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Introducción Diversos estudios demuestran que el impacto económico de los AT incide particularmente sobre los estratos de ingreso más bajos y las edades más jóvenes. En este sentido, Aeron-Thomas et al (2004) encuentran que el 50% de los hogares en los que algún miembro sufrió un AT en India cayeron bajo la línea de pobreza luego del siniestro. Asimismo, Hijar et al (2004), revelan que el 80% de los afectados por AT en la ciudad mexicana de Cuernavaca debieron afrontar personalmente los gastos médicos al no contar con ningún tipo de protección social. En la ciudad venezolana de Barquisimeto, Jiménez et al (2012), observaron que la mayoría de los lesionados por AT eran ocupados que empleaban maquinarias y vehículos de transporte en su trabajo. Por su parte, Macías et al (2010) muestran que los mayores perjudicados por los AT en el municipio argentino de Lanús son individuos en edad económicamente activa de entre 20 y 29 años con primario completo o secundario incompleto. En cualquier caso conocer el perfil de los lesionados por AT resulta de trascendental importancia al momento de diseñar políticas públicas tendientes a prevenir o mitigar sus consecuencias. Objetivo Caracterizar socioeconómicamente a los individuos que debieron ser internados luego de sufrir un AT entre noviembre de 2014 y mayo de 2015 en dos hospitales públicos de Bahía Blanca (Argentina). Metodología Se analizaron 121 encuestas socio económicas efectuadas a pacientes internados por accidentes de tránsito en el Hospital Municipal de Agudos Dr. Leónidas Lucero y Hospital Interzonal Dr. José Penna de la ciudad de Bahía Blanca entre el 21 de noviembre de 2014 y el 21 de mayo de 2015. Las encuestas fueron realizadas al momento del alta del paciente y tenían como objetivo indagar acerca de las características socio económicas de los accidentados, tales como: edad, género, condición de jefe de hogar, hijos a cargo, categoría de ocupación, tipo de actividad económica, nivel de ingresos, cobertura salud y/o de riesgos de trabajo, medio de locomoción, entre otras. De los 121 pacientes, 7 fallecieron en los nosocomios y 11 permanecían internados al finalizar el período de relevamiento. El análisis de cada variable se hizo sobre el total de casos respondidos en cada una de ellas, puesto que resultaron algunos valores perdidos debido a que fueron realizadas al familiar que acompañaba al paciente cuando este no se encontraba en condiciones de responder. Para clasificar a los individuos según su categoría de ocupación se utilizaron los criterios que define la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC según la cual existen tres categorías principales, a saber: patrones, quienes emplean al menos un trabajador; asalariados, quienes dependen de un salario y a su vez pueden estar o no registrados (efectuando aportes al sistema de seguridad social) y cuentapropia, constituido por un grupo sumamente heterogéneo de trabajadores independientes (INDEC, 2011). Por otra parte, están comprendidas dentro de la categoría de desempleados aquellas personas que teniendo edad, condiciones y deseo de trabajar no pueden hacerlo. Finalmente se clasificó a los pacientes según el tipo de actividad económica que realizan, para lo cual se recurrió a la clasificación del Código Industrial Internacional uniforme (CIIU) (Cámara DCDM, 2010). La información obtenida con el instrumento se procesó mediante el empleo de herramientas de estadística descriptiva utilizando el paquete estadístico SPSS versión 22.0. Resultados El 78% de los accidentados que debieron ser internados eran hombres y casi el 70% conducía una motocicleta. Si bien la edad promedio fue de 32 años, la mediana fue de 29 y la moda de 22, indicando que los accidentes de tránsito se concentran principalmente en las edades más jóvenes. Con respecto al máximo nivel educativo del principal sostén económico del hogar de la víctima, en la mayoría de los casos (más del 70%) tenían, a lo sumo, nivel secundario incompleto. Alrededor del 52% de los encuestados se reconoció como jefe de hogar (entre estos, el 15% eran mujeres), de los cuales el 75% manifestó tener al menos un hijo a cargo. Cerca del 80% de los accidentados que revelaron su situación laboral trabajaban, mayoritariamente en el área de la construcción y de servicios comunitarios, sociales y personales, con una marcada tasa de informalidad (sólo el 37.2% pertenecía a la economía formal) y más de 45 horas semanales. A su vez, más de la mitad se desempeñaba en forma independiente, siendo el 74% cuentapropistas de oficio. El nivel de ingreso salarial del 82% de los pacientes empleados era inferior a los 7.000 pesos mensuales. Por otro lado, de los 20 pacientes que no trabajaban, 14 se encontraban desempleados y los 6 restantes eran estudiantes o jubilados. Conclusiones El perfil socio económico de los pacientes internados por AT en la ciudad de Bahía Blanca se asemeja a lo encontrado en la literatura internacional. Esto es, se trata mayoritariamente de individuos jóvenes de entre 15 y 44 años, de bajos ingresos salariales y con bajo nivel educativo que suelen desplazarse en motocicleta. A su vez, una importante proporción se desempeña en la economía informal, por lo que no se encuentran protegidos por la seguridad social, debiendo afrontar los costos directos derivados de la atención médica, pero fundamentalmente los indirectos del AT; es decir, aquellos costos asociados a la pérdida de productividad.

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