¿El fin de un ciclo político?

CHERESKY ISIDORO

Rosario

Congreso; VIII Congreso Nacional y I Congreso Internacional sobre Democracia: "Desafíos y oportunidades para la democracia latinoamericana del siglo XXI".; 2008

Universidad Nacional de Rosario

Líderes emergentes en búsqueda de popularidad y representantes o gobernantes abocados en permanencia a reproducir su legitimidad y sobre todo la de cada una de sus decisiones parece ser un signo de las democracias a la hora de la desconfianza. "Ciudadanía" y ya no "pueblo" es la designación empleada para designar el sustento de la legitimidad de los representantes: individuos mayoritariamente alejados de pertenencias partidarias o aun corporativas estables. Y esa ciudadanía autonomizada, blanco de las acciones de los diferentes actores de la vida pública y de la comunicación política, se sustrae cada vez más a una constancia identitaria sin rechazar por ello su expresión en el sistema representativo. Pero otras dos formas alternan con la del electorado, como figuración de esa ciudadanía fluctuante: la de la opinión pública estructurada por las encuestas y que ha devenido cada vez más la brújula de la acción pública para quienes quieren construir lazos de representación y para los gobernantes que procuran obtener sustento para su acción decisoria, y la de la auto-representación, modalidad cada vez más frecuente de la protesta y de la conflictividad social.