INVESTIGADORES
FERNANDEZ SEVERINI Melisa Daiana
capítulos de libros
Título:
PROGRAMAS DE MONITOREO EN ESTUARIOS: ESTUDIOS A LARGO PLAZO
Autor/es:
MARCOVECCHIO JORGE EDUARDO; FREIJE RUBEN HUGO; BOTTÉ SANDRA ELIZABETH; SPETTER CARLA VANESA; ARIAS ANDRÉS HUGO; FERNÁNDEZ SEVERINI MELISA DAIANA; BUZZI NATALIA SOL; DE MARCO SILVIA; NEGRÍN VANESA; SIMONETTI PÍA; GUINDER VALERIA ANA; POPOVICH CECILIA ANGELINES; PEREYRA MARCELO
Libro:
PROCESOS QUÍMICOS DE ESTUARIOS
Editorial:
Editorial de la Universidad Tecnológica Nacional
Referencias:
Lugar: Bahía Blanca; Año: 2013; p. 377 - 394
Resumen:
Se llama monitoreo a un sistema contínuo de observación y control de medidas y evaluaciones para un propósito definido. El monitoreo es una herramienta importante en el proceso de evaluación de impactos, y en cualquier programa de seguimiento y control (Sors, 1987). Actualmente existe un fuerte consenso sobre que el monitoreo ambiental no es un fin en sí mismo, sino un paso esencial en los procesos de administración del ambiente (Stelzenmüller et al., 2013). Teniendo en cuenta los conceptos previamente mencionados, se puede observar la importancia que actualmente tiene el monitoreo en los diversos procesos de la actividad humana. Además, y tal como acertadamente se menciona, es una herramienta fundamental dentro de todo aquel desarrollo o procedimiento que se desee llevar a cabo de manera controlada y segura (Collins et al., 2012). El monitoreo no es una actividad independiente, sino más bien una parte de un proceso más amplio que puede estar científicamente orientado a la conservación o la gestión (Nichols y Williams, 2006). El paradigma dominante sobre el que se basa la ciencia del monitoreo es la evaluación de los cambios en las variables ambientales seleccionadas entre tratamientos y áreas de control, así como su evolución en el tiempo tras la aplicación de un régimen de gestión (Tulloch et al., 2011). Los programas de monitoreo consisten en realizar una vigilancia permanente de un sistema natural, controlando el estado y evolución de sus variables, cuantificando las variaciones que se producen, e identificando los motivos que las generaron. Hay diferentes estrategias de trabajo, tanto espaciales como temporales, y pueden desarrollarse exclusivamente en base a datos de campo, en base a datos experimentales, o combinando ambos. Cuando estos programas se llevan a cabo por plazos prolongados (por ejemplo, decadales), el conjunto de información que van proveyendo constituye una base sólida sobre la cual es posible caracterizar con precisión la estructura y funcionamiento del sistema bajo estudio. Siempre y cuando se mantenga la continuidad del monitoreo, se puede sostener que a medida que el programa tiene más antigüedad (por lo tanto más cantidad de información) es más sencillo identificar una anomalía o variación significativa en alguno de los parámetros estudiados, teniendo en cuenta que la distribución de valores normales será muy densa, y por lo tanto los que se alejen de ese modelo serán fácilmente distinguibles. Otro tipo de alternativa de trabajo es la aplicación de bancos de muestras ambientales (ESB environmental specimen bank por su sigla en inglés) que pueden resultar de enorme utilidad, ya que permiten establecer Redes de Monitoreo Ambiental (Wise et al., 1993; Giege et al., 1995.) con el objetivo de la detección temprana de modificaciones en los parámetros evaluados (por ejemplo, concentraciones crecientes de contaminantes conocidos). Este proceso constituye un desarrollo de monitoreos en tiempo real (Viana et al., 2010), que resulta de enorme aplicación en procesos de gestión y control. En este caso, y luego de haber desarrollado un programa de monitoreo por un plazo suficientemente largo como para tener caracterizado el funcionamiento del sistema, se almacenan ejemplares de una o varias especies claves del ambiente estudiado, y se las utiliza como referencia permanente para comparar valores del parámetro evaluado obtenidos en diferentes momentos. Una situación de estudio particular es el uso de indicadores ambientales (por ej.: bioindicadores, geoindicadores, biomarkers, etc) que permitan monitorear el sistema a través de variaciones registradas en una especie, tipo de sedimento, moléculas, etc. Es un método muy práctico y dinámico, pero que requiere de un conocimiento muy profundo y consolidado del ambiente evaluado. La aplicación incorrecta, mal fundamentada o inconsistente de estas técnicas puede llevar a conclusiones falsas, y posteriormente a medidas de gestión innecesarias o inadecuadas.