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Los hallazgos e implementos técnicos logrados en años recientes ?e. g. desde la terapia genómica hasta la restitución de tejidos o funciones fisiológicas? son cuestiones que nos enfrentan a nuestra condición humana bajo una nueva luz y nos obligan a replantear nuestra concepción de la vida, la muerte y de nuestra propia naturaleza. El debate actual acerca de la relación ética, ciencia y tecnología, parte del supuesto de que la ética debe guiar a la ciencia y a la tecnología en su capacidad de servir al desarrollo del ser humano. Se reconoce que la ciencia y el desarrollo tecnológico brindan los medios y el conocimiento para construir grandes sistemas y beneficios sociales, pero es la ética la que juzgará si se justifica su aplicación o desarticulación. La ciencia y la tecnología no son éticamente neutras, ni en los usos que se le pueda dar, ni en los medios que utiliza para alcanzar sus fines, como la experimentación. Esto nos plantea un escenario complejo donde una actitud crítica del investigador científico se plantea como primordial. La transferencia de tecnologías se hacen cada vez más necesarias en un contexto socie-económico que lo reclama, pero aún así en ámbitos académicos suele asociarse a la desmoralización de las investigaciones que darían pie a su concreción. Entonces surgen los interrogantes: ¿Una buena investigación científica no es suficiente? ¿Por qué pensar en los otros y las futuras generaciones? ¿Por qué tener consideraciones con el medio ambiente? ¿Los sujetos en la investigación se someten a riesgo por el bien de otros?¿Se busca reducir el riesgo contribuyendo al bien social? La búsqueda del equilibrio que albergue a las premisas "Competencia científica y tecnológica", "Conducta y diseño ético de la investigación", "Derechos humanos y humanidad" como equiponderadas, podría proporcionarnos un norte para la ética en la ciencia y la tecnología.

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