INVESTIGADORES
FINQUELIEVICH Susana
capítulos de libros
Título:
El voto electrónico, ¿construye la e-democracia?
Autor/es:
FINQUELIEVICH SUSANA
Libro:
Consideraciones, aportes y experiencias para el voto electrónico en Argentina
Editorial:
Prince 6 Cooke
Referencias:
Lugar: Buenos Aires, Publicacion electronica; Año: 2005; p. 4 - 8
Resumen:
4 La veloz evolución de la tecnología de informática y de telecomunicaciones y las consiguientes transformaciones en el ámbito de la comunicación mediática han creado cambios importantes en el campo político. Éstos se vinculan con los actores del juego democrático y con las formas de comunicación que se establecen entre ellos, pero también con sus vías y modos de expresión, con las herramientas con los que políticos y ciudadanos expresan sus opiniones y su voluntad política. Badillo (2002) plantea que la democracia actual incluye dos grandes etapas: - La primera, la de la democracia mediática, "Supone la construcción de la opinión pública a través de la actividad de los medios de comunicación de masas, especialmente la radio y la televisión. Los medios aparecen en este modelo como los responsables de la construcción y canalización de las agendas públicas y políticas, como los grandes mediadores entre los actores político-sociales y la opinión pública". opinión pública a través de la actividad de los medios de comunicación de masas, especialmente la radio y la televisión. Los medios aparecen en este modelo como los responsables de la construcción y canalización de las agendas públicas y políticas, como los grandes mediadores entre los actores político-sociales y la opinión pública". La primera, la de la democracia mediática, "Supone la construcción de la opinión pública a través de la actividad de los medios de comunicación de masas, especialmente la radio y la televisión. Los medios aparecen en este modelo como los responsables de la construcción y canalización de las agendas públicas y políticas, como los grandes mediadores entre los actores político-sociales y la opinión pública". - La segunda etapa, que en esta década al menos, se superpone a la democracia mediática, es la de la democracia electrónica. En ella aparecen nuevas formas de construcción de la opinión pública utilizando las tecnologías de la información y comunicación (TIC). En esta época, existen una multitud de variaciones posibles de la manera en la que los ciudadanos se relacionan con el sector público y en la manera en la que el sector público lleva su información entre diferentes instituciones gubernamentales, y sobre todo a los ciudadanos. Es de esta etapa de la que nos ocuparemos en este trabajo. Habitualmente, por democracia electrónica se entienden las potencialidades de progreso de la democracia brindadas por las TIC, fundamentalmente la interacción entre gobierno / políticos / ciudadanos. Desde los años ´70 en adelante, diversas experiencias desarrolladas en redes de telecomunicaciones y de televisión por cable -sobre todo en Estados Unidos- han manifestado, por un lado, cómo las TIC permitirían una mejora importante de la comunicación entre ciudadanos y gobiernos, supliendo los tradicionales sondeos de opinión por la participación permanente de los ciudadanos en la formación de opinión pública, la discusión y la toma de decisiones políticas. Por otro lado, cómo los ciudadanos podrían hacer pública su propia información, para el debate entre ciudadanos, con los políticos y con los gobiernos (Artopoulos, 2000; Badillo, 2002). Así, Internet es percibida por especialistas y usuarios como un medio de educación y formación individual, incitación a la participación cívica, herramienta de cotejo de la opinión pública, puerta del acceso de los ciudadanos a los funcionarios de la Administración, plataforma de foros democracia mediática, es la de la democracia electrónica. En ella aparecen nuevas formas de construcción de la opinión pública utilizando las tecnologías de la información y comunicación (TIC). En esta época, existen una multitud de variaciones posibles de la manera en la que los ciudadanos se relacionan con el sector público y en la manera en la que el sector público lleva su información entre diferentes instituciones gubernamentales, y sobre todo a los ciudadanos. Es de esta etapa de la que nos ocuparemos en este trabajo. Habitualmente, por democracia electrónica se entienden las potencialidades de progreso de la democracia brindadas por las TIC, fundamentalmente la interacción entre gobierno / políticos / ciudadanos. Desde los años ´70 en adelante, diversas experiencias desarrolladas en redes de telecomunicaciones y de televisión por cable -sobre todo en Estados Unidos- han manifestado, por un lado, cómo las TIC permitirían una mejora importante de la comunicación entre ciudadanos y gobiernos, supliendo los tradicionales sondeos de opinión por la participación permanente de los ciudadanos en la formación de opinión pública, la discusión y la toma de decisiones políticas. Por otro lado, cómo los ciudadanos podrían hacer pública su propia información, para el debate entre