Microcredits and Popular Habitat: Experiences of social organization and access to credit in Argentina (2014-2018)

TOSCANI, P; MENDEZ, F; ROSA, P Y GARCÍA, A.; MOTTA, M.

Hamburgo

Workshop; Workshop "Critical Perspectives on Housing Microfinance"; 2018

En la Argentina aproximadamente un tercio de la población no cuenta con acceso a una vivienda adecuada y más de la mitad de los mismos poseen un acceso a la vivienda en condiciones deficitarias (hacinamiento, insalubridad, problemas sanitarios, edilicios, etc.). Esta situación se vincula con los sectores con escasos recursos económicos que poseen dificultades para acceder con sus propios ingresos a la realización de mejoras en sus viviendas. En este sentido, es posible advertir una distinción entre dos dimensiones de déficit habitacional (Rodríguez Merkel y Motta, 2015): el déficit habitacional cuantitativo que ?hace referencia a las viviendas precarias (ranchos, casillas, locales no construidos para fines habitacionales) que son irrecuperables por la calidad de los materiales con que han sido construidas, y deberían ser reemplazadas por nuevas unidades?; y el déficit cualitativo que ?refiere a viviendas que pueden ser recuperadas mediante obras de refacción o completamiento a pesar de que presenten rasgos de precariedad (carencia de terminaciones, privación de instalaciones sanitarias, etc.)? (Rodríguez et. al., 2013: 26). Para hacer frente al déficit cuantitativo múltiples han sido las políticas y programas adoptados a lo largo de las últimas décadas , algunos con mayor o menor éxito, otros con mayor o menor involucramiento del Estado y/o diferentes actores privados. En cambio, para cubrir el déficit cualitativo, menores han sido los esfuerzos y los actores involucrados . Las experiencias en la Argentina han sido, generalmente, consideradas como ?alternativas? debido a la baja inversión realizada por el Estado en este campo de políticas en comparación con las líneas de financiamiento dirigidas a la construcción de vivienda nueva (Cuenya et al., 1992 y Rodulfo y Boselli, 2015). En el conjunto de experiencias alternativas las organizaciones sociales con base en el anclaje territorial que poseen han tenido una participación con diferentes matices e impactos, lo que ha llevado a convertirlas en promotoras e impulsoras de un hábitat social inclusivo, cercano a las familias y a sus necesidades reales.