Conferencia y presentación del libro: "Jóvenes de escarapelas tomar".

KRIGER, MIRIAM

Biblioteca Nacional, Buenos Aires

Jornada; Jornada académica: Jóvenes, Política y Nación; 2010

Observatorio de Jóvenes y Medios de la Facultad de Periodismo y Comunicación de la UNLP y CAIYCT CONICET

  En este evento tengo el gusto de presentar, agradeciendo la compañia de Mario Carretero, Osvaldo Bayer, Florencia Saintout e Isabelino Siede, mi  libro "Jóvenes de escarapelas tomar. Escolaridad, enseñanza de la historia y formación política", que ha comenzado con  la investigación de mi tesis doctoral. El problema específico que trataro en él  puede resumirse en una pregunta: ¿Cómo interviene la posibilidad de pensar históricamente, en el desarrollo de la capacidad política de los jóvenes que egresan de la escuela convertidos formalmente en ciudadanos?Creo que la pregunta cobra relevancia cada día, en virtud de las profundas transformaciones que se están produciendo  en  nuestras sociedades  y de los nuevos desafíos que interpelan a la enseñanza escolar de la historia como herramienta cultural clave para la construcción de las democracias, pensadas ya no en la clave de la homogeneidad sino en la del pluralismo y la diversidad. Y creo que es importante situar este interrogante en contextos singulares y abordar a los jóvenes desde una perspectiva generacional, habiendo elegido en mi caso el escenario de la Argentina post-crítica y la generación educada en los 90´. Yo  presento en este libro a jóvenes aún distanciados de la politica pero muy dispuestos a tomar el legado y la herencia histórica de la nación, deseosos de refundar el proyecto más que  de transformarlo. No son  “de armas tomar”,  la violencia los espanta. Tampoco  “de banderas tomar”, la política les provoca rechazo. Ellos son  “jóvenes de escarapelas tomar”, regidos por un ideal cívico que mucho tiene de aquel relato escolar de la Revolución de Mayo, donde no hay disenso sino “patriotas” que renuncian  a sus singulares ideologías en nombre de la unión, y donde la política es disolvente y ajena a la noción de patria. Por todo ello, y como voy a explicar en las páginas que siguen, el desafío es mucho más complejo y profundo para quienes somos ya adultos, y especialmente para pedagogos y educadores, interesados en transmitir un legado abierto a la creación.  Los invito a comenzar la lectura,  esperando   transmitir a mis lectores la misma inquietud y   expectativa que esta investigación generó en mí, una vez que tomé  conciencia de que las restricciones en la formación de los jóvenes sólo cobran genuino interés en virtud de la  potencia, mucho más intensa,  de sus propios horizontes.  Ojalá que  este libro contribuya a  habilitar tal  amplitud, propiciando  una educación histórico-política tan emancipatoria como el espíritu de las utopías y el cuerpo de los  desacuerdos.