PERSONAL DE APOYO
TARTALINI Vanina Mercedes
congresos y reuniones científicas
Título:
"Cuadro Histomorfológico de Lepra Tuberculoide"
Autor/es:
TARTALINI, VANINA; VERA, MARTA; MENDOZA, GIORGINA; EICHHORN, CAROLINA; D'ACHARY, DIANA
Lugar:
Rosario
Reunión:
Congreso; XXI Congreso Argentino de Histotecnología; 2013
Institución organizadora:
Sociedad Argentina de Histotecnología
Resumen:
La ?Lepra? es una enfermedad infecciosa que provoca úlceras
cutáneas, daño neurológico y debilidad muscular que empeora con el tiempo. No
es transmisible cuando está debidamente tratada. Los pacientes que no reciben
tratamiento (o cuando éste es inadecuado) sí constituyen una fuente de
contagio. Es causada por la bacteria Mycobacterium leprae. Tiene un
largo período de incubación (tiempo antes de que aparezcan los síntomas), lo
cual dificulta saber dónde y cuándo alguien contrajo la enfermedad. Los niños
son más propensos que los adultos para contraerla. La lepra tiene dos formas
comunes: la lepromatosa y la tuberculoide. La forma lepromatosa es la más grave
y produce grandes protuberancias e hinchazones (nódulos). Se produce por una
escasa o nula respuesta del sistema inmunológico que hace que las bacterias
puedan multiplicarse en el tejido, prácticamente sin obstáculos. Clínicamente,
al principio aparecen lesiones cutáneas enrojecidas, sobre todo en la cara, que
posteriormente evolucionan a lepromas (nódulos). En el estadio tardío
también ataca a órganos internos y huesos. Esta forma grave de lepra provoca
deformación progresiva, es muy contagiosa y puede ser mortal.
La otra forma es la lepra tuberculoide (también llamada
lepra tuberculosa) que se manifiesta por síntomas asociados a la piel: se
producen decoloraciones de la misma en forma de manchas. Además, se produce
parálisis debido a un ataque precoz de los nervios. En este caso, el sistema
inmunológico del organismo responde impidiendo la reproducción de las
bacterias. La lepra tuberculoide normalmente es autolimitada, es decir se cura
por sí sola. El riesgo de contagio es mucho menor. Sus síntomas son lesiones
cutáneas, que son más claras que el color normal de la piel; lesiones que
presentan disminución de la sensibilidad al tacto, al calor o al dolor;
lesiones que no sanan después de algunas semanas o meses. Debilidad muscular.
Entumecimiento o ausencia de sensibilidad en manos, brazos, pies y piernas.
Nuestro objetivo fue identificar y destacar al
organismo etiopatogénico de ésta presentación clínica y evidenciar lesiones
neurales.