INVESTIGADORES
RODRIGUEZ Laura Graciela
congresos y reuniones científicas
Título:
Los proyectos culturales de la dictadura. Funcionarios y políticas en la provincia de Buenos Aires
Autor/es:
RODRÍGUEZ, LAURA GRACIELA Y ZAPATA, MARIÁNGELES
Lugar:
Bariloche
Reunión:
Otro; XII Jornadas Interescuelas- Departamentos de Historia; 2009
Institución organizadora:
Universidad nacional del Comahue/ Centro Regional Universitario Bariloche
Resumen:
En Argentina y especialmente en los círculos capitalinos se vivió el clima de la “revolución cultural” entre las familias de clase media y los jóvenes, en un contexto adonde se sucedían la revolución cubana, las luchas de liberación, el mayo francés y la aparición de grupos juveniles guerrilleros, entre otros (Hobsbawm, 1995). La llamada “modernización cultural” argentina surgida en los años sesenta, se tradujo en el surgimiento de corrientes y grupos vanguardistas que hicieron del compromiso político contestatario al poder de turno, una expresión artística. Varios de estos representantes se solidarizaron además con el peronismo, entendiendo que era un movimiento que representaba a los trabajadores y sufría la persecución política (Terán, 1991; Sigal, 1991). Consecuencia directa, las autoridades militares que tomaron el gobierno en 1966 organizaron un plan sistemático de censura hacia este tipo de obras y artistas que se recrudeció en marzo de 1976. Existe una serie de investigaciones académicas y pertenecientes a organismos de derechos humanos que se han dedicado a describir las listas de libros, autores o intérpretes que fueron incinerados, prohibidos y perseguidos respectivamente, durante esta etapa (Avellaneda, 1986; Ivernizzi y Gociol, 2002; Ivernizzi, 2006). En esta ponencia observaremos otro aspecto de este proceso vinculado a la intervención de los militares y civiles en el ámbito cultural. Argumentaremos que la política cultural no se redujo a la producción de normativa de ese tipo y analizaremos el contenido de las propuestas culturales y de las declaraciones que hicieron los encargados de la Subsecretaría de Cultura del Ministerio de Educación de la provincia de Buenos Aires y de la Dirección de Cultura de la municipalidad de Junín, ciudad ubicada al noroeste provincial. En primer lugar, identificaremos cuáles políticas fueron innovadoras y cuáles resultaron continuidad del período anterior, observando que hubo menos de las primeras, debido a limitaciones presupuestarias. En segundo término, veremos que los funcionarios provinciales propusieron un programa cultural que se construyó en oposición al plan peronista de 1973 y 1974, vinculado, según ellos, a la “cultura popular”, el “marxismo” y la “vanguardia”. En el caso de los encargados de la Dirección municipal, el énfasis estuvo puesto en invisibilizar el accionar que habían llevado a cabo las personas que fundaron una coordinadora de arte (COART) y que en ese momento eran blancos de la  represión ilegal en el municipio. El organismo había sido fundado en 1966, sus miembros no eran peronistas, formaron parte de la Dirección de Cultura municipal y fueron desplazados por las autoridades que asumieron en marzo de 1973. En tercer lugar, señalaremos que los responsables del área provincial comenzaron su gestión reclamando un mayor presupuesto para gestionar, al tiempo que en el municipio de Junín los funcionarios locales no hicieron declaraciones de este tipo y procuraban exhibir la concreción de variadas obras. Sostenemos que esta diferencia se debió a que el intendente era un hombre del Ejército y pretendió generar consenso hacia su mandato y su persona a través de la política cultural. El jefe comunal además, mantenía relaciones fluidas con el primer gobernador – también del Ejército- y recibió partidas de dinero para financiar algunas obras. Con el apoyo de las “fuerzas vivas” del lugar y de sus colegas militares, fue  uno de los 39 intendentes de toda la provincia que permaneció más de seis años en el cargo. Del lado del subsecretario provincial, si bien estaba altamente comprometido con el proyecto dictatorial, formaba parte del grupo de funcionarios estatales civiles que criticó abiertamente a los militares por su decisión de recortar las partidas destinadas al área. Por último, veremos que, a pesar de los discursos, los controles que debían ejercerse hacia las personas del ámbito cultural resultaron débiles en algunos distritos. En el caso de Junín, los bibliotecarios hicieron compras de libros prohibidos que fueron publicitadas en los Boletines Municipales, sin recibir por ello alguna sanción.