INVESTIGADORES
GIL MONTERO Raquel
congresos y reuniones científicas
Título:
El trabajo minero en los Andes del Sur en el siglo XVII
Autor/es:
GIL MONTERO, RAQUEL
Lugar:
Lleida
Reunión:
Congreso; XIII Congreso de Historia Agraria, Congreso Internacional de la Sociedad Española de Historia Agraria; 2011
Institución organizadora:
Sociedad Española de Historia Agraria
Resumen:
En su Historia natural y moral de las Indias, el padre Joseph de Acosta describe a las tierras altas del Perú conteniendo una serie de territorios desiguales y contrastantes: los valles que se encuentran entre las sierra, a su criterio la "mejor habitación del Perú" ya que permiten diversa agricultura; la altiplanicie del Collao, llana, alta, generosa en pastos, abundante de gente y de ganado; las sierras y los montes ásperos cuya mayor riqueza es la minera, riqueza que permite poblar estas "tierras estériles", como se las llamaba. La minería fue capaz a lo largo de los primeros siglos de la colonia, de poblar estos territorios considerados como muy difíciles para la vida humana. Esto fue posible gracias al movimiento de mano de obra proveniente de los más diversos rincones del Virreinato, y de la provisión de alimentos, también traídos de otras regiones. La minería en los Andes resulta un interesante "mirador" para analizar las relaciones laborales. Quizás el aspecto más indagado hasta ahora ha sido el de la mita potosina, un sistema de trabajo por turnos al que estaban obligados los indígenas reducidos por el Virrey Francisco de Toledo en la década de 1570. En la mina, sin embargo, trabajaban muchos otros indígenas, la mayor parte de ellos migrantes rurales temporarios que iban a ganar el dinero para pagar sus tributos como mineros, o que aprovechaban la enorme demanda de la ciudad para vender alimentos o trabajar en el transporte. En este trabajo proponemos observar las relaciones en el mundo del trabajo que generó un importante centro minero surgido en un territorio tradicionalmente habitado por pastores especializados: Sud Lípez. Esta región se caracteriza por no tener centros urbanos, por su aridez y por la importancia que tuvo para la vida de sus habitantes el tráfico de larga distancia. Nuestro estudios se centra en San Antonio del Nuevo Mundo, una mina que se encuentra por encima de los 4500 metros sobre el nivel del mar, y que tuvo su apogeo en el momento de la baja general de la producción del plata del Perú. Por el hecho de estar ubicado en un territorio anteriormente poco poblado y de escasa producción agraria, el de San Antonio es un mirador privilegiado para analizar el movimiento de población, de alimentos e insumos para la minería provenientes de las más variadas regiones. Los pastores y sus llamas jugaron un papel muy importante en el abastecimiento y transporte tanto de larga como de corta distancia, ya que las condiciones ambientales extremas de Lípez no permitían (o permitían pocas) mulas. En esta conjugación de minería colonial en territorio pastoril podemos observar tanto la coerción impuesta en el marco del trabajo minero como la agencia de los llameros dentro de los márgenes de acción que les permitía su manejo del ganado.