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Historia personal del boom ofrece un abordaje marcado por la recuperación de lo anecdótico y amparado en el comentario presuntamente casual que se basa en el recuerdo aleatorio. Al no ponerse en juego estrategias propias del lugar habilitado que asigna Donoso al crítico profesional, la táctica habilita una delimitación en torno a lo que se dio en llamar boom de la literatura latinoamericana de los 60. El trabajo por la legitimación se hace desde un campo de acción que permite una mirada presuntamente descentralizada; pero, en una entronización de las instancias de reconocimiento, el sitial de los nombres elegidos tiende a definirse. Estará subyaciendo nuestra lectura la dicotomía de Michel de Certeau entre táctica y estrategia, a partir de la cuestión del lugar. En relación con esto, se pueden identificar ciertas zonas dadas por un saber reconocido (el del crítico que actúa en su propio terreno) y otro desplazado con respecto al primero, el saber de las apropiaciones. La permanencia en un lugar que no es el propio, el del crítico ocasional, que sólo plantea mediante un ensayo su historia personal, conllevaría el desconocimiento de ciertos saberes que impone la apropiación efímera del cánon. Las astucias silenciosas y sutiles (no siempre tan silenciosas ni tan sutiles) que se despliegan vienen a conformar una categorización que, bajo una apariencia lúdica, se tiñe de verticalidad. De esta forma, se tiende a hacer efectivo lo que desde el comienzo se niega: definir el boom. La selección del trabajo de memoria que se pone en juego al ir en busca de los recuerdos apuntalan este movimiento. Sin embargo, asistiremos a la puesta en crisis de tan extrema dicotomía, dado que ambos términos se invaden y contaminan. Permanece entonces una tensión en torno a la viabilidad de postular alguna clase de legitimación y pertenencia.

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