Nuevas subjetividades urbanas: márgenes difusos en la relación entre violencia y poder

CRESPO BUITURÓN, MARCELA

Cuzco

Congreso; Escrituras Silenciadas: poder y violencia en la Península Ibérica y América; 2014

Universidad de Alcalá

La literatura argentina suele presentar, frente a fenómenos de exclusión social, de racismo y discriminación, una mirada enfrentada al etnocentrismo, pero en los últimos años han ido apareciendo algunas novelas que problematizan nuevamente la posición del otro como semejante, el cual se ha vuelto a convertir progresivamente en otro como amenaza. La urbe, otrora escenario de represión y muerte debido a dictaduras militares y luchas civiles, se ha convertido en un mapa de recorridos de la criminalidad y la fractura social. Es una Ciudad Criminal que ya no admite figuras inocentes, donde la antinomia delincuente-víctima se ha vuelto conflictiva, pues el primero muestra múltiples formas que no se circunscriben al ámbito marginal, y la segunda ha adoptado rasgos siniestros. Esta nueva tendencia de la literatura argentina queda desplazada (silenciada) del canon literario oficial. Son difícilmente abordadas por la crítica literaria e ignoradas en los programas de estudios de las universidades, ya que parecen alejarse de la idea de compromiso político post-dictadura y presentan una forma de exilio más ontológico, provocado por una sociedad que tiende a volver invisible a la persona humana. Parecen impedir el señalamiento transparente e incuestionable de culpables y animan a la reflexión sobre el fenómeno de la violencia y el poder. En esa reflexión queda claro un cuestionamiento radical de las certezas planteadas por cualquier bando político. En esta línea se inscriben, entre otras, las novelas El oficinista, de Guillermo Saccomano (2010) y Orificio de Nicolás Casullo (2011).