INVESTIGADORES
PRESTA Ana Maria
congresos y reuniones científicas
Título:
’Por no tener con qué casarse y para remediar el peligro de perderse’. Nuestra Señora de Los Remedios de Santa Mónica de La Plata, un cenobio fundado por la elite de Charcas (Virreinato del Perú) en 1574
Autor/es:
ANA MARÍA PRESTA EDITORA
Lugar:
Roma
Reunión:
Jornada; Jornadas Internacionales Espacios Religiosos, Poder y Género, Monasterios Femeninos y Mundos Ibéricos, Perspectiva Comparada S. XVI, XVII y XVIII; 2021
Institución organizadora:
Universidad de Roma TR, Universidad Sapienza, Red Columnaria, CARSO, UNAM, U de Sevilla
Resumen:
Con intenciones justificadas y propósitos encomiables, un conjunto de pater familias encomenderos, funcionarios y allegados se constituyeron en fundadores del primer convento de monjas en la ciudad de La Plata, ciudad cabecera de la jurisdicción de Charcas, sitio que en 1561se instaló la Real Audiencia de igual nombre. Los jóvenes linajes encomenderos, si prolíficos, carecían de capacidad patrimonial para matrimoniar a su prole femenina, eligiendo a cuántas y en qué circunstancias habrían de casarlas. Así, las intenciones y propósitos de salvaguardar la honra de sus mujeres, sobre todo de las huérfanas de beneméritos fallecidos en la conquista o en las Guerras Civiles entre españoles (1538-1554), quedaron opacadas por las reales razones que motivaron la fundación de un convento que, administrado por seglares, se encomendó a la orden de San Agustín y a la advocación de Santa Mónica. Lo cierto es que los fundadores se proponían depositar en el claustro a las doncellas que habían decidido no casar en el siglo. En pocos años, Los Remedios acogió a hijas de la elite de real y dudosa vocación y, por imperio de las presiones virreinales y audienciales, a mestizas que, aunque lejos de exhibir la genealogía deseada por los padres fundadores, acreditaban sólida posición económica como para abonar sus dotes en tiempo y forma. Ese crisol social y multiétnico derivó en la exhibición de desigualdades internas en el claustro, donde se plasmaban las iniquidades de género reforzadas por la clase y la jerarquía estamental de las monjas, como también el crítico apego a las reglas, la lábil disciplina interna y la manipulación de las normas que las más encumbradas en la pirámide interna desplegaban en el convento.Trayectorias de vida personales, ingresos forzados y una visita eclesiástica de 1590 sustentan los vínculos de la élite con el monasterio, las distancias de clase y género entre las monjas, junto al gobierno selectivo de las profesas, que asimismo enfatizaban las desigualdades internas entre un colectivo de mujeres que a más de su condición se vinculaba por parentesco, amistad, cuando también por distancia social y desdén.