INVESTIGADORES
ALBA SOTO Catalina Dirney
congresos y reuniones científicas
Título:
UTILIDAD DE HERRAMIENTAS MOLECULARES PARA EL DIAGNÓSTICO DE ESTRONGILOIDOSIS EN PACIENTES
Autor/es:
REPETTO SILVIA ANALIA; ALBA SOTO CATALINA D; TAYELDIN LIA; CUELLO MARIA SOLEDAD; CAZORLA SILVIA I.; SOLANA MARIA ELISA; TEKIEL VALERIA; GONZALEZ-CAPPA STELLA MARIS
Lugar:
Mar del Plata
Reunión:
Congreso; IX Congreso Argentino de Protozoología y Enfermedades Parasitarias; 2011
Institución organizadora:
Sociedad Argentina de Protozoología
Resumen:
UTILIDAD DE HERRAMIENTAS MOLECULARES PARA EL DIAGNÓSTICO DE ESTRONGILOIDOSIS EN PACIENTES FUERA DE ÁREA ENDÉMICA Repetto S1; Alba-Soto C1; Tayeldin L1; Cuello MS1; Cazorla S1; Solana ME1; Tekiel V2; González-Cappa S1. 1 Departamento de Microbiología, Parasitología e Inmunología, Facultad de Medicina. UBA. 2 Universidad Nacional de San Martín. Las geohelmintiosis constituyen enfermedades parasitarias frecuentes en las zonas de climas tropicales, subtropicales y templados de Argentina y un problema de salud pública importante en el Noroeste y Noreste del país. El diagnóstico de estas parasitosis se realiza por observación directa microscópica donde se identifican diferentes estadios parasitarios: huevos o larvas. Habitualmente esta metodología no es dificultosa debido al alto número de elementos parasitarios que se encuentran en materia fecal. Sin embargo, Strongyloides stercoralis (Ss) constituye un problema diagnóstico, en especial en las áreas no endémicas. Habitualmente éste se realiza por observación microscópica de larvas rabditoides en una muestra de materia fecal (mf ) de una única posición o en una recolección seriada. En las infecciones crónicas no complicadas, un único examen presenta una sensibilidad de 30%, por la fluctuante excreción de larvas. Para aumentar la sensibilidad deben analizarse mayor número de muestras o utilizarse métodos especiales que requieren personal entrenado y mayor dedicación horas/hombre (Baerman, Harada-Mori y/o cultivo fecal en agar nutritivo -CAN-). En las formas severas, el parásito es identificado fácilmente en mf en muestras respiratorias; sin embargo en esta instancia la mortalidad alcanza un 80%. En estas formas la eosinofilia puede estar ausente. Por lo antedicho, se desprende que los pacientes inmunocomprometidos con infección crónica asintomática y sin riesgo de infección exógena, constituyen un problema sanitario de interés, en especial en zonas no-endémicas en las que no siempre se incluye esta parasitosis en el diagnóstico diferencial con otras patologías, así como a la falta de herramientas diagnósticas de alta sensibilidad que permitan la evaluación inicial de estos pacientes y su seguimiento post-tratamiento (pt). Este hecho conduce a subdiagnósticos y al desconocimiento de la eficacia del tratamiento. En nuestro laboratorio estandarizamos el CAN, que presento una sensibilidad de 90% y valor predictivo negativo de 91% frente a los métodos habituales de haber residido en ella. Actualmente, el único marcador predictivo de reactivación que hemos encontrado es el incremento de eosinófilos (eo) que precede a la detección de larvas en heces pero que resulta inespecífico. Con la finalidad de lograr una técnica específica de mayor sensibilidad diagnóstica desarrollamos una PCR convencional en mf. La amplificación de una banda única específica para Ss fue confirmada por secuenciación automática del producto de PCR. El límite de detección de la técnica resultó equivalente a 0.025 larvas en 1 g de mf. La especificidad se determinó en voluntarios sanos con estudios parasitológicos en heces negativos, y en pacientes con otras enteroparasitosis confirmadas por diagnóstico microscópico. Evaluamos la utilidad de esta técnica respecto a los métodos tradicionales y CAN para el diagnóstico, en 25 pacientes. Todos ellos tenían diagnóstico de estrongiloidosis por los métodos convencionales, pero en todos, la PCR fue positiva más precozmente que con cualquiera de los métodos restantes, incluido el CAN. En todos los pacientes se realizó tratamiento antiparasitario con ivermectina (dos ciclos de 200 μg/kg/día dos días). En 10 pacientes se realizó seguimiento postratamiento (30 días- 1095 días pt). Ocho pacientes evolucionaron en forma favorable, sin eosinofilia, con estudios parasitológicos habituales y el CAN negativo, pero persistió la PCR positiva. Dos pacientes presentaron reactivación de la infección parasitaria. El primero sin antecedentes de inmunocompromiso, evolucionó solo con incremento del recuento de eosinófilos a los 372 pt. con CAN positivo recién en la cuarta muestra estudiada. El segundo paciente recibía tratamiento con corticoides, micofenolato y rapamicina presentó dos reactivaciones sintomáticas a los 90 y 360 días pt. El diagnóstico se realizó por métodos habituales en el primer episodio y por PCR en el segundo. En estos dos pacientes la PCR persistió positiva durante todo el seguimiento de los ellos. Estos resultados indicarían que la PCR en materia fecal puede resultar una herramienta útil para el diagnóstico precoz y seguimiento post tratamiento en pacientes inmunocomprometidos sin riesgo de reinfección exógena. Además, la ausencia de larvas en mf debería revaluarse como criterio de cura parasitológica. Trabajo subsidiado por FONCYT y UBA. 1-Segarra-Newnham M. Manifestations, diagnosis, and treatment of Strongyloides stercoralis infection. Ann Pharmacother. 2007; 41:1992-2001. 2- OIE Terrestrial Manual. Validation and Quality Control ff Polymerase Chain Reaction Methods Used For The Diagnosis Of Infectious Diseases. C h a p t e r 1.1. 5. 2008. 3- Mark Dorris PhD. Reversing the effects of formalin fixation. Thesis 1999. 4- Ian Wilson. Inhibition and facilitation of nucleic acid amplification. Applied and environmental microbiology. 1997; 3741-51. 5- Waleed Abu Al-Soud et al. Effects of Amplification Facilitators on Diagnostic PCR in the Presence of Blood, Feces, and Meat. Journal of Clinical Microbiology. 2000; 38: 4463-70. 6- Jaco J. Verweij et al. Molecular diagnosis of Strongyloides stercoralis in faecal samples. Transactions of the Royal Society of Tropical Medicine and Hygiene. 2009; 103:342-6.