ciudadanos, con los políticos y con los gobiernos (Artopoulos, 2000; Badillo, 2002). Así, Internet es percibida por especialistas y usuarios como un medio de educación y formación individual, incitación a la participación cívica, herramienta de cotejo de la opinión pública, puerta del acceso de los ciudadanos a los funcionarios de la Administración, plataforma de foros La segunda etapa, que en esta década al menos, se superpone a la democracia mediática, es la de la democracia electrónica. En ella aparecen nuevas formas de construcción de la opinión pública utilizando las tecnologías de la información y comunicación (TIC). En esta época, existen una multitud de variaciones posibles de la manera en la que los ciudadanos se relacionan con el sector público y en la manera en la que el sector público lleva su información entre diferentes instituciones gubernamentales, y sobre todo a los ciudadanos. Es de esta etapa de la que nos ocuparemos en este trabajo. Habitualmente, por democracia electrónica se entienden las potencialidades de progreso de la democracia brindadas por las TIC, fundamentalmente la interacción entre gobierno / políticos / ciudadanos. Desde los años ´70 en adelante, diversas experiencias desarrolladas en redes de telecomunicaciones y de televisión por cable -sobre todo en Estados Unidos- han manifestado, por un lado, cómo las TIC permitirían una mejora importante de la comunicación entre ciudadanos y gobiernos, supliendo los tradicionales sondeos de opinión por la participación permanente de los ciudadanos en la formación de opinión pública, la discusión y la toma de decisiones políticas. Por otro lado, cómo los ciudadanos podrían hacer pública su propia información, para el debate entre ciudadanos, con los políticos y con los gobiernos (Artopoulos, 2000; Badillo, 2002). Así, Internet es percibida por especialistas y usuarios como un medio de educación y formación individual, incitación a la participación cívica, herramienta de cotejo de la opinión pública, puerta del acceso de los ciudadanos a los funcionarios de la Administración, plataforma de foros Dr. Alejandro Prince – Voto electrónico públicos, mecanismo de simplificación del procedimiento de inscripción de los votantes, e incluso factor de estímulo del propio voto. En la emergente sociedad de la información, la comunicación política ha dejado de ser un monopolio de los medios tradicionales y de los periodistas, que hasta hace pocos años conglomeraban toda la opinión pública y encauzaban la mayor parte de la información que llega al (y del) ámbito de la esfera pública: como plantea Araya Tagle (2003), en los últimos años han surgido una multiplicidad de experiencias de comunicación ciudadana en la web: portales, foros, weblogs, y servicios en línea orientados hacia el "mundo ciudadano", ya sea implementados desde el sector público y los partidos políticos o desde las organizaciones comunitarias. Algunos autores, como Davis (2002) describen a Internet como una pujante tecnología para una democracia de base, y plantean que, al facilitar la discusión y la acción colectiva de los ciudadanos, insufla vigor a la democracia. Para muchas organizaciones comunitarias, la web es potencialmente un potente instrumento con el que reorganizar la política. En esta dirección, tanto organizaciones de la sociedad civil (OSC) como partidos y agrupaciones políticas están desarrollando procedimientos de información y participación a través de sus portales y websites. La multiplicación, aceptación y uso de estos medios de comunicación ha tenido gran influencia en la conformación de la llamada "Internet ciudadana" (Araya Tagle, 2003), que según este autor puede definirse como el conjunto de usos y apropiaciones sociales de Internet encaminados a provocar debates e intervenir en los asuntos públicos de las sociedades, a nivel local, regional, nacional o global. Esta circulación "libre" de información contribuiría a la construcción de la opinión pública, sin la cual no habría democracia posible, por vías electrónicas o tradicionales. Ahora bien, ¿Cuál es la relación existente entre e-democracia y voto electrónico? Existe otro interrogante: ¿podrían ser las consultas por medios electrónicos a la ciudadanía, más numerosas y frecuentes que la de la elección de los representantes? ¿Se consultará a los ciudadanos en lo que respecta a todo tipo de decisiones políticas? ¿Se harán encuestas electrónicas cuando haya que tomar decisiones que afecten, por ejemplo, el espacio público o las infraestructuras? ¿O cuando se debata un código de convivencia urbano? De aceptar este concepto, se permitiría que muchas decisiones fueran tomadas directamente por los ciudadanos, lo que aumentaría la sensación de democracia directa y, al mismo tiempo, limitaría eventualmente los riesgos de la toma de decisiones en política (Badillo, 2002). Pero muy probablemente, se agotaría rápidamente el interés y la voluntad de participación política por parte de los ciudadanos, que estarían sobresaturados por la frecuencia de la participación directa en el mediano y largo plazo.