La formación de elites y las universidades católicas en Argentina

RODRÍGUEZ LAURA GRACIELA

Congreso; XI Congreso Iberoamericano de Historia de la Educación Latinoamericana; 2014

En Argentina, la primera universidad fue creada a principios del siglo XVII por la Compañía de Jesús. Funcionó durante todo el período colonial hasta que en la segunda mitad del siglo XIX, fue nacionalizada. La dirigencia política de esos años reivindicó la construcción de un sistema universitario laico, elitista y fuertemente centralizado. En consecuencia, el sistema de universidades privadas se desarrolló tardíamente en comparación con el resto de América Latina. Los primeros intentos de tener una casa de estudios provinieron de la Iglesia a principios del siglo XX, pero se vieron frustrados porque el Estado nacional no le reconoció los títulos. Por otro lado, las universidades nacionales fueron vistas como ámbitos claves de formación de dirigentes y resultaron intervenidas varias veces a lo largo del siglo XX (1930, 1943, 1946, 1955, 1966, 1976). Esa situación hizo que muchos académicos pensaran que la fundación de universidades privadas podría brindarles una mayor estabilidad profesional a los docentes. De su lado, los católicos querían universidades confesionales para formar a élites que defendieran sus intereses. En 1955, militares y civiles derrocaron al gobierno democrático del general Juan Domingo Perón. En diciembre se sancionó el decreto 6403 que le otorgó una amplia autonomía a los universitarios en materia de designación de profesores y autoridades y legalizaba la presencia de estudiantes, profesores y graduados en el gobierno. Dicho decreto también contenía el artículo 28 que autorizaba la creación de universidades privadas o ?libres? con la capacidad de emitir títulos habilitantes. Después de varios acontecimientos, en 1958 se aprobó el texto definitivo y comenzaron a funcionar las primeras universidades privadas. Ahora bien, en esta ponencia analizaremos, por un lado, el proceso de creación de la Universidad Católica Argentina (UCA) en 1958, nombrada ?Pontificia? por el Vaticano poco tiempo después, y por el otro, las estrategias que desplegó su primer rector, monseñor Octavio N. Derisi (1958-1980) para lograr posicionar a la UCA en un lugar de prestigio. Observaremos que atrajo a las principales familias de la elite económica del país para que contribuyeran a financiarla; se rodeó de profesores que pertenecían a familias porteñas tradicionales; y en todas sus intervenciones públicas, subrayó el rol que debía cumplir la UCA en la formación de los futuros dirigentes del país. Mostraremos que en comparación con las otras universidades católicas, estas estrategias del rector Derisi resultaron exitosas en relación a ciertas trayectorias que siguieron los profesores como altos funcionarios de la burocracia estatal, la importancia de los aportes que recibió y la red de relaciones que fue construyendo que hicieron que la UCA quedara inserta en un lugar relevante del escenario católico internacional.