INVESTIGADORES
DELFINO Cecilia Maria
capítulos de libros
Título:
Infección por Virus Linfotrópico T Humano tipo 1 (HTLV-1)
Autor/es:
MARIA EMILIA EIRIN, CAROLINA BERINI, CECILIA DELFINO Y MIRNA M. BIGLIONE
Libro:
Neuroinmunoligia Clinica
Editorial:
Panamericana
Referencias:
Año: 2010; p. 253 - 264
Resumen:
Epidemiología de la infección por virus humanos linfotróficos Los Virus Linfotrópicos-T Humanos (HTLVs) derivan filogenéticamente de los Virus Linfotrópicos T Simianos (STLV) que en conjunto se clasifican como Virus Linfotrópicos-T de Primates (PTLVs). En 1980 se aísla el HTLV-1, primer retrovirus humano, a partir de un paciente americano de raza negra que padecía un linfoma cutáneo T. Posteriormente en 1982, se descubre el HTLV-2 aislado a partir de un paciente norteamericano que padecía una leucemia T atípica a tricoleucocitos. Finalmente, en el año 2005 se describieron dos nuevos tipos de HTLVs: el HTLV-3 y el HTLV-4, ambos aislados de habitantes del sur de Camerún. Se postula que los HTLVs han surgido como consecuencia de transmisiones interespecie ocurridas milenios atrás en el continente africano.             El HTLV-1 se encuentra globalmente diseminado e infecta aproximadamente entre 15 a 25 millones de personas, existiendo regiones endémicas con cifras de prevalencia muy elevadas (³ 15%) en el sur de Japón, África, Melanesia y en las islas Seychelles, con cifras intermedias (5-14%) en el Caribe y algunas regiones de África Occidental, y con cifras bajas (< 5%) en Australia y países latinoamericanos como Colombia, Perú, Panamá, Brasil, Chile y Argentina. La seroprevalencia aumenta con la edad y es mayor en mujeres que en hombres. Se encuentra presente en poblaciones de bajo riesgo como donantes de sangre y en grupos de riesgo como usuarios de drogas inyectables (UDIs), trabajadoras sexuales (TS), y en hombres que tienen sexo con hombres (HSH). En cuanto al HTLV-2 se calcula que infecta entre 3 a 5 millones de personas en el mundo y se halla en forma endémica en nativos de África y en comunidades originarias del continente americano como los Navajo en México; los Wayuu, Guahibo y Tunebo en Colombia; los Cayapo y Kraho en Brasil; los Pume de Venezuela, y los Tobas y Wichis en Argentina. En países no endémicos de Europa y en Estados Unidos se han detectado prevalencias altas en UDIs. En Argentina, la presencia de HTLV-1/2 fue reportada por primera vez en el año 1989, en un grupo de UDIs de la ciudad de Buenos Aires y en estudios posteriores, se detectaron tanto HTLV-1 como HTLV-2, en otras poblaciones vulnerables. En 1993, se observó que al igual que en otras comunidades originarias del continente americano, la infección por HTLV-2 era endémica en comunidades Tobas y Wichis de la Región Chaqueña (Formosa, Chaco) y se confirmó la importancia de la transmisión del virus de madre a hijo muy probablemente debido a los largos períodos de lactancia observados en estas comunidades. El mismo virus fue posteriormente hallado en una comunidad Mapuche del sur de nuestro país con una prevalencia de 2% (11). A partir de 1994, se describe la presencia de ambos virus en donantes de sangre de Buenos Aires, con cifras de prevalencia bajas (0.09%), similares a las observadas en países no endémicos y en mujeres embarazadas. La infección por HTLV-1 también fue detectada en hemodializados de diferentes centros de Buenos Aires y en un paciente receptor de transplante de hígado. Así, Argentina fue considerada como no endémica para la infección por HTLV-1, hasta que se reportó por primera vez, una alta prevalencia de HTLV-1 en comunidades originarias (2.3%) y donantes de sangre de las provincias de Jujuy (0.97%) y Salta (0.71%) (9,19). Los primeros casos de paraparesia espástica tropical (HAM/TSP) se describieron en Jujuy, Salta y en la ciudad de Buenos Aires. En 1995, fueron descriptos por primera vez, 5 casos de Leucemia T del adulto (ATL) en nuestro país.  Al presente es una certeza que tanto la infección por HTLV-1 como sus enfermedades asociadas, HAM/TSP y ATL, son endémicas en el noroeste argentino. En cuanto a la distribución de la infección en nuestro país, podemos observar que, similar a lo que ocurre en América Latina, existe una restricción étnica/geográfica con comunidades originarias del Noroeste infectadas por HTLV-1 (familia Aymara de Salta y Jujuy) y otras de la Región Chaqueña infectadas por el HTLV-2 (familia Mataco-Guaycurú de Formosa y Chaco).