Las transiciones económicas y su relación con los cambios en la morfología craneal

PASCHETTA, CAROLINA ANDREA; VARELA, HÉCTOR HUGO; GONZÁLEZ-JOSÉ, ROLANDO

San José

Congreso; XII Congreso Latinoamericano de Antropología Biológica; 2012

Asociación Latinoamericana de Antropología Biológica

LAS TRANSICIONES ECONÓMICAS Y SU RELACIÓN CON LOS CAMBIOS EN LA MORFOLOGÍA CRANEOFACIAL. Carolina Paschetta1, Hugo Varela2, Rolando González-José1 1 Centro Nacional Patagónico-CONICET, Argentina 2 Universidad Nacional de Río Cuarto, Argentina Los cambios en los ítems alimenticios y las diferentes técnicas de procesamiento de los alimentos han sido responsables, por lo menos en parte, de los cambios morfológicos craneofaciales observados en grupos de humanos modernos. El cambio de una dieta poco procesada, y por lo tanto rígida, hacia una dieta más procesada y por consiguiente más blanda, supone una disminución en las fuerzas de mordida y cambios en el aparato musculo-esqueletal, como consecuencia de la disminución de las tensiones que sufre el cráneo durante la mecánica masticatoria. En este trabajo se estudiaron tres grupos poblacionales que muestran evidencia de haber sufrido una transición económica y tres grupos que representan una única estrategia económica. El estudio se llevo a cabo utilizando diferentes técnicas de morfometría geométrica en tres dimensiones. En cada uno de los 390 cráneos se digitalizaron 90 landmarks en tres dimensiones. El cráneo fue dividido en diferentes regiones de interés biomecánico. Los resultados indican que existen más diferencias de tamaño y forma entre las distintas transiciones, que entre las dietas dentro de cada transición. En general la estructura que presenta menor cantidad de cambio es la base, esto indicaría que es la región craneal más conservada. Los mayores cambios de forma se encuentran relacionados a las áreas de inserción de los músculo temporal (región lateral del cráneo) y masetero (el arco cigomático) y el paladar. Además se pudo verificar que los grupos que consumen alimentos más duros muestran evidencia de haber desarrollado una mayor fuerza de mordida que los grupos que consumieron dietas más blandas. En general, los resultados muestran más cambios puntuales que generales, los cuales optimizan la función mecánica masticatoria.