INVESTIGADORES
SVAMPA Maristella Noemi
congresos y reuniones científicas
Título:
Tres digresiones sobre el cosmopolitismo
Autor/es:
MARISTELLA SVAMPA
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Exposición; Ciclo ¿Podemos ser cosmpolitas?; 2013
Institución organizadora:
Mardulce editores
Resumen:
En la época de la globalización acelerada de las relaciones sociales, del permanente nomadismo de los capitales, de la movilidad creciente de las personas por encima de las fronteras nacionales, más aún, en la era del debilitamiento del Estado-Nación, el término cosmopolitismo parece haberse cargado de nuevos registros. ¿Es esto realmente asÃ? ¿Qué hay de nuevo o cuáles son esas otras dimensiones actuales, si a decir verdad el cosmopolitismo, en sus diversas facetas, atraviesa como estado y reflexión diferentes corrientes y perspectivas, no sólo la historia del pensamiento de los paÃses centrales, sino también de los periféricos, esto es, del pensamiento latinoamericano, desde diversas disciplinas y lugares?
Fronteras y cruces culturales, mirada universalista y desanclaje, cierto es que el cosmopolitismo siempre fue comprendido desde lo universal (ciudadano del mundo), esto es, desde la partÃcula ?cosmos?, y mucho menos desde la partÃcula ?polis?, que remite en todo caso al orden de lo local. El cosmopolita no tenÃa patria, no tenÃa nación de referencia. Su experiencia aparecÃa bañada, sumergida, en lo universal en una aparente comprensión de las diversas culturas pero con un deliberado desapego hacia los localismos y nacionalismos.
Para el marxismo, que se decÃa internacionalista, el cosmopolitismo tenÃa algo de residual y de decadente: en el coincidÃan desanclaje aristocrático y dandismo. Era cultural, relativo al mundo del arte y de las letras. Asimismo, en un mundo saturado de xenofobia, el cosmopolitismo ha significado siempre un llamado a la tolerancia, a la ciudadanÃa mundial, al respeto de la diversidad. También en la tolerancia hay una apelación a la cultura global. Por ejemplo, en la reflexión kantiana acerca de un orden jurÃdico-polÃtico, sustentado por una federación de naciones y un objetivo, el cosmopolitismo era un ideal y una utopÃa: la paz mundial.
También suele decirse que los argentinos, en función de nuestras ascendencias europeas, somos una comunidad trasplantada, de corte cosmopolita, que siempre ha renegado de sus raÃces vernáculas, esto es, indÃgenas y mestizas, de Ãndole latinoamericana (el miedo a ser nosotros mismos, como dirÃa Rodolfo Kusch). Por ende, para algunos el cosmopolitismo debÃa ser leÃdo desde su contracara, el latinoamericanismo.
Claro que este ingreso desordenado a la temática no hace más que confundirnos, pues a la hora de hablar de cosmopolitismo parece que nos enfrentáramos con toda una galerÃa cargada de personajes y tipologÃas. AsÃ, una cuestión de la que no puede eximirnos la presente actualización es, a saber, ¿de qué cosmopolitismo queremos hablar? Asà ¿nos referimos al cosmopolitismo cultural, el cosmopolitismo social o el cosmopolitismo polÃtico?
En una rápida revisión de la bibliografÃa me encontré con poco cosmopolitismo a secas y varias adjetivaciones: cosmopolitismo arraigado; cosmopolitismo vernáculo, cosmopolitismo crÃtico, cosmopolitismo posmoderno, cosmopolitismo subalterno, cosmopolitismo desde abajo, cosmopolitismo tóxico, cosmopolitismo moral, cosmopolitismo polÃtico, cultural, jurÃdico, cosmopolitismo selectivo, cosmopolitismo en las artes, las letras, las ciencias humanas, sociales, etcétera, etcétera.
Varias de estas categorÃas, muchas de ellas, contemporáneas, hacen referencia a la necesidad de pensar el cosmopolitismo actual a través de la convergencia entre universalismo y diferencia. Son posiciones que, en un espacio de geometrÃa variable, buscan superar los obstáculos tradicionales del universalismo- tendencia a la homogeneidad, la exaltación de valores supuestamente universales-monoculturales, la defensa normativa-, pero también apuntan a superar los lÃmites que impone una defensa a ultranza del relativismo (en nombre de la hibridación, del pluralismo, del multiculturalismo bienpensante, que en defensa de las diferencias culturales, suelen escapar a un análisis en términos de relaciones de poder).
En todo caso, no son pocos los autores que hacen referencia al cosmopolitismo, desde Appiah a H. Bhabha, en el contexto actual de globalización, a través de los modos de anclaje entre lo local y lo universal; refiriéndose asà a un cosmopolitismo cultural, social, ético y polÃtico; diferente del cosmopolitismo más tradicional.
En función de esta breve introducción, quisiera proponer tres disgresiones sobre el cosmpolitismo