INVESTIGADORES
CHERESKY Isidoro
congresos y reuniones científicas
Título:
Representación institucional y autorrepresentación ciudadana en la Argentina democrática
Autor/es:
CHERESKY ISIDORO
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Otro; Novena Reunión de la Red Nacional de Estudios sobre Procesos Electorales, Instituciones Políticas y Ciudadanía; 2010
Institución organizadora:
Equipo de investigación "Las Nuevas Formas Políticas" y CEPES
Resumen:
En 2008 se cumplieron veinticinco años desde el establecimiento contemporáneo de la democracia en Argentina. El régimen político sustentado en el pronunciamiento popular está instalado, de modo que las dudas iniciales sobre su fragilidad no están a la orden del día. Sin embargo, no puede trazarse una genealogía de los progresos democráticos, de manera que el propósito de este análisis es el de describir más bien las mutaciones que se han producido y las carencias que, desde una perspectiva no normativa, se plantean. Esta última observación es importante dado que las expectativas de quienes abrazaban un modelo de democracia clásico han sido en buena medida defraudadas. Ante todo, se constata la consolidación de una ciudadanía fluctuante en sus identificaciones que ha privado a los representantes de un sustento duradero y que ha vetado con acciones de protesta u obstrucción decisiones de los gobernantes legítimos. El predicamento de una canalización electoral e institucional de la voluntad ciudadana ha sido relativizado por el peso de los pronunciamientos implícitos (mediciones de opinión pública), descontentos y aun vetos a las decisiones de los gobernantes que en algunos casos han obligado a éstos a abandonar sus funciones. Esta presencia ciudadana es de signo dispar. Más política en el sentido tradicional –cuando se ha tratado de reclamos sustantivos y universales-, o en cambio impolítica cuando las demandas han sido fragmentarias y sobre todo cuando las movilizaciones ciudadanas han tomado el giro dominante del veto o rechazo. Por otra parte, la escena política no alberga un sistema de partidos en el sentido tradicional. Los liderazgos de popularidad son los organizadores de la competencia política alimentando una relación directa –generalmente con sus simpatizantes y a veces sustentados en una red institucional o en un partido. Pero estos últimos como tales tienen limitada su capacidad para definir la oferta política –ya sea por el peso de los líderes en la decisión o por la expresión ciudadana en los raros casos en que ésta es consultada ampliamente. En definitiva, la vida política se ha afirmado sólidamente en su rutina electoral, pero el dispositivo institucional que caracterizaba el régimen democrático se ha debilitado en algunos casos y en otros se ha desvanecido. La observación de lo que sucede en otras latitudes, en la región latinoamericana pero también en las democracias del hemisferio norte, permite anticipar que está en curso una mutación del sistema democrático. Sobre el signo de esta mutación existe un debate que debe tenerse en cuenta a la hora de tratar el caso específico de la Argentina. Pero antes de ello debemos observar que esta mutación probablemente adquiera una fisonomía diferente según la tradición específicamente nacional del régimen político. Argentina accedió titubeante a la democracia reciente luego de años de inestabilidad, persistiendo la desinstitucionalización a la que aludimos, que tiene como epicentro la relación gobernantes-gobernados o, si se prefiere, que afecta al sistema representativo, que acompaña o incluso influencia el Estado de derecho en general y, en particular, la división de poderes y la vigencia de la ley. De modo que en Argentina y en sociedades similares que no transitaron durable o establemente por el formato democrático clásico tal como se dio en los países del hemisferio norte, se plantean problemas específicos; entre ellos, el peligro de que la autonomía ciudadana derive en movilización antiinstitucional y prime una lógica populista de mandato ciudadano, o por otra parte, que la desinstitucionalización derive en liderazgos con poder concentrado, arbitrarios y a la vez vulnerables, puesto que privados de la contención de pares partidarios o de funcionarios con autoridad, a la vez que sostenidos en un respaldo ciudadano que deben renovar –pues no predomina la impronta carismática del pasado pueden agotarse repentinamente.