INVESTIGADORES
ROSCIANO Natalia Gimena
congresos y reuniones científicas
Título:
Conservacion de Aves Rapaces
Autor/es:
ANDRES CAPDEVIELLE; FACUNDO BARBAR; GABRIELA CORRAL; JAIR ROMERO; FLORENCIA SANZ; GUILLERMO WIEMEYER; JUAN CARLOS MILESI; MANUEL ENCABO; MELISA OLIVELLI; MILENA DE BENITO; NATALIA ROSCIANO; SERGIO SCLOVICH
Lugar:
Temaiken, Provincia de Buenos Aires, Argentina
Reunión:
Congreso; Congreso Nacional de la Conservacion de la Biodiversidad; 2004
Resumen:
A partir del año 2000, en el marco de la Fundación Bioandina Argentina (FBA), y como parte del Proyecto de Conservación Cóndor Andino (PCCA) que se desarrolla en el ZOO de Buenos Aires, se trabaja en rehabilitación de aves rapaces; provenientes tanto de incautaciones, rescates y de particulares que las donaron luego de haberlas intentado domesticar, habiéndolas mantenido en cautividad ilegalmente, hecho por la cual cada año, 20 millones de aves en el mundo son sacadas de su hábitat natural para ser comercializadas. El PCRAR esta enmarcado mayoritariamente, en un trabajo de conservación ex-situ, sus metas son la rehabilitación y la educación. Esta iniciativa tiene como fin la rehabilitación de aves rapaces, y en el caso de que no puedan ser devueltas a su hábitat natural, utilizarlas en la educación del público en general, llegando a recibir el ZOO de Buenos Aires la visita de millones de personas por año. El publico que visita los zoológicos no solamente es variado en su composición, sino que también incluye los diferente sectores de la sociedad, la educación de niños y jóvenes es de radical importancia, ya que serán los responsables de restablecer la armonía perdida con la naturaleza, que nos ha conducido a vivir en un mundo en el cual, cada día desaparecen 150 especies y por cada una de ellas otras 30 entran en la categoría de peligro de extinción. El ZOO de Buenos Aires las alberga luego de haber estado en pésimas condiciones sanitarias, mal alimentadas o con graves heridas, las cuales sin una atención adecuada morirían rápidamente. El primer paso es que estas aves logren sobrevivir a los estados críticos en los que se encuentran, teniendo destinado para este fin, un lugar de recuperación en el ZOO de Buenos Aires, sobre la base de un convenio de trabajo entre dicha institución y la FBA. Luego de atravesar un período de cuarentena, son trasladadas a “La Isla”, lugar donde trabaja el PCRAR, aquí se le destina un recinto donde son mantenidas en observación para determinar su estado general, ya sea por problemas físicos o de comportamiento. Otra posibilidad, es la de ser destinada a un recinto de aislamiento, en donde no se efectúan trabajos directamente con el ave, tal es el caso de algunas rapaces a las que se le cortaron las plumas, teniendo que esperar simplemente a que se realice la muda natural. Algunas veces, es posible efectuar injertos de plumas, para lo cual, se guardan y clasifican las mismas por tipo, especie y sexo. Dependiendo del grado de recuperación que haya tenido el ave, puede ser reintroducida en su ambiente natural o bien destinada al programa educativo. En el caso de una recuperación total la estadía del ave en el ZOO será temporaria, ocupándose de su reinserción el ZOO de Buenos Aires y la FBA conjuntamente con otras instituciones. Pero en el caso de una recuperación parcial, su estadía en cautiverio será permanente por lo que perderá su rol biológico en la naturaleza, y a través de un entrenamiento, asumirá un nuevo rol, el educativo. La imposibilidad de ser liberados se debe a la disminución de sus capacidades físicas o lesiones que no le permitan sobrevivir en la naturaleza por sus propios medios. Además, algunas aves llegan a ZOO teniendo ya, una gran dependencia hacia el hombre. El proceso de entrenamiento, varia si el ave era silvestre o ya se había familiarizado o improntado con el ser humano previamente a su llegada. Este entrenamiento, en el caso de aves que no puedan ser reintroducidas, tiene por objeto acostumbrarlas a la presencia de personas, en especial niños, para tener la posibilidad de dar charlas educativas sin provocarles un estrés que las culmine perjudicando. En el caso de que un ave pueda ser liberada, por medio de diferentes técnicas, en un grado más avanzado, se realizan los trabajos de rehabilitación para que recupere su método de obtención de alimento. Muchas de estas aves, cumplen un papel activo en la educación de la gente a través de charlas educativas llevadas a cabo en el Centro de Interpretación de Aves Rapaces, en el ZOO y en la Cabaña del Cóndor. La difusión del mencionado trabajo posee una estrecha relación con la difusión del PCCA debido a que se hace especial hincapié en las diferencias entre aves cazadoras y una carroñeras; por otro lado, se plantea las problemáticas del mascotismo de especies silvestres y el tráfico ilegal. Hasta la fecha, de la totalidad de ejemplares con los que se ha trabajado, el 40,3 % han podido ser reinsertados, el 13,4 % se ha destinado al programa educativo, el 16,4 % esta actualmente en rehabilitación y el 29,9 %, han muerto por diferentes causas. La rehabilitación, en los casos en que era factible, ha dado buenos frutos. La experiencia alcanzada en estos años, tanto del personal de planta como del voluntariado que participa en estos emprendimientos, con el asesoramiento de biólogos y veterinarios del ZOO y otras instituciones, nos da la seguridad para esta difícil tarea, ya que las liberaciones por el solo hecho de liberar, puede causar impactos que no estaban en el espíritu del trabajo. La rehabilitación de fauna silvestre es compleja. Requiere de importantes conocimientos, biológicos, sanitarios y sobre técnicas de manejo de fauna, para que tenga trascendencia en la conservación y en la educación ambiental. Caso contrario, se correrá el riesgo de rehabilitar sólo por rehabilitar y no para conservar mejor nuestros recursos naturales.