INVESTIGADORES
CRAVINO Maria Cristina
congresos y reuniones científicas
Título:
Medio siglo de intervenciones en asentamientos informales en el AMBA. Paradigas y acciones del Estado en la cuestión urbana y social de los barrios.
Autor/es:
CRAVINO, MARÍA CRISTINA
Lugar:
Rio de Janeiro
Reunión:
Congreso; Congreso de hábitat popular e inclusiones sociales. Ciudades de la gente; 2012
Institución organizadora:
IPPUR
Resumen:
Cuatro son las caractaeristicas actuales de la situación de los asentameintos informales en el Area Meteropolitna de Buenos Aires en la actualidad: a) Crecimiento sostenido de la informalidad urbana desde 1980 (repoblamiento en la ciudad pos-dictadura); b) Tendencia a la convivencia de múltiples paradigmas de intervención en los mismo, inclusive contradictorios; c) Brecha entre orientaciones de los gobiernos de la Ciudad y de los municipios del Gran Buenos Aires –con algunas excepciones- a partir del año 2007 y d) Tendencia a la judicialización socio-urbano-ambiental por diferentes cuestiones en los barrios que modifican las polìticas públicas iniciales. El aglomerado urbano que se denomina Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), está compuesto por 24 municipios (Conurbano Bonaerense) y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (C.A.B.A) ,ciudad capital de la república, que se encuentra en el centro geográfico de la región. Este alberga en su conjunto a una población de algo menos de 13 millones de personas, conteniendo la capital federal alrededor de 2.900.000 personas y el resto (casi 10 millones de habitantes) se ubica en los municipios conurbanos. Desde el punto de vista político administrativo, la Ciudad de Buenos Aires es autónoma desde 1996 y tiene un estatus similar al de una provincia, mientras que los municipios del Conurbano Bonaerense pertenecen a la Provincia de Buenos Aires, que cuenta con 134 municipios urbanos y rurales. No existe aún una autoridad metropolitana. Los asentamientos informales en el AMBA se expresan básicamente en dos formas que condensan tanto aspectos físicos-urbanos como procesos sociales distintos : las villas, que se encuentran ubicadas en el área central, es decir la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y su primera conurbación. Los llamados “asentamientos” o “tomas de tierra” se encuentran ubicados más hacia la periferia, en zonas de menor densidad poblacional. Las primeras tienen larga data, desde comienzos del siglo XX y su configuración urbana se caracteriza por calles irregulares y pasillos angostos, mientras que los segundos surgieron a partir de 1980 en respuesta a nuevas condiciones de acceso a la ciudad más restrictivas, e imitaron las urbanizaciones formales en cuanto a dimensiones de los lotes (300 m2) y a la cuadrícula urbana (con reserva inclusive de espacios verdes y equipamiento comunitario). Esta trama urbana, similar a la formal, desde el punto de vista de los pobladores, permitiría la integración con el resto de la ciudad, ya que podría no ser identificada como una “villa” y, por lo tanto, escapar a las estigmatizaciones de las que son objeto los habitantes de estas últimas. Sin embargo, este proceso en la mayoría de los casos no sucedió y fueron objeto de categorizaciones discriminatorias por parte de los habitantes de la ciudad “formal”. Esquemáticamente, tres paradigmas se asocian a las formas de intervenir en los asentamientos informales: a) la erradicación de los habitantes sin otorgarles una vivienda alternativa, basándose en el supuesto de que los pobladores son sujetos indolentes, cuasi delincuentes y “no adaptados” la ciudad con lo cual constituían un problema que se resolvía con su remosión. Este paradigma parte del supuesto de que el surgimiento y crecimiento de los asentamientos informales se da a partir de un proceso de migración rural-urbana y que tarde o temprano los pobladores solucionarán por sí mismos su problema habitacional o que el lugar produce un “caldo de cultivo social” negativo que debe ser resuelto con su desaparición; b) la erradicación de la población de los asentamientos a conjuntos habitacionales, con viviendas “llave en mano” (asociado al paradigma de la CIAM en arquitectura) . Detrás de este tipo de intervenciones se encontraba la fe ciega en la capacidad (sobreestimada) de la planificación urbana, y por, lo tanto, este tipo de ocupaciones de tierras significaban el prototipo de la ciudad “desordenda” o el “crecimiento no planificado”, entonces debía ser objeto de corrección; c) regularización, con diferentes variantes que incluyen o no acciones de mejoramiento urbano de los asentamientos, fundamentalmente a fin de proveerlos de infraestructura básica y comunitaria y/o regularización dominial. Se solían conocer décadas atrás como “políticas alternativas” y significan la asunción por parte del Estado de la incapacidad de ofrecer soluciones bajo el paradigma de la “ciudad planificada” o de la resolución del déficit habitacional, que crecía año a año. Por lo general el primero era llevado a cabo por gobiernos de factos, de corte autoritario, llegados al gobierno por golpes militares y el segundo y tercero se dieron en gobiernos democráticos. Así el tercer paradigma, hegemónico estos momentos, se cristaliza luego de la recuperación de la democracia en nuestro país, en 1983. Sin embargo, como veremos los dos primeros paradigmas se encuentran presentes aún en algunas intervenciones o prácticas, con lo cual observamos acciones o políticas híbridas, a veces contradictorias. Más recientemente, surge un paradigma que puede denominarse de “maquillaje urbano”, es decir, la intervencion en el espacio público o en las fachadas de la vivienda, sin que se modifique las condiciones estructurales de los barrios. Detrás de esta idea puede encontrarse la intención de intervenciones cortas en el tiempo y de baja imversión pública pero de alto impacto en el marketing urbano –tanto interno como externo-. En este artículo repasaremos las políticas implementadas en estos barrios en los últimos 50 años, reconstruiremos los paradigmas intervinientes y analizaremos las consecuencias de las mismas. La organización del artículo es la siguiente: Primero se abordarán la intervenciones en los asentamientos informales en las décadas del 60 y 70, luego en la décad del 80, esto es en la etapa de recuperación de la democracia (1983), en tercer lugar los años 90 y finalmente, los programas implementados desde el 2000 hasta la actualidad