INVESTIGADORES
KOWALEWSKI Miguel Martin
congresos y reuniones científicas
Título:
Fiebre Amarilla: situación actual de las poblaciones de Primates no humanos en Argentina
Autor/es:
KOWALEWSKI, M MARTIN; ZUNINO, GABRIEL E
Lugar:
La Plata
Reunión:
Congreso; III Congreso Panamericano - VIII Congreso Argentino de Zoonosis; 2014
Institución organizadora:
Universidad Nacional de La Plata
Resumen:
La fiebre amarilla representa un importante problema de salud pública en regiones endémicas de África y Sudamérica, con un dramático aumento en el número de casos en los últimos años. La mayoría se deben a transmisión selvática. Estudiar el estado de salud de las poblaciones de primates no humanos es útil, entre otras cosas, porque la presencia de fiebre amarilla en los monos señaliza la zoonosis y ayuda a desarrollar técnicas de protección de la enfermedad en humanos. Todas las especies de primates neotropicales son susceptibles a fiebre amarilla. Esta vulnerabilidad, esta probablemente ligada al hecho de que estas especies radiaron en América antes de la llegada del virus. En la Argentina se reconocen 5 especies de primates no-humanos: Aotus azarai (mirikiná), Sapajus nigritus (caí del E), Sapajus cay (caí del O), Alouatta guariba (carayá rojo) y Alouatta caraya (aulladores negros y dorados). En nuestro país, el primate más importante en términos de densidad y biomasa en bosques es A. caraya. Sin embargo está clasificado como Vulnerable debido al impacto de la deforestación y uso de suelos para monocultivos. Estos aulladores son encontrados hasta el NE de Santa Fe, S de Corrientes y O de Chaco y Formosa, y Misiones. En Misiones también encontramos A. guariba en bajas densidades, y Sapajus nigritus, una especie con status poco conocido salvo en áreas protegidas. En el E de Formosa y NE de Chaco encontramos Aotus azarai sin problemas aparentes de conservación y hacia las yungas del O, Sapajus cay donde no hay estudios precisos de la especie. En este trabajo se evaluara el estado de conocimiento de la salud de las poblaciones de primates no humanos, se identificaran que poblaciones necesitan ser evaluadas, y se sugerirán medidas a tomar para usar a los primates no-humanos como centinelas efectivos de fiebre amarilla. Mediante una revisión de literatura, y datos colectados por nuestro grupo a través de los años se evaluara la distribución actual de los primates, en particular su distribución en áreas de interfaz con humanos y su capacidad para participar en el ciclo silvestre de fiebre amarilla. Los aulladores negros y dorados son lo que presentan una mayor distribución en Argentina, y se extienden por el O hasta donde las precipitaciones son menores a 900 mm anuales y los periodos secos duran más de 5 meses y hacia el Sur, se han reportado aulladores en las localidades de Reconquista en Santa Fe, y Goya en Corrientes y la distribución disminuye según se van empobreciendo los bosques en términos de composición y riqueza florística. Una de las características de A. caraya a diferencia de las otras especies, es su presencia ubicua en zonas rurales densamente pobladas, y su capacidad de supervivencia en ambientes periurbanos y urbanos (generando problemas de convivencia en grandes ciudades y pueblos). El contacto de este primate con humanos es cada vez más frecuente a causa de los cambios del paisaje. En la Argentina no hay estudios parasitológicos suficientes que involucren a las especies de primates en estado salvaje. Para A. caraya, y en relación a los flavivirus, se han reportado muertes por fiebre amarilla en Misiones, y no así en otras provincias, pero estudios recientes mostraron prevalencias positivas para West Nile virus, dengue y Encefalitis de San Luis e Ilheus entre otros en el NE de Corrientes y E de Chaco. En cuanto a parásitos gastrointestinales (protozoos y helmintos) siempre las prevalencias, riquezas y probabilidad de coinfección son mayores en áreas urbanas y rurales que en áreas remotas. Estudios recientes indicaron presencia de Trypanosoma cruzi y T. minasense, además de ser propuesto como potencial hospedador de Leishmania sp. Si bien no conocemos las consecuencias de estas infecciones múltiples, podríamos esperar que los animales sean más vulnerables a otras infecciones debido a altos niveles de coinfección en áreas urbanas y rurales. Siendo el humano, y dentro de los primates no humanos los aulladores, los principales amplificadores del virus de fiebre amarilla, no podemos descartar la extensión en la distribución de la enfermedad a otras áreas de Argentina en un próximo brote. Con respecto a los aulladores rojos recientemente se ha determinado que no tenemos información suficiente sobre la especie y es necesario incrementarla para realizar evaluaciones más precisas. Esta especie habita en muchos lugares junto a los aulladores negros y dorados, aunque siempre en menor densidad, y con menos superposición con áreas pobladas. El último brote de fiebre amarilla sumado a su baja densidad ha llevado a esta especie a la situación de estado Crítico en nuestro país. Para las otras especies, no se han reportado muertes en los últimos episodios de fiebre amarilla, aunque el número de poblaciones estudiadas es escaso o nulo. Estudios recientes en Aotus azarai indicaron infecciones por Leishmania sp., Trypanosoma cruzi, y una variedad de parásitos gastrointestinales. No hay estudios precisos para Sapajus nigritus y S. cay. Resultados provenientes del sur de Brasil, en los estados limítrofes con Argentina confirmaron el rol de los aulladores como amplificadores de la fiebre amarilla, y demostraron el éxito de las programas de vigilancia activa y pasiva de la enfermedad monitoreando los primates. Es importante comprender, que en nuestra región, las muertes de primates no humanos susceptibles a la fiebre amarilla son centinelas que pueden indicar la presencia de esta enfermedad en una locación geográfica específica y que indica la necesidad de una investigación inmediata, para la rápida implementación de vacunaciones masivas controladas. Es necesario el monitoreo continuo y evaluación de fiebre amarilla en primates no humanos, y mejorar las estrategias de comunicación con la gente e investigadores que comparten ambientes con los primates. Estas personas son las que pueden reportar inmediatamente las muertes de los primates.