTUACIONES CLIMÁTICAS GLOBALES Y DEL NIVEL DEL MAR DURANTE EL HOLOCENO. RELACIÓN CON EL CAMBIO GLOBAL ACTUAL
Autor/es:
GÓMEZ EA; BOREL CM; MARTÍNEZ DE; KIHN RG; CARBONELLA JC; CUESTA AC; LARA RJ; PIERINI JO; RANIOLO LA
Lugar:
Neuquén
Reunión:
Congreso; XVIII Congreso Geológico Argentino; 2011
Resumen:
El consenso general sostiene que con posterioridad al último máximo glaciar, el nivel medio del mar (NMM) ascendió desde profundidades mayores a los 100 m, alcanzando las máximas alturas por encima del NMM actual a los cal 6900-6000 años AP, aproximadamente; para luego descender de manera aproximadamente paulatina hasta su posición actual. Sin embargo, existen evidencias que indican que sobre este comportamiento de mayor escala temporal, ocurrieron oscilaciones negativas relativamente breves del NMM. Extensos relevamientos submarinos realizados con sonar de barrido lateral, muestreo de sedimentos de fondo y extracción de testigos efectuados en el sector exterior al estuario de Bahía Blanca, determinaron la ocurrencia regional de afloramientos de materiales cohesivos a profundidades de hasta 17 m con una disposición general horizontal (Gómez y Perillo, 1995). Los análisis sedimentológicos y micropaleontológicos, los que incluyeron ostrácodos, foraminíferos y palinomorfos, revelaron sin lugar a dudas que estos afloramientos corresponden a antiguas planicies de marea (Gómez et al., 2005). Las dataciones 14C AMS sobre fango orgánico indican que parte de estos depósitos corresponderían a dos oscilaciones negativas del NMM: a los cal. 7300-6600 años A.P. (A) y a los cal. 2700-2330 años A.P. (C), aunque la amplitud de estas oscilaciones no pueda ser leída directamente sobre la cota batimétrica a la que se encuentran por factores como el desconocimiento del grado de compactación de los depósitos sedimentarios, la incertidumbre respecto a que porción de la zona intermareal corresponden los depósitos y a la incertidumbre relativa al rango de marea del área en el pasado, ya que hoy en día éste varía entre los 2, 5 m y 5 m dependiendo de la geometría del ambiente. La ocurrencia de tales oscilaciones durante el Holoceno no habría podido ser reconocida hasta el presente por la escasez de estudios submarinos completos, debido principalmente a las dificultades propias que existen para estudiar el medio subacuático, y a que la mayoría de las investigaciones realizadas en zonas emergidas basan su cronología en dataciones 14C de conchillas, las que en gran parte de la provincia de Buenos Aires como la zona de Mar del Plata y Río Quequén pueden llegar a presentar incertidumbres extremadamente grandes. Tales incertidumbres, que superan incluso los 2000 años, se deben a la incorporación por parte de los organismos en sus valvas de C “viejo” aportado hacia la zona costera en forma de bicarbonatos disueltos en el agua superficial y subterránea y que se denomina “Efecto de aguas duras” (Gómez et al., 2008). Tanto en el Río de la Plata (Cavallotto et al., 2004) como en Bahía Blanca (Farinati, 1985), entre cal. 3300 y cal. 1700 años A.P. no se registran niveles costeros por encima del actual, mientras al mismo tiempo ambos registros muestran una disminución del NMM distinguible en torno a los cal. 4700 años A.P.. Recientemente, en el Estuario de Bahía Blanca y hasta 2,5 m por debajo del nivel de la bajamar actual, se pudo determinar la existencia de una sucesión de materiales principalmente cohesivos, correspondientes a una antigua planicie de marea que por su ubicación relativa indican un NMM levemente por debajo del actual en un intervalo entre los cal. 5325 y 5899 años A.P. (Beta 282197 y Beta 282198). Lo descrito precedentemente indica sin lugar a dudas la ocurrencia de otra oscilación negativa del NMM (B), aunque ésta habría sido de menor magnitud que las descritas anteriormente. En Brasil, las oscilaciones B y C fueron propuestas por Martin et al. (2003) aunque Angulo et al. (2006), basándose en dataciones 14C obtenidas por encima del NMM actual, las desestimaron. Sin embargo, la información temporal calibrada que presentan estos últimos autores posee una incertidumbre que va desde los 700 años hasta los 1030 años. Tal incertidumbre temporal en las edades calibradas se debe justamente a las oscilaciones ocurridas en la producción de 14C, las cuales son principalmente el resultado de variaciones en la actividad solar. Por tal motivo, no resulta posible con dataciones 14C obtenidas por encima del NMM actual, descartar la ocurrencia de oscilaciones negativas del NMM que habrían tenido una duración estimada de unos pocos cientos de años. El análisis de las fluctuaciones en radiación solar holocena mediante el análisis del contenido atmosférico de 14C durante ese período, permite fácilmente visualizar la ocurrencia de enfriamientos a escala global con una periodicidad de aproximadamente 2250 años (Gómez, 2004). Tales enfriamientos globales están dados en general por el agrupamiento de oscilaciones de la actividad solar relativamente rápidas (50-200 años), los que coinciden temporalmente con la ocurrencia de las oscilaciones del NMM descritas previamente para Argentina y Brasil. Aunque el último pico frío del ciclo propuesto es coincidente con la denominada Pequeña Edad de Hielo, aún no se ha podido encontrar evidencia que indique un simultáneo descenso del nivel del mar. Si bien el ciclo propuesto no aparenta ser totalmente regular, indica que hoy nos encontraríamos casi a mitad de camino entre el último “pico frío”, ocurrido hace aproximadamente 500 años, y el próximo “pico caliente”, que debería tener lugar dentro de aproximadamente unos 600 años. Ello, sumado a la gran magnitud de las oscilaciones climáticas descritas precedentemente, es una fuerte evidencia a favor del origen natural  para el cambio climático que se registra en la actualidad.