INVESTIGADORES
CHERESKY Isidoro
capítulos de libros
Título:
"Elecciones fuera de lo común. Las presidenciales y legislativas nacionales del año 2003"
Autor/es:
I. CHERESKY Y J. M. BLANQUER (COMPILADORES)
Libro:
Qué cambió en la política argentina? Elecciones, instituciones y ciudadanía en perspectiva comparada
Editorial:
HOMO SAPIENS
Referencias:
Lugar: ROSARIO; Año: 2004; p. 21 - 54
Resumen:
Las elecciones generales de 2003 han sido fuera de lo común. Han permitido la reconstitución de la autoridad política y una recomposición, aunque limitada, de los lazos de representación, al tiempo que la propia dispersión del acto electoral no ha favorecido la transparencia. El adelantamiento en varios meses de la elecciones presidenciales respecto de la legislativas y provinciales alentaba la esperanza de establecer un gobierno con mayor legitimidad que contribuyera a que el país saliese de la debacle en que había caído a fines del 2001. Mientras que las primeras estuvieron signadas por un panorama de fragmentación entre líderes emergentes, en las segundas los ciudadanos votaron ya a sabiendas de quién era el mandatario con quien tendría que habérselas el poder parlamentario. El largo ciclo electoral sirvió al presidente para avanzar en su acumulación de recursos institucionales logrando también un significativo alineamiento de los liderazgos provinciales peronista y no peronistas. Debe ser visto, por lo tanto, en el marco más general de una recomposición luego del derrumbe político. Muy pronto fueron desmentidos los pronósticos de débil legitimidad de Néstor Kirchner, basados en su carácter de presiente accidental y de portador más de un voto de rechazo que de una promesa avalada. No obstante, si para las elecciones presidenciales se habían recuperado los índices de participación y de voto positivo, para las legislativas y provinciales se registró un retorno a índices de abstención y voto en blanco elevados, lo que evidenció un desinterés hacia este tipo de elecciones y aun un hastío ante la repetición del acto electoral. En este último caso, la acción voluntarista de gobierno, y la intervención del presidente en la confección de la oferta electoral generó un clima que dio a la campaña electoral el tono de un plebiscito prolongado. Una observación general del proceso electoral de 2003 confirma la desagregación de los partidos políticos en provecho de liderazgos personalistas, el persistente fraccionamiento de la oferta política y una fuerte fluctuación del voto ciudadano. Si se admite que la situación del país es de excepción, puede considerarse que estas elecciones abrirán camino a una regulación ordenada. Lo que se plantea entonces es saber cuál será el formato de estabilización. Un diagnóstico que pusiera el acento en el peligro hegemonista subestimaría la persistente fragilidad de la representación, paralela al creciente rol de la opinión pública y otras formas de expresión ciudadana. Incluso en el seno del mismo oficialismo peronista se comprueba la existencia de agrupamientos que se disputan el espacio. La representación política aparece condiciona por el peso de la opinión y por la relación directa de legitimación en que se ha instalado el presidente ?con consecuencias cristalizadas en un estilo decisionista de gobierno-, pero también por la persistencia en la desafección ciudadana expresada en las diversas modalidades del ?voto negativo?. El futuro de la representación política es un interrogante que queda pendiente.