Participación ciudadana a través de TIC: Factores de desarrollo

SUSANA FINQUELIEVICH

San Juan

Seminario; XIV Seminario Internacional de Sociologia Democracia y participacion en las organizaciones en las nuevas sociedades de la informacion; 2001

Asociacion Internacional de Sociologia

Desde mediados de la década de 1990, se desarrolla en América Latina una nueva tendencia: la generación y crecimiento de movimientos ciudadanos sustentados por redes informáticas. Estos movimientos adoptan diferentes formas y detentan distintos grados de desarrollo en los diversos países de la Región. Esta ponencia, producto de investigaciones en curso del Equipo INFOPOLIS, analiza los factores que inciden en el desarrollo diferencial de estos movimientos, relacionándolos con factores nacionales y locales tales como las políticas estatales frente a las tecnologías de información y comunicación (TIC), las políticas estatales con respecto a la integración de la ciudadanía a la Sociedad de la Información, la historia de la sociedad civil, la conformación del Tercer Sector, las estategias de las empresas de telecomunicaciones, y otros. Estudia la conformación de redes electrónicas comunitarias en Argentina y Uruguay, el uso que le dan las organizaciones de la sociedad civil a la informática comunitaria y la importancia de su desarrollo para conformación de la emergente sociedad de la información . La sociedad civil entra en la era digital La sociedad civil latinoamericana atraviesa un período de reconformación. Las tecnologías de informática y comunicaciones (TIC) permean todas las actividades de producción, consumo, intercambios, administración, gobierno, recreación las finanzas, el comercio y la educación. Se revela una necesidad emergente: hallar los medios y las maneras de optimizar las oportunidades que presentan las TIC para tejer y reforzar redes comunitarias, para ingresar en forma proactiva a la Sociedad de la Información. Según Douglas Schuler (1998), puede definirse la comunidad como “un grupo de personas que viven en cercanía geográfica unas de otras y que están ligadas por relaciones sociales y laborales, u otros intereses comunes”. Para que esto resulte efectivo, los individuos que desarrollan redes ciudadanas deben reconocer, apoyar y alentar estos lazos. Un modo de hacerlo, según Schuler, es ofrecer información y desarrollar servicios que contribuyan a sostener y desarrollar los “valores centrales” de la comunidad: cultura y convivialidad; educación; fuerte cultura democrática; salud y bienestar; equidad económica, oportunidad y sustentabilidad; e información y comunicación (incluyendo, por ejemplo, tanto bibliotecas tradicionales como medios informáticos, televisión, radios libres, etc.). Todos ellos son interdependientes y de acuerdo a una concepción organicista, pueden ser visualizados como sistemas vitales para una comunidad, del mismo modo en que los sistemas circulatorio, nervioso o muscular desempeñan roles interdependientes en el cuerpo humano. La Asociación Española de Redes Ciudadanas (www.aerc.net), define: “Una Red Ciudadana es un sistema de intervención, instrumentalización, articulación y promoción del desarrollo local en todas sus vertientes (...) Por otro lado, los poderes públicos tienen en las Redes Ciudadanas un medio de hacer llegar a los lugares más alejados información concerniente a los asuntos de interés común y una forma de prestar servicios a los ciudadanos. En un futuro, muchos trámites y gestiones deben poderse realizar por medios telemáticos. La comunicación administración-administrados debe tecnificarse al mismo ritmo que lo haga la sociedad, no quedarse retrasada. (...) . Las redes pueden servir para aumentar la cantidad y calidad de los servicios públicos, especialmente para aquellos grupos que tienen problemas para utilizarlos en sus modalidades actuales. Los distintos grupos y movimientos sociales tienen en las redes un medio de comunicación y de coordinación, un foro para hacer llegar sus ideas y propuestas a los ciudadanos y una herramienta para interactuar con grupos de intereses similares de otras partes del mundo”. Estos son también los cimientos de la ciudad del conocimiento, la cual requiere un diseño específico en el que intervengan tanto los barrios, como las universidades, los emprendedores sociales y los organismos que, de una u otra manera, son determinantes en la configuración de la Sociedad de la Información.