INVESTIGADORES
FONTI Diego Osvaldo
congresos y reuniones científicas
Título:
Conflictos ambientales: lugar emergente para el diálogo entre ciencia y bioética
Autor/es:
FONTI, DIEGO; HEINZMANN, MÓNICA
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Encuentro; II Encuentro interdisciplinario de investigadores en problemáticas ambientales (EIDIPA); 2015
Institución organizadora:
Instituto Superior de Estudios Ambientales, UNC
Resumen:
A primera vista, formular los conflictos ambientales desde la perspectiva de la bioética no parece usual. Esto es así debido a que la bioética a menudo se ha visto como un apéndice de la ética médica o, en todo caso, como un tipo de relación vinculada con la salud pero en el ámbito institucional-sanitario, personal y contractual, mayoritariamente relacionado con cuestiones como derechos, principios, y conflictos entre los mismos. También se ha criticado a la bioética como una herramienta sometida al servicio de discursos clericales que, con una agenda ligada a intereses ideológico-religiosos, utilizan términos como vida, cuidado o protección de la vida, etc., sólo para renovar su hegemonía. Hay buenos argumentos y ejemplos para validar ambas apreciaciones. Sucede que en la mayor parte de sus expresiones discursivas, institucionales y administrativas, la bioética se ha mostrado como una herramienta útil para intervenir en conflictos vinculados con la salud de individuos humanos, enfrentados al tratamiento sanitario tanto en el ámbito de la investigación como en el de la intervención clínica. O sea, se ha tratado mayoritariamente de relaciones entre pacientes o sujetos de investigación y profesionales de la salud. No es casual que los mayores disparadores para los avances en bioética, en este sentido, hayan sido los hechos que emergieron al conocimiento público e impactaron su sensibilidad: los abusos en la investigación científica, las posibilidades derivadas de las nuevas tecnologías, los dilemas sobre la toma de decisiones, etc. Por lo general, estos dilemas fueron planteados al modo de violaciones de derechos o conflictos entre derechos. Incluso en una de las vertientes más interesantes de la bioética reciente, cuyo ámbito de surgimiento fue América Latina, la bioética fue formulada desde el paradigma de los Derechos Humanos, con todas las posibilidades y límites de la comprensión occidental y legal de los mismos.No es casual que la idea de estructurar los reclamos y las soluciones de los conflictos en clave de derechos haya surgido al mismo tiempo que dos situaciones filosóficas relevantes. Por un lado, la caída del naturalismo metafísico, es decir, la pérdida de vigencia de la idea de que la naturaleza está metafísicamente cargada de leyes, que no sólo son científicas sino también morales, y por ende rectoras del comportamiento. Junto con esta caída se abre la escisión de hecho y valor, la cual sigue teniendo vigencia a pesar de las críticas que se le formularon desde diversos sectores. ¿Cómo es posible, entonces, abordar los dilemas morales de los resultados de las tecno-ciencias, en particular los vinculados con los conflictos ambientales, si al mismo tiempo se sostiene la escisión epistemológica de hechos y valores, y por otra parte todo reclamo se hace fundamentado en los derechos de los sujetos personales humanos?Es relevante recordar que el concepto de bioética en el que es considerado texto fundante para este campo del conocimiento, Bioética: puente al futurO, se ubica en las antípodas de todo reduccionismo y de toda escisión de hechos descriptibles y valoraciones personales. Se trata de un ámbito en que el conocimiento de los hechos y el dominio de los resultados entra en contacto con las valoraciones morales, y esto es así porque la definición misma de la bioética como ?ciencia de la supervivencia? incluye no sólo la posibilidad individual o humana de sobrevivir, sino de reconocer en las demás especies y en los ecosistemas las condiciones mismas de la supervivencia. Incipientemente se lee en este texto, además, la idea de una dignidad ampliada y no reducida a los sujetos racionales.Tomando ese punto de partida, y en clave ética, vale tomar tres nociones para pensar el problema de la relación de ciencia y bioética: respeto, cuidado, responsabilidad. Las tres implican resignificar viejas nociones metafísicas con un contenido fuertemente material. Implican también una epistemología renovada, donde las descripciones no puedan distanciarse de las motivaciones y los resultados. Por un lado, la idea de respeto no se vincula con una creencia sino con la descripción de qué sucederá si se da una intervención, y cuáles son los límites de la misma. El cuidado no significa sólo evitar un daño sino proveer activamente un despliegue potencial. Y finalmente la idea de responsabilidad quiebra con los modos sincrónicos e individuales de pensar la ética, ya que sostiene que toda decisión debe ser valorada teniendo en cuenta sus consecuencias para generaciones futuras y la preservación de la integridad y relacionalidad de relaciones vitales. En Latinoamérica, la Bioética es necesariamente Bioética Social. Se ha encontrado con situaciones que afectan a la vida de grandes grupos de personas,de poblaciones y comunidades, en una región rica en bienes comunes, y a su vez marcada por las dinámicas de neocolonización, de la globalización neoliberal y la reprimarización de las economías, que viene acompañada de la desposesión de tierras, la masiva pérdida de hábitat, de recursos y territorio, y la implementación de proyectos extractivistas que han ido sumando pobreza, inequidad y exclusión. Asistimos a su vez al surgimiento de Movimientos sociales de perfil socioambiental que tienen en común la defensa del territorio, de la biodiversidad y a favor de preservar el patrimonio natural, social y cultural que caracteriza al continente.Es en estos conflictos donde la bioética puede aportar su actividad, en tanto puede ser el ?lugar? donde se reúnen argumentos, se evalúan intereses, se identifican cursos de acción y las opciones que beneficien al bien común, teniendo en cuenta en especial a quienes habitualmente no llegan a las mesas de discusión: Las víctimas.Justamente las víctimas son las que se constituyen en sujeto ético fundamental. Dentro de los nuevos intentos de fundamentar y concebir la praxis del saber bioético - que incluyen laBioética de intervención, de protección, la vinculada a los derechos humanos ? destacamos el aporte de la Etica de la Liberación, que parte del reconocimiento responsable de que las víctimas excluidas y oprimidas no pueden desarrollar su vida y nos pone en la obligación de repensar las normas, cuestionar las instituciones y las biopolíticas que producen víctimas.En ese contexto conflictivo cabe destacar la estrecha vinculación entre salud ambiental y salud humana. Desde las tradiciones ancestrales a las bases de la física, es indudable la relación que existe entre todos los seres vivos y entrelos ecosistemas. Este nuevo paradigma, en donde todos somos una hebra más de la trama de la vida, hasta el mismo concepto de salud puede releerse en clave relacional: como Vida saludable. Lo expresa también el paradigma del Buen Vivir - concepto en construcción que está desarrollándose en Nuestra América como alternativa, no solo al capitalismo, sino también para el pos desarrollo y que tiene expresiones concretas en las Constituciones de Ecuador y Bolivia-.También desde la Iglesia, encontramos en la reciente Encíclica ecológica Laudato Si, un llamado a reconsiderar nuestros paradigmas y el modo en que tratamos al planeta. Se subraya fuertemente la perspectiva relacional y con un pertinente diagnóstico de la situación, que cuestiona los modos de desarrollo, producción y consumo y la razón técnica, se alienta una ecología integral, que incluya cambios en los hábitos de consumo, con un sentido de igualdad y de solidaridad con las generaciones futuras.Para mostrar un aspecto concreto del rol que la Bioética puede tener en los conflictos socioambientales, podemos presentar nuestro enfoque para el tema de Alimentación y modelos de producción de alimentos, que presentamos en el libro ?Hybris: Estudios interdisciplinarios sobre ambiente y producción de alimentos. Allí se analizan las consecuencias del actual modelo productivo de alimentos, que entraña una crisis de sustentabilidad e irracionalidad en el uso de recursos con impacto medio ambiental que involucra desde el uso indiscriminado de agua y suelo, al riesgo para la subsistencia de los ecosistemas y el bienestar de futuras generaciones, a la manipulación genética que sigue generando controversias y los efectos sobre la salud. En ese marco, en particular, los efectos de los agroquímicos muestran crecientes evidencias de efectos nocivos sobre la vida y la salud humana. Las publicaciones muestran con significativa coherencia mayor riesgo de malformaciones congénitas, de abortos, de trastornos reproductivos, endócrinos, inmunológicos, neurológicos, y aumento de prevalencia de tumores.Una praxis bioética capaz de identificar estas consecuencias sociales, económicas, ecológicas y vitales, y al mismo tiempo capaz de someter al análisis ético tales efectos, permitiría, contribuir a la toma de conciencia de los involucrados y a participar en los mecanismos de empoderamiento y actuación y, a su vez, relacionar a quienes desde la ?academia? e instituciones sean capaces de cuestionar sus paradigmas y repensar sus acciones. La voz del/de la bioeticista como referencia social para los conflictos bioéticos, será aquella que logre exponer los argumentos, los componentes sociales y científicos, y hablar comprometidamente desde los sectores cuya vida está en riesgo, las víctimas.¿Cómo formular de modo ?práctico? estas reflexiones? En primer lugar, parece necesario que la bioética como lugar de conexión y discusión cuente con un sujeto activo, que hemos llamado ?bioeticista público?. Es decir, la persona capaz de vincular conocimiento técnico con reconocimiento de sujetos y reclamos negados e incluso personas o colectivos victimizados. Este sujeto debe advertir no sólo la deuda científica de epistemologías limitadas o perniciosas, sino además la deuda ética de nuestros sistemas morales y legales vigentes. También cabe agregar que estamos trabajando para la formación de futuros bioeticistas en esta línea a través de una Especialización en Bioética Social, en la UCC y como miembros de redes, en particular de la Red de Educación en Bioética de América Latina y el Caribe, promovida por UNESCO.