INVESTIGADORES
QUEREILHAC Soledad
capítulos de libros
Título:
Sombras tras la lámpara de gas: la temprana ciencia ficción argentina (1816-1930)
Autor/es:
SOLEDAD QUEREILHAC
Libro:
Historia de la ciencia ficción latinoamericana. Tomo I: Desde los orígenes hasta la modernidad
Editorial:
Iberoamericana Vervuert
Referencias:
Lugar: Madrid; Año: 2021; p. 51 - 92
Resumen:
La temprana ciencia ficción argentina, que abarca fundamentalmente desde la segunda mitad del siglo XIX hasta las primeras décadas del siglo XX, no se concibió a sí misma como un género definido, ni siquiera en tanto integrante de la narrativa fantástica. Bajo el lábil rótulo (o tímida excusa) de "fantasía" o "juguete", fue fundando no obstante un territorio propio. El conjunto de relatos breves, nouvelles y, en menor medida, novelas que pueblan la cf vernácula surgió al calor del desarrollo de los medios de prensa, antes de que se desarrollara la industria editorial propiamente dicha, y una zona de ese corpus aún emite su belleza radiactiva desde las cámaras silenciosas de las hemerotecas. La prensa argentina constituyó, en ese largo período, un espacio privilegiado para la emergencia de géneros y la circulación de buena parte de los textos centrales de la literatura argentina, así como un espacio donde circuló la divulgación y cierta vulgarización de saberes nuevos, entre ellos, los de las disciplinas científicas. En este sentido, el desarrollo de una cf argentina, de anclaje rioplatense, configura, desde la perspectiva amplia de la historia cultural, un capítulo pertinente al estudio de los efectos y el rol social del desarrollo científico en un país periférico, en búsqueda de su modernización. Es una instancia artística, puntualmente literaria, que integra el mosaico de los efectos transformadores del rol legitimador del discurso de las ciencias positivas y de sus entenados, las proyecciones espiritualizantes de ese materialismo científico. En este trabajo distinguimos tres grandes grupos en el corpus de narraciones cf, que concentran líneas temáticas y formales. En primer lugar, las utopías futuristas, fuertemente alegóricas, en las que predominaba la alusión humorística o patética a los problemas del presente histórico. En todas ellas (ya se tratase de eutopías o de distopías) los avances técnico-científicos se representan multiplicados por doquier y habiendo logrado solucionar grandes problemas de la humanidad como el transporte, la falta de alimento, los problemas de higiene, las comunicaciones, etc. En algunos textos, la ciencia ha logrado reemplazar, finalmente, a la religión. El ejercicio utopista surge gracias al impulso de un progreso que, en la época, se percibe imparable, sin costos, sin pérdida. En segundo lugar, encontramos los textos que narran viajes interplanetarios, en los que se reiteran algunos elementos de las utopías, pero en cruce con la especulación sobre otros mundos habitados, una hipótesis ciertamente alentada en el siglo XIX por las obras muy difundidas en el país de Flammarion. En tercer lugar, hallamos las numerosas narraciones sobre diferentes formas de la experimentación y/o de la verificación empírica de fenómenos de apariencia sobrenatural, en las que el discurso de las ciencias aparece hibridizado con el de las ciencias ocultas y las subversiones fantásticas. En este último grupo, los objetos de la experimentación y/o verificación empírica arman el rico mosaico de la imaginación científica decimonónica: la vida humana y la vida artificial; los animales y la animalidad atávica que habita en el ser humano; las fuerzas, los gases, los "fluidos" magnéticos o vitales, los pensamientos materializados, la luz, los rayos; los médiums y el contacto con el más allá; la maravilla técnica de la fotografía y el cine. El elemento en común con las utopías y los viajes interplanetarios es el tipo de proyección futurista: si la ciencia ya ha descubierto rayos otrora invisibles, si se ha detectado vida microscópica, si se ha identificado algo llamado "inconsciente", ¿por qué no nos toparemos, en el futuro inmediato, con la fuerza de la mente, con el gas del pensamiento, con la materialidad del espíritu