“El uso de la cartografía en la investigación social”

CARLA LOIS

Paraná

Jornada; Jornadas "Las Fuentes de la Historia: dialogo entre Pasado y Presente"; 2008

Departamento de Historia, sede Paraná y de la carrera de Archivística Universidad Nacional del Litoral

  Entre los historiadores (y otros cientistas sociales abocados a interpretar la historia) hay una tendencia creciente a ampliar los registros utilizados como fuentes. Creo que los paneles de hoy en estas Jornadas son una muestra de ello. Además podemos remitir a muchos trabajos que debaten este asunto, entre los cuales me interesa citar especialmente el libro de Peter Burke, Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico. Pero incluso si nos restringimos a aquellos estudios focalizados en la renovación metodológica aplicada al trabajo con imágenes, también encontramos una considerable cantidad de aportes: Hans Belting (Antropología de la imagen), Alberto Mangel (Leyendo imágenes).... y la lista es larga.   Estas perspectivas también vienen inspirando nuevos modos de analizar mapas en el trabajo histórico, aunque todavía esto es difícil y problemático. Las causas de esas dificultades son varias y de muy diversa naturaleza.   Es cierto que algunos tipos de mapas –me refiero a los mapas topográficos [imagen 2: hoja topográfica Bariloche, IGM]- están basados en una trama de procedimientos matemáticos y geométricos que nos resultan totalmente ajenos. Eso explica, sin duda, que muchos de nosotros permanezcamos impasibles ante ellos, casi indefensos. Sin embargo, convivimos con un inmenso número de mapas que participan de nuestra cultura de modos muy variados. En efecto, no somos analfabetos cartográficos: vemos, usamos y decodificamos muchos tipos de mapas…[imagen 3: Clima y agua del INTA; 4 metro Londres; 5 subte Buenos Aires; 6 red ferroviaria metropolitana y 7; mapa temático Worldmaps sobre el SIDA en el mundo] e incluso podemos leer mapas temáticos que han renunciado al espacio euclideano y a otras convenciones cartográficas.   Sin embargo, rara vez el mapa es interpelado como un objeto significativo de la cultura visual de nuestro tiempo (o de otros) y, en cambio, el tratamiento analítico de los mapas en la investigación social sigue presentado dificultades. ¿Cuáles son los obstáculos que bloquean ese trabajo?