INVESTIGADORES
MARTINEZ PASTUR Guillermo Jose
capítulos de libros
Título:
El castor, un ingeniero de ecosistemas invasor en los bosques subantárticos (box-case)
Autor/es:
CB ANDERSON; G MARTÍNEZ PASTUR
Libro:
Ecología forestal: Bases para el manejo sustentable y conservación de los bosques nativos de Chile
Editorial:
Ed. Universidad Austral de Chile
Referencias:
Lugar: Valdivia; Año: 2014; p. 685 - 686
Resumen:
Las invasiones biológicas, entendidas como el movimiento de una especie más allá de su rango biogeográfico, mediado por el ser humano, son uno de los componentes fundamentales del cambio global (Sala et al. 2000, Blackburn et al. 2011). Las invasiones biológicas incluyen el movimiento de organismos y su posterior crecimiento poblacional desde hongos y bacterias, hasta animales y plantas. Sus efectos pueden ir desde cambios en la biodiversidad hasta modificaciones de los procesos ecosistémicos, con los consecuentes impactos sociales y económicos (Mack et al. 2000). La evidencia indica que algunos ecosistemas son más invadidos que otros y que no todas las especies introducidas tienen la capacidad de volverse invasoras (Blackburn et al. 2011), por ello resulta fundamental entender las interacciones entre especies invasoras y ecosistemas invadidos para detectar y reducir los impactos de éstas sobre la biodiversidad. En particular, las invasiones de plantas pueden alterar tanto la composición, estructura y función de los ecosistemas (Vilá et al. 2011). Aun cuando la mayoría de las invasiones de plantas ocurren en ambientes perturbados, recientes investigaciones demuestran que las plantas invasoras pueden afectar sitios relativamente prístinos, incluyendo ecosistemas de alta montaña y bosques nativos (Pauchard et al. 2009, Martin et al. 2008). Los ecosistemas forestales a nivel mundial están cambiando drásticamente en el último siglo, reduciendo su cobertura y siendo afectados por la fragmentación del hábitat, mientras algunas especies se extinguen o disminuyen su abundancia, otras se están volviendo dominantes en múltiples continentes (Butchart et al. 2010, Wardle et al. 2011, Laurance et al. 2012). Históricamente se consideró a los bosques como ecosistemas relativamente resistentes a las invasiones de plantas en comparación a otros ecosistemas más abiertos y más expuestos a la actividad humana, pero creciente evidencia demuestra que los bosques también son altamente invadidos (Martin et al. 2008). Especies arbóreas de géneros como Acacia, Pinus y Eucalyptus no sólo son abundantes en plantaciones forestales, sino también en bosques donde se han naturalizado (Richardson y Rejmanek 2011). También, especies arbustivas y herbáceas están cambiando los sotobosques de los ecosistemas forestales, incorporando incluso funciones ecosistémicas que estaban ausentes en los ecosistemas naturales (Vitousek y Walker 1989). Por ejemplo, la llegada de arbustos de fabáceas cambia el ciclo de nitrógeno en sitios donde el nitrógeno es un factor limitante (García et al. 2012). Evidentemente, las invasiones de plantas en ecosistemas forestales pueden ser consideradas un síntoma más de la degradación de los bosques naturales causada por la explotación no sustentable, el cambio de uso de suelo y la fragmentación. Esto es lo que se conoce como el concepto de ?especies pasajeras? en ecología de invasiones (MacDougall y Turkington 2005, Wardle et al. 2011). Sin embargo, nuevos estudios indican que muchas especies son ?especies conductoras? de los cambios en ecosistemas forestales, pudiendo ir más allá de los cambios causados directamente por la acción antrópica y generando un espiral de cambios ecosistémicos sin precedentes.