INVESTIGADORES
VIDAL Alejandra Silvia
congresos y reuniones científicas
Título:
El Gran Chaco, un área lingüística particular: desafíos teóricos y propuestas.
Autor/es:
GOLLUSCIO, LUCIA; GONZÁLEZ, HEBE; VIDAL, ALEJANDRA
Lugar:
Montevideo
Reunión:
Congreso; XV Congreso Internacional de la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina (ALFAL).; 2008
Institución organizadora:
Asociación de Lingüística y Filología de América Latina (ALFAL)
Resumen:
El objetivo de esta comunicación es presentar los primeros avances de la investigación tipológica que estamos llevando a cabo, como segunda etapa de un proyecto de documentación colaborativo sobre cuatro lenguas del Chaco en su contexto sociocultural desarrollado entre los años 2002-2006. El Chaco constituye un área cultural en la que la interacción entre distintos grupos humanos desde antes de la Conquista ha generado rasgos compartidos tanto en la organización sociopolítica y las prácticas de subsistencia como en los rituales, la música y la cosmología (Citro y otros 2006; Vidal y Braunstein en prensa). Se trata de una región geográfica continua que se caracteriza por el contacto prolongado entre pueblos diversos y por el bi o multi-lingüismo entre lenguas aborígenes pertenecientes a familias diferentes (guaycurú, tupí-guaraní, lule-vilela, mataco-mataguayo, zamuco, maskoy), todos rasgos propios de las áreas lingüísticas. Si bien no se considera a las lenguas tupí-guaraníes como pertenecientes al área chaqueña (Kaufman 1994, Fabre 2007), exploramos la inclusión del tapiete (tupí-guaraní) en esta área lingüística, debido a que sus hablantes se han asentado en zonas multilingües ubicadas entre el piedemonte salteño y el Chaco argentino. A partir de la década de 1910, los tapietes interactuaron y convivieron con miembros de otros grupos indígenas del Chaco en los ingenios, aserraderos y fincas de Salta y Jujuy, lo que incidió en la formación de matrimonios interétnicos (Hirsch 2006). Además, la literatura especializada ha asignado un origen chaqueño a este pueblo: los tapietes serían un grupo chaqueño que, habiendo sido esclavizados por los chiriguanos, de origen tupí-guaraní, habrían adquirido de ellos la lengua (Nordenskiöld [1912] 1962; Dietrich 1986). Una hipótesis a explorar sería la existencia de un antiguo sustrato lingüístico chaqueño que podría verse reflejado en una mayor semejanza estructural con otras lenguas del área. Es en este contexto que nuestra investigación se propone identificar parámetros válidos que caractericen al Chaco como área lingüística, trazar las isoglosas correspondientes y definir el tipo de área que esta región constituye. Reconocemos la existencia de rasgos formales compartidos entre las lenguas de la región chaqueña y vecinas, como las amazónicas, y con lenguas de contacto producto de la intervención colonial, como el quechua (también con contactos precoloniales) y el guaraní. De esta manera, intentamos avanzar en la identificación de la razón de la semejanza, a saber: contacto, relación genealógica o perfil tipológico compartido. Desde nuestra perspectiva teórica, la existencia de características fonológicas, gramaticales o léxicas en las lenguas del Chaco que se repiten en otras áreas de América del Sur no invalida su definición como tal. Por un lado, la identificación de áreas lingüísticas en otras regiones geográficas ha mostrado que muchas veces los rasgos señalados son muy generales y se encuentran extendidos a lo largo de América del Sur (véanse, por ejemplo, la enumeración de rasgos de las lenguas amazónicas en Dixon y Aikhenvald 1999). Por otro lado, algunas lenguas amazónicas pertenecen a familias lingüísticas también habladas en el Chaco actualmente o a lo largo de la historia, como tupí-guaraní y arawak, y pueblos de los llamados selváticos o brasílidos pueden haber vivido en el Chaco. La hipótesis de trabajo es que el contacto sostenido por períodos prolongados de la historia entre los hablantes de las lenguas del Chaco no sólo ha generado procesos similares de producción cultural, mezcla y fusión, y etnogénesis, sino que ha desencadenado procesos de préstamo y convergencia lingüística. En este sentido, consideramos que la evidencia de períodos de bi- o multi-lingüismo entre los hablantes (Thomason 1997) y la concurrencia de determinados rasgos en una misma región (Aikhenvald 2007) importan tanto como la identificación de rasgos lingüísticos que caracterizan la región.