INTECH   27907
INSTITUTO TECNOLOGICO DE CHASCOMUS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
APROVECHAMIENTO DE LOS DESECHOS DEL CULTIVO DE HONGOS PARA PRODUCCIÓN DE BIOGÁS
Autor/es:
MAYER, L.; PÉREZ CHÁVEZ, M.; ALBERTÓ E.
Reunión:
Workshop; Workshop Bioenergía y Desarrollo Regional; 2020
Institución organizadora:
IIEP (UBA-CONICET), Facultad de Ciencias Económicas - Universidad de Buenos Aires
Resumen:
El cultivo de hongos comestibles ha ido popularizándose cada día más a nivel mundial ya que los hongos han demostrado ser un alimento rico en nutrientes y en algunos casos con propiedades medicinales. Se utiliza una amplia variedad de residuos lignocelulósicos para su cultivo y por eso es considerado un método muy eficiente de reciclar residuos agrícolas. En el mundo se producen más de 34.800 millones de toneladas anuales de hongos de las cuales solo para la Argentina se estiman 4.500 ton/año aproximadamente. La producción de hongos se realiza sobre desechos; estos son usualmente a base de pajas de cereales, aserrínes o tierra de compost que contienen altos contenidos de micro y macronutrientes y poseen características favorables como mejoradores de suelo, por ejemplo. Se denominan agotados una vez que han sido utilizados por los hongos para su desarrollo. En la fungicultura por cada kg de hongos producidos se generan cerca de 5 kg de sustrato agotado, lo que equivale a miles de millones de ton de desechos por año. En la actualidad, las formas habituales de disposición del mismo son la propagación en tierra, disposición en vertederos o la quema en campo abierto. Si bien estos residuos han sido de alguna manera reutilizados, no dejan de ser un problema, por lo que nuestro equipo de trabajo se ha enfocado en probarlos como sustratos para la producción de biogás. El biogás es producido a partir de la digestión anaerobia de compuestos orgánicos y una gran variedad de residuos agrícolas, incluyendo los desechos agotados del cultivo de hongos. Este enfoque novedoso de producción de energía es una forma muy completa de tratamiento de residuos, tanto de rastrojos como de estiércol animal, lo cual puede compensar económicamente los procesos necesarios en la fungicultura (pasteurización o esterilización, mantenimiento de calderas, etc.). Existen algunos trabajos en donde se han empleado desechos de la fungicultura para producir biogás y en la gran mayoría se observa que la producción de biogás ha sido favorable. Con nuestro grupo de trabajo hemos utilizado el compost agotado de champiñón (A. bisporus) para la producción de biogás y se obtuvo 11% más biogás que al utilizar compost no agotado. Se ha evaluado también en co-digestión el uso de estiércol animal y la paja de trigo agotada del cultivo de P. ostreatus y se obtuvo 5% más biogás del esperado. Recientemente estamos probando otros sustratos y evaluando la cantidad de metano en lugar de medir la cantidad de biogás generado, ya que ahí radica su interés bioenergético. Con la mono-digestión de paja de trigo agotada del hongo medicinal Ganoderma lucidum, se obtuvo el mayor resultado hasta ahora ya que produjo 121% más metano que el control no agotado en un tiempo de retención de 30 días. Lo más utilizado para los biodigestores rurales son los estiércoles de animales de granja o los residuos de alimentos. Se sabe que el estiércol vacuno es capaz de producir 150 L metano/Kg de sólidos volátiles (SV) y los residuos de alimentos producen aproximadamente 550 L metano/Kg SV en 15 días; contrastado con nuestros hallazgos, el sustrato agotado de G. lucidum produjo 232,37 L/Kg SV por lo cual el sustrato agotado también constituye una excelente fuente de metano en digestión anaerobia. El biogás y el biometano forman parte del grupo de energías alternativas que la Argentina incentiva su desarrollo en forma sustentable. Así que, a nivel agropecuario, pensamos en un círculo virtuoso, donde a partir de un campo se genere grano (trigo por ejemplo); luego con el rastrojo (paja de trigo) se produzcan hongos de interés comercial y con el sustrato agotado, se produzca biometano que sirva para alimentar una caldera o un generador eléctrico. Los desechos del biodigestor luego podrían ser empleados como fertilizantes que vuelven al campo o para producir otras plantas u hongos.