Traiano Boccalini y sus Ragguagli del Parnaso: las ambivalencias de una utopía inconclusa

VIDAL, SILVINA PAULA

Buenos Aires

Otro; Coloquio 500 años de Utopía: mundos antiguos, nuevos y otros en los orígenes de la modernidad clásica.; 2016

Centro Cultural Paco Urondo, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras

El Parnaso es concebido por Boccalini como un mundo ideal, de claras reminiscencias plátonicas y lucianescas, que no deja de actuar como espejo mejorado de la realidad terrenal. Este mundo es descripto como el reino de los virtuosos, donde habitan los ingenios más florecientes y valerosos del universo que ejercitan una virtud vehiculizada a través de la cultura, es decir, de la humanitas como fundamento de la actividad política. Sin embargo, a pesar de pensarse como un lugar armónico, nunca es posible alcanzar la armonía en su totalidad: el dios Apolo (la máxima autoridad encargada de hacer justicia) debe mediar constantemente en los conflictos entre virtuosos (que muchas veces no resultan ser tales), repartiendo castigos y premios. Ni siquiera él se encuentra a salvo de los errores y debilidades humanas. A partir de la obra de L. Firpo y A. Saitta, la historiografía italiana ha construido la imagen de Boccalini como un escéptico melancólico que, si bien no consideraba factible la existencia de una ciudad feliz, tampoco renunciaba a la posibilidad de vivir mejor, forjando así una suerte de utopía mancata. Utopía que sería característica de un pensamiento político como el de Boccalini, suspendido entre el realismo maquiaveliano y la tradición utópica de Erasmo y T. Moro. Nos proponemos revisar esta interpretación, centrándonos en el análisis de ciertos pasajes de los Ragguagli